Hoy viernes comienza el juicio contra Luz Aimé Díaz. Lleva dos años detenida con prisión preventiva, está acusada de robo e intento de asesinato del dueño de un departamento en Palermo. Decenas de organizaciones junto a sus compañeras del Hotel Gondolín impulsan una campaña por su absolución.
Pablo Herón @PhabloHeron
Viernes 11 de septiembre de 2020 00:00
Luz tiene 24 años, es trans y estudia en el Bachillerato Travesti Trans Mocha Celis. A finales de 2017 llegó desde Salta a la Ciudad de Buenos Aires. “Quiero que termine este juicio para poder seguir estudiando” nos decía a La Izquierda Diario en febrero previo a la llegada de la pandemia al país y las sucesivas medidas de aislamiento.
Luciana Sánchez, abogada de Luz y parte de la campaña por su absolución, declaró a este medio que "hoy será la primera audiencia del juicio y por eso convocamos a todos los medios, organizaciones y personas que se enteren del caso y conozcan a Luz para luchar por su absolución". Será la primera audiencia tras haberse postergado en dos oportunidades en febrero y abril de este año.
Desde agosto de 2018 está presa “acusada de intento de asesinato agravado contra una persona de la comunidad LGBT+, condena que le significaría varios años en prisión” afirma el petitorio de firmas impulsado por la Campaña por la absolución de Luz Aimé. Tras su detención pasó varios meses en el penal de Ezeiza, hasta que se logró la prisión domiciliaria. Desde ese momento pasa sus días en el Hotel Gondolín, un edificio ubicado en el barrio de Villa Crespo que fue recuperado y es autogestionado por un colectivo de travestis y trans. Allí reciben chicas del interior del país, les dan contención y las asesoran para conseguir un DNI, entre otras cosas.
“Los dos hombres responsables del crimen contrataron a Luz para un servicio sexual en el departamento en el cual horas antes habían agredido y robado pertenencias a la víctima” señala el petitorio emitido por la campaña. A lo que agrega “la Fiscalía actuó de forma selectiva acusando a una compañera trans en situación de vulnerabilidad, reforzando el estigma social, los prejuicios y la violencia que ejerce sistemáticamente la justicia patriarcal homodiante y transodiante”.
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El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que fue parte de la causa como perito de parte, señala que “la fiscalía no investigó ni identificó ni mucho menos detuvo a esos dos hombres. Como Luz estuvo en ese lugar, el peso de la acusación recayó sobre ella, a pesar de que no hay pruebas que indiquen que fue autora del hecho. Cuando el fiscal de instrucción Andrés Madrea pidió a la jueza de instrucción Paula López la detención de Luz, la categorizó como autora del crimen y cambió la calificación del hecho. La carátula pasó de privación de la libertad con robo a tentativa de homicidio triplemente agravado”.
Los dos jueces que previamente integraban el tribunal fueron recusados dado que estaban en contra de la “ideología de género” y negaban su identidad, un incumplimiento abierto de la ley de identidad de género. El caso de Luz expone la violencia sistemática que reproduce el Poder Judicial contra las mujeres y LGBTIs. Desde La Izquierda Diario seguiremos el juicio informando los avances de la causa y nos sumamos al grito de absolución para Luz.
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Pablo Herón
Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.