Las cuatro entidades que resultaron más afectadas, Morelos, Ciudad de México, Puebla, Chiapas y Oaxaca, continúan con los trabajos de reconstrucción en viviendas, escuelas, hospitales y recintos históricos.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 19 de septiembre de 2018
Recordamos aquella tarde hace un año, a unas pocas horas del simulacro conmemorativo del 19 de septiembre de 1985, la naturaleza nos dejo en shock al presenciar de nuevo un movimiento telúrico aún más potente que el de aquel entonces
Incluso antes que el gobierno reaccionara, cientos salimos a las calles a ayudar a la genteque quedó atrapada en los edificios colapsados, las fuerzas de las autoridades quedaron totalmente rebasadas ante la marea de gebte que ayudó y entre cadenas humanas poco a poco sacaron a decenas atrapadas en los edificios.
Días después, la gente seguía en las calles, cientos perdieron todo lo que tenían pero la solidaridad no faltó, jóvenes salieron en brigadas a repartir víveres y a hacer labores de remoción de escombros. Pese a que el ejército intento "controlar" la situación, para que regresaramos a nuestras casas, la verdad fue que no pudieron contener a los brigadistas.
Recuento de los daños
La capital del país, el Estado de México, Puebla y Morelos recibieron, de acuerdo a las afectaciones que presentaron, recursos del Fonden por más de 15 mil millones de pesos, según datos del Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Cinco días después del sismo ocurrido el 19 de septiembre de 2017, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) lanzó una convocatoria para que los ciudadanos enviaran información sobre edificios que sufrieron algún tipo de afectación. El objetivo fue mostrar qué había causado esos daños, independientemente de las versiones gubernamentales.
De acuerdo a datos del gobierno estatal, el sismo del 19 de septiembre de 2017 dejó con afectaciones a 15 mil 801 viviendas. Para el 14 de septiembre de este año, el estado ha entregado 250 casas y continúa trabajando en la reconstrucción de mil hogares.
A un año de lo sucedido, en dos mil 354 viviendas las familias apenas han iniciado el proceso de auto construcción, según información de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
La Ciudad de México siempre está al borde de una nueva catástrofe.
Los sismos no se predicen, la gente no tiene forma de saber si la escuela en que deja a sus hijos, las oficinas donde pasará horas de trabajo, el departamento recién comprado, la vivienda rentada años atrás o el sitio en que hará el próximo trámite van a desplomarse o quedar inservibles ante cualquier catástrofe.
El Valle de México presenta gran actividad sismica, en el territorio del país convergen 5 placas tectónicas, esto sumado a que la Ciudad esta construída sobre lo que fue el Lago de Texcoco, por tanto es una superficie inestable, y que tiende a hundirse, sumado a la sobre construcción y el crecimiento desmedido de la marcha urbana, constituye una fórmula ideal para el desastre.
En semanas depues del sismo se recibieron informes de 200 inmuebles que se complementaron con recorridos, información recopilada por ingenieros de la UNAM, así como de la Plataforma CDMX del Gobierno de la Ciudad de México. Al final se construyó una base de datos de 365 registros y se eligieron 28 edificios para realizar su autopsia. Los criterios de la elección fueron el nivel de daños, su ubicación y el año de construcción.
Para tener un mayor acercamiento a la historia de esos edificios se realizaron alrededor de 800 solicitudes de información a diferentes delegaciones y dependencias gubernamentales. Se acudió al Registro Público de la Propiedad para obtener la información de predios y empresas; se consultó a especialistas en ingeniería estructural y geotecnia. Y, sobre todo, se buscó a los habitantes de esos inmuebles.
Corrupción, la clave del desastre
Con la informacion de varias investigaciones periodisticas, se trajo a la luz una cadena de corrupción, negligencia e impunidad, que culminó en la muerte de cientos de personas.
Los ciudadanos quedaron atrapados en edificios en donde se hicieron modificaciones en los cálculos de ingeniería para aumentar los márgenes de ganancias de las constructoras; en inmuebles levantados con materiales de baja calidad o insuficientes; en sitios construidos sobre cimientos viejos, pero que se presumían como departamentos nuevos. Las familias afectadas invirtieron sus ahorros o comprometen su patrimonio en cascarones.
El Reglamento de Construcciones de la Ciudad de México, catalogado como uno de los mejores del mundo, se ignora tanto por las autoridades como por las empresas constructoras.
Por ejemplo, entre las empresas involucradas están Vertical Homes, Canada Building Systems de México, Promotora e Inmobiliaria Dekah, Dijon GP, Vívelo en Eje Central 526, Elite Apartments, Inmobiliaria Sacomo, Lonai Group Property Services, Inmobiliaria Álvaro Obregón, Helicópteros de Puebla y HIP HABITAT.
En varios de los edificios que se analizaron aparecen nombres ligados con autoridades del gobierno de la Ciudad de México. Entre ellos familiares de Simón Neumann, quien fue titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) al inicio del Gobierno de Miguel Ángel Mancera. Así como Fernando Méndez Bernal, quien en algún tiempo fue presidente del Colegio de Arquitectos —instancia que se encarga de certificar a los DRO— y ahora es asesor del actual director de la misma Seduvi, Felipe de Jesús Gutiérrez.
Las delegaciones y las administraciones capitalinas ignoraron las voces de vecinos que alertaron y denunciaron sobre inmuebles que violaban usos de suelo, construcciones que se levantaban sin permisos o edificios que tenían daños desde el sismo de 1985 y se reconstruían para venderlos como departamentos.
A doce meses del sismo, la impunidad es lo que predomina.
En la Ciudad de México 228 personas murieron en los edificios colapsados; cuatro más fallecieron en los hospitales durante los siguientes días. Además de los 38 edificios que colapsaron, las autoridades de la ciudad no han informado sobre la totalidad de inmuebles con daños.
En octubre de 2017, las estimaciones del gobierno federal para la capital del país eran de 5 mil 765 viviendas afectadas; de las cuales 2 mil 273 tuvieron daño total. Se abrieron 204 carpetas de investigación; 135 por oficio, 65 por denuncia y obtuvieron 65 órdenes de aprehensión, según los datos del Programa de Reconstrucción que presentó el Gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, los dueños de empresas inmobiliarias y DRO están prófugos. No se ha sancionado a ninguna autoridad que haya firmado manifestaciones de construcción o autorizaciones de uso de suelo.
Los habitantes en la Ciudad de México saben qué hacer durante un sismo; cómo salir de un departamento o dónde resguardarse mejor. Quienes han fallado han sido las autoridades. En el siguiente terremoto, estaremos condenados a que se repita la historia si no se termina con esa cadena de corrupción, negligencia e impunidad.