Fotografía. 10 años de Madygraf: "Miradas que construyen futuro"

Lo que vino después fue más grande aún. “Esta gente está loca, enfrentaron a los yankys, a los fondos buitres y tomaron la planta frente al cierre de la patronal.” Un instante. Una foto.

Quien piense que ahí termina, se equivoca. Esa foto se transformó en historia: nos transformó en mujeres organizadas, que queremos organizar a otras. Transformó las formas de producir cuidando el ambiente.

Detuvo el tiempo, ese que pasaba volando bajo la dictadura patronal. Transformó una oficina de RRHH en una Juegoteca. La ex Donnelley hoy pelea por algo más que los puestos de trabajo.

Son 10 años de lucha de un colectivo hecho por cada une de nosotres y que a su vez nos hizo.

Estas miradas que ves, ya cambiaron.

Cada batalla cotidiana que libramos al trabajar en una fábrica recuperada, también nos modificó el carácter. Nos templó en la lucha permanente por sobrevivir en un mundo pensado para un pequeño sector de privilegiados.

Nos golpeó de frente cuando estuvimos meses sin cobrar porque un Juez retuvo nuestros salarios. O cuando nos sacaron la obra social y trabajadores de la salud del Garrahan y el Posadas nos ayudaron. Nos acercó al barrio cuando nos quisieron cortar la luz frente a los tarifazos. Nos obligó reconvertirnos cuando en pandemia nos volvimos a quedar sin trabajo de un día para otro.

A decir verdad, vivimos un poco más enojados algunos días, sí.
Y ese nudo de bronca se desata cuando nos encontramos y se vislumbra la única salida colectiva. Frente a la detención de nuestro compañero por pelear contra la Ley Bases, toda la fábrica junta peleó para liberar a Roco.

Cuando saqué estas fotos les decía a mis compañeres “pensá que va a ser una foto le quede a tus hijes” y posaban. Y a otros no les dije nada y posaban igual, es que se siente en el aire que lo que estamos haciendo es difícil pero es importante, que ya está en la historia de nuestra clase a la que pertenecemos.

Madygraf quiere dejar ALGO para las futuras generaciones.

Una muestra de que se puede pelear por recuperar nuestro tiempo, por el acceso al arte y la cultura, por poder detenerse a acariciar a un perro, a plantar un árbol, a escuchar a un amigo. A sonreír por el encuentro colectivo. Activar para hacer una asamblea, para planificar la producción, para pensar cómo salir a las calles. A pelear por lo que es NUESTRO. Y sobre todo, descubrir que otra sociedad es posible, porque pone de manifiesto la potencialidad de nuestra CLASE, si los trabajadores planificamos la economía en base a las necesidades sociales.

10 años después vuelvo al techo y saco una foto. Si ves bien, con la mirada de este recorrido, ese tanque de agua, al igual que mis compañeres y yo, ya no somos los mismos.