Uno de los primeros decretos de necesidad y urgencia (DNU) que firmó el presidente, modifica la Ley de Ministerios. Dispuso que la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), pasen a la órbita del Ministerio de Comunicaciones.
Martin Espinoza @martinespi05
Martes 15 de diciembre de 2015
Oscar Aguad (Fotografía: Telam)
A poco de asumir, el Ministro de Comunicaciones, el radical Oscar Aguad, ya había anticipado que con el gobierno de Cambiemos “la regulación de la Ley de Medios no va a subsistir". Y anteriormente, el rabioso dirigente "clarinista", había afirmado que en "Argentina no hay medios monopólicos, sino medios más poderosos que tienen más audiencias". De esta manera, en esta larga batalla intraburguesa desatada en 2008 y plasmada en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) de 2009, el gobierno macrista, busca hacer realidad su promesa de campaña: preservar los intereses de su principal aliado mediático, Clarín.
A través del decreto 13/2015, el nuevo gobierno nacional estableció el traspaso de la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) y la AFTIC (Autoridad Federal de las Tecnologías de la Información y la Comunicación), de la órbita de Presidencia de la Nación a la cartera que conduce Aguad. Ambas autoridades de aplicación fueron creadas, respectivamente, por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y La Ley Argentina Digital. El decreto establece además la creación del "Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos" dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros. El decretazo de Macri, se enmarca en la ofensiva para intentar remover a los titulares de ambos organismos designados bajo el kirchnerismo, Martín Sabbatella y Norberto Berner, cuyos mandatos contra cíclicos vencen en 2017. La semana pasada ya se había presentado en la AFSCA, Miguel De Godoy, el hombre anunciado por Macri para reemplazar a Sabbatella. Sin embargo, el director de la Afsca aclaró que no presentaría su renuncia. Al día siguiente, el juez Claudio Bonadio ordenó allanar las oficinas del organismo. Por su parte, Aguad había afirmado sobre Sabatella y Berner: "No puedo funcionar con dos presidentes de dos directorios que vienen de la locura de la controversia".
Ahora, este nuevo decreto, es tomado como un intento de intervención de las dos autoridades de aplicación, y tanto la AFSCA como la AFTIC, preparan una respuesta judicial en caso de que el Gobierno Nacional continúe su avance en este sentido. Consideran que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), modifica la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ya que a ambos organismos se los “desjerarquiza” poniéndoles por encima la mediación política de un ministerio. En el punto 4 del artículo 23, el DNU sostiene que el Ministerio de Comunicación tendrá a su cargo: “Ejercer las funciones de Autoridad de Aplicación de las leyes que regulan el ejercicio de las actividades de su competencia”. En tanto, Sabbatella salió a afirmar que por el momento, el único efecto práctico que tiene el DNU es el cambio de órbita, que no le quita sus funciones, atribuciones y responsabilidades, aunque el texto es ambiguo.
Sin embargo, es claro que Macri busca tomar el control de áreas estratégicas del sistema infocomunicacional, sin tener que intentar a corto plazo la reforma de las leyes vía Congreso, donde no tiene mayoría.
Crónica de un desenlace anunciado
La intervención de la Corte a favor de “La Corpo” días antes del balotaje del 22 de noviembre pasado, ya había terminado de pasar la definición de la disputa por la Ley de Medios, al gobierno pos-kirchnerista que iba a surgir de la contienda electoral. Lo habíamos explicado en un artículo de La Izquierda Diario donde anticipábamos que había triunfado la estrategia de Clarín de “patear la pelota” para adelante esperando una superestructura política más derechizada como ya lo eran las dos opciones tanto de Macri como de Scioli que también venía mostrándose sumamente amigable de "La Corpo". Allí explicábamos que en noviembre de este año la “Corte Suprema de Justicia rechazó una apelación que había presentado la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), contra una medida cautelar que suspendió el "procedimiento de transferencia de oficio”, para que Clarín se adecue a la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sancionada en 2009”.
De esta manera, intenta coronarse el triunfo que ya Clarín había obtenido al dilatar la aplicación de la LSCA, frenando vía judicial el avance del plan de adecuación que lo obligaba a desprenderse de medios, y por lo tanto, perder ciertas posiciones en el mercado de medios conquistado en años de pactos, oscuros acuerdos y extorsiones, tanto con sangrientas dictaduras como con gobierno constitucionales.
La “madre de todas la batallas” que no fue
Desde estas páginas hemos denunciado a Ley de Medios impulsada por el kirchnerismo desde la ruptura de relaciones amistosas de Néstor Kirchner con Héctor Magnetto en 2008, como una verdadera estafa contra el pueblo. Una estafa a las ilusiones democráticas legítimas abiertas a partir de una norma que levantó principios reivindicables como la “democratización de la palabra” y estableció que un 33 por ciento del espectro radioeléctrico debía ser asignado a organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, como correctamente balanceó el investigador y docente universitario Martin Becerra, escaso fue el avance que se logró bajo el gobierno kirchnerista en esta materia, y hasta se atacó a medios comunitarios y alternativos como demostró el allanamiento y secuestro de equipos de Antena Negra TV el septiembre de 2014. Sin embargo, sí el gobierno kirchnerista logró construir un sistema de medios afines con enorme peso de reparto discrecional de la pauta oficial.
Por eso, denunciamos desde un primer momento que el problema estaba ya en una ley que, sin bien contenía articulados con carácter progresivo, de conjunto mantenía el esquema de la propiedad capitalista de los medios de información y producción ideológica, ya que solo venía a realizar una re-distribución del mercado de medios que afectaba (parcialmente) a uno de los actores como el Grupo Clarín],el más hegemónico, que sin embargo no dejó de “llevársela en pala” en todos estos años de disputa con el gobierno K.
Como si fuera poco, el gobierno kirchnerista logró aprobar en tiempo récord a fines de 2014, la Ley Argentina Digital, que derogaba parcialmente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y le habría el camino de jugosos negocios y el ingreso a al mercado de medios a las telefónicas, entre otros poderosos actores internacionales de las telecomunicaciones y la TV Digital.
Por eso, el gobierno saliente es responsable de haberse apropiado y bastardear las justas aspiraciones de democratización de los medios, que hoy retroceden ante la ofensiva macrista que intentará volver todo a “foja cero” cualquier cuestionamiento al sistema infocomunicacional en su conjunto. Seguramente, el gobierno de los CEOs, no solo intentará favorecer un clima pro-Clarin y pro-empresas, sino que también profundizará el fortalecimiento de la concentración del mercado de medios y las telecomunicaciones. Además, el gobierno de Macri hereda un aceitado funcionamiento de manejo estatal de los medios a través de la a pauta oficial y la Radio y Televisión Argentina que ahora conduce Hernán Lombardi, cuyos medios (Canal 7, Radio Nacional y Télam) para nada creemos que dejarán de ser gubernamentales para dar paso a la pluralidad, donde todas las expresiones políticas (entre ellas la izquierda), sociales y culturales tengan su lugar.
La batalla por la verdadera democratización de los medios más que nunca es una lucha pendiente, como así también la pelea por conquistar a través de la movilización, medios verdaderamente públicos.