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Red Internacional
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OPINIÓN. #AbortoLegalYa: en el Congreso se discute en las calles se conquista

Como trabajadora despedida de Ferrobaires, estudiante y militante del PTS en el Frente de Izquierda, comparto una reflexión frente a una jornada histórica donde saldremos a conquistar nuestro derecho.

Miércoles 13 de junio de 2018

Producto de la lucha de muchísimos años, las mujeres hemos logrado que se instale el debate por el aborto a nivel nacional, nosotras hemos pasado interminables horas de nuestra vida hablando sobre este tema. Porque el aborto existe y nos interpela directa e íntimamente en nuestra cotidianeidad.

Algunas porque abortaron, otras tienen a su madre, vecina, amiga, hermana que lo hizo. Nos hemos ayudado económicamente para acceder un aborto, nos hemos cubierto los turnos de trabajo para el reposo, nos hemos tratado de pasar la información de los lugares más seguros dentro de nuestras posibilidades para intentar no morir en el proceso. Y todo eso es producto de una clandestinidad brutal, que es un secreto a voces y que ya no queremos más.

"Estoy embarazada pero no se si lo quiero tener, pero por sobre todo tengo miedo de morirme", me dijeron más de una vez y resuena constantemente en mi cabeza cuando quienes están en contra del aborto dicen defender la vida. Pienso que nos quieren sometidas a una vida que decidimos que no es para nosotras.

Pasamos muchísimas horas trabajando en las estaciones, en las fábricas, en las oficinas y algunas tenemos la suerte de acceder a la educación; entonces con los ritmos y horarios que nos exigen las patronales, con la posibilidad de algunas de formarse profesionalmente... ¿tan difícil es entender que no querramos dedicar lo que resta de nuestras vidas a la maternidad? Tenemos miedo de morir y eso violenta nuestra libertad de elección.

Entonces, para las mujeres de nuestra clase, las que abortamos, las que hablamos, las que luchamos, hoy no sólo se votará una ley, sino que se pondrá sobre la mesa una cuestión fundamental para nuestras vidas: el derecho a decidir.

Hoy podremos avanzar no solamente sobre un derecho democrático sino en arrancarle al Estado que tanto violenta a las mujeres, una pequeña porción de esa libertad que tan difícil es de experimentar en este sistema para nosotras que pasamos 8, 9, 10 y más horas trabajando y luego trabajando en nuestras casas. Hoy pondremos en jaque al negocio de la clandestinidad, ese negocio millonario que nos ha llevado a poner en riesgo nuestras vidas y se ha llevado miles. Pero claro, la ley no se aprobará sola, para ello, tendremos que ser una gran fuerza en las calles, llevando nuestra voz, esa que sonaba bajito entre mate y mate y ahora se convierte en un grito conmovedor por aborto legal, seguro y gratuito YA!.

Y para todo esto, no sólo estamos las mujeres, sino varones trans que también abortan y han logrado que hoy no sólo hablemos de la realidad de las mujeres sino de los cuerpos gestantes. También esta lucha para ganar el derecho al aborto la damos con nuestros compañeros. Con ellos también hemos tenido flor de debates en los lugares de trabajo, también ellos se pelean con los que están a favor del aborto clandestino y han tomado en sus manos esta pelea.

Muchos se han convencido de que si ellos lograron identificar que no viven libremente, ¿cómo no van a pelear codo a codo con sus compañeras que son doblemente oprimidas? , ¿cómo no se van a enojar y querer también el pañuelo verde si ven tenemos los mismos enemigos? Los medios que encubren la lucha de los trabajadores son los mismos que desprestigian a las mujeres, los empresarios que nos exigen y luego nos dejan en la calle son los que se llenan de guita con los abortos clandestinos, la policía que nos reprime, el poder político de turno y sus aliados que complotan para paguemos un brutal ajuste que nos han cajoneado este proyecto y muchos votarán en contra y las burocracias sindicales que están a años luz de defender a las trabajadoras, que muy a su pesar venimos de hacer un paro histórico el #8M.

En muchos lugares se instaló el debate, se lograron alianzas a favor entre mujeres y varones, y se organizaron para movilizarse, pero todo esto es producto de la pujante batalla que hemos dado en los lugares de trabajo y no desde dónde se supone que los trabajadores nos organizamos por la defensa de nuestros derechos: los sindicatos. Es absolutamente necesario exigir que las centrales sindicales paren el #13J. El derecho al aborto legal, seguro y gratuito está absolutamente ligado a la vida de las trabajadoras que dicen defender. Sino paran por nuestro derecho a decidir no ser madres ¿estarán en contra? No pareciera que quieran de todas maneras colaborar con el mandato de la maternidad, o si lo hacen es desde una postura hipócrita, porque cuando las compañeras tienen a sus bebés hay que pelearse porque se respeten las licencias por maternidad, se nos sanciona por faltar cuando los chicos están enfermos, no hay lactarios ni guarderías y porque cuando estamos despedidas nos cierran la puerta del sindicato en la cara sin importar si hay compañeras que tienen 5 hijos a los que alimentar.

Lo escribí muchas veces. Imaginense si la votación de hoy nos desvela, cómo será cuando decidamos ir por todo lo que nos corresponde.