La señal que da el gobierno poniendo a Melero en el Ministerio del Trabajo, un defensor acérrimo de la herencia de los 30 años, parece venir a preparar el terreno para nuevos ataques contra nuestras condiciones de vida, posicionando en lo que queda de gobierno a gente de extrema confianza del segundo piso de La Moneda
Jueves 8 de abril de 2021
Diputado hace 32 años, Patricio Melero Abaroa ha sido muchas cosas, pero le faltaba ser ministro, fue dirigente estudiantil designado por la dictadura, en ese organismo creado para reemplazar a la Fech, luego de eso también designado alcalde por Pudahuel el año 85, hasta el fin de la dictadura cuando se lanzó de diputado, y no se movió más de allí hasta hace menos de 24 horas.
Del círculo de confianza de Jaime Guzmán, fue parte de la juventud que ayudó a crear la UDI, en la cual se mantiene hasta el día de hoy, y de la cual fue su presidente durante los años 2012 al 2014. Melero es una figura cercana a todo ese mundo de los Joaquín Lavín, de las Marcelas Cubillos, de los Monckeberg, de los Chadwick, de toda esa área de la derecha que se reúne alrededor del Instituto Libertad y Desarrollo, donde reproducen y actualizan el pensamiento que en Chile inauguro Jaime Guzmán.
Y es quizá acá donde podamos encontrar el sentido de su nombramiento, mas allá de ubicarse en un espacio para jubilarse tras no poder ir de nuevo como diputado por la nueva ley que se lo prohíbe, entra directamente al gobierno donde hemos visto desfilar a varios de esos jóvenes de la derecha que estuvieron en Chacarillas el año 77 junto con Pinochet, como Hernán Larraín, Andrés Allamand, Andrés Chadwick, Víctor Pérez o Alberto Espina, y no por último menos importante Cristian Larroulet.
Llega a un gobierno odiado, que no cayó, porque no lo permitieron los partidos de la oposición, eso partidos también sostenedores de los 30 años, que prefirieron defenderlo a verlo caer con todo el régimen de la dictadura, y que dieron tiempo extra para lograr defender los pilares que aun se mantienen, y esto engañando al pueblo con una Convención Constitucional que es una verdadera trampa para todas y todos quienes nos levantamos contra estos 30 años de neoliberalismo salvaje.
Pero las filtraciones son muchas, y aun no esta dicha la ultima palabra y no se han jugado todas las cartas, a pesar de los esfuerzos de la oposición por jugar el juego de la Convención. Vemos como el gobierno necesita estrechar su mando, trata de posicionar, como lo hace con Melero, a gente aun más de confianza, y no es que Zaldívar no lo fuera, solo que para este ultimo trecho se necesitan otros tipos de combatientes, mas de formación propia podríamos decir.
Este gobierno se acusa solo, y ya ni siquiera guarda las formas, sabe que en su actual situación necesita adictos a los 30 años, ya lo vimos cuando nombro a Víctor Pérez (UDI) como Ministro del Interior, otro derechista de lo mas pinochetista que hay, ahora con Melero lo mismo. Ya le queda menos de un año de gobierno y nada le asegura nada, con una pandemia que por su responsabilidad termino de explotar, con una crisis económica que siguen forzando al pueblo trabajador a pagarla, y toda una serie de elecciones que incluyen la de la misma Convención, se preparan para escenarios que se pueden volver más complejos, una rebelión suspendida que aun flota en el aire y que puede volver a amenazar con sus consignas lo que tanto buscan defender.