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Red Internacional
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Crisis Económica. Ad portas de una nueva crisis económica mundial ¿Qué lecciones podemos sacar la clase trabajadora de las últimas grandes crisis?

Muchos expertos vaticinan que nos acercamos aceleradamente hacia una crisis económica mundial que puede dejar estragos en la economía mundial y llevar al desempleo y el hambre a millones de personas en el mundo, en medio de una pandemia y crisis climática cada vez más evidente.

Domingo 22 de agosto de 2021

Para nadie es sorpresa que el encarecimiento de los productos de primera necesidad ha avanzado con gran rapidez, mientras que las condiciones de vida de la clase trabajadora no han cambiado, sino más bien empeorado, teniendo incluso un aumento del subempleo y la tercerización que hacen aún más difícil poder llegar a fin de mes, inclusive con una crisis de la vivienda que va en aumento, debido al alto precio que tienen las casas y departamentos en Chile.

Esta situación no se debe a los retiros del 10% o el IFE universal como nos quieren hacer creer distintos economistas y medios de comunicación, sino que se remonta al 2008 con la crisis de los bonos subprime, donde millones de personas tanto en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, sufrieron estragos económicos que llevó al FMI a sumar más poder, haciendo una serie de préstamos impagables que dejaron hasta el día de hoy a muchos países a merced de sus condiciones injustas, junto con la desproporcionada impresión de dólares que solo sirvió para salvar a algunos bancos y dejar en la calles a muchas y muchos trabajadores.

Sin embargo esta crisis que falsamente fue controlada por los grandes capitalistas, ya que en realidad permitió a China poder entrar en Occidente ofreciendo productos más baratos a costa de precarización laboral y de vida de millones de trabajadores chinos, que deben trabajar de forma inhumana, para poder conseguir las altas expectativas que deposita la denominada “fábrica del mundo” con ellos, permitiendo que la crisis se note cada vez menos, debido a los bajos costos de los productos.

Ha encontrado hoy en día su punto más álgido con la llegada de la pandemia de Covid-19, que no ha hecho más que agravar la delicada situación económica, debido a la paralización laboral de muchos sectores de la economía mundial y la aún más incontrolable impresión de dólares que ha llegado a generar deflaciones e inflaciones en varios países, ya que al no tener un crecimiento real de la economía y el alto nivel de deuda que existe en el mundo que ya alcanzado zona de máximos históricos, equivalentes a 289 millones de dólares, es decir el 360% del PIB mundial, han generado un equilibrio precario de la economía, en donde la economía financiera no se condice con la economía real.

Es por esto que Serguéi Grishunin ha dicho: "Pero más que los factores puramente financieros, es probable que una crisis económica sea causada por factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Los riesgos están relacionados con el aumento de los fenómenos peligrosos en la naturaleza, el aumento de la posibilidad de nuevos virus peligrosos, el aumento continuo de la desigualdad social, que conduce a la inestabilidad y a los conflictos armados" Situaciones que hemos visto en alza cada vez más en el mundo.

¿Pero qué podemos hacer las y los trabajadores frente a un panorama como este?

Cabe recordar que una de las históricas crisis del capitalismo, se remonta a los años 1929, que duró 4 años y trajo consecuencias devastadoras para las y los trabajadores, trayendo desempleo, hambre y miseria para gran parte de la población.

Es en este contexto que la organización de diversos grupos políticos, gremios y la unión de la clase trabajadora con independencia de clase y autogestionada, basada en el apoyo mutuo y la solidaridad de clase, se enfrentó a los oligarcas y burgueses y permitió que se conformará una conciencia de que no había que esperar que el Estado se hiciera cargo de los problemas que vive la clase trabajadora y fueron los mismos trabajadores que se organizaron para paliar las deficiencias del sistema, construyendo alternativas prácticas y eficaces para defenderse de una modernización que no se limitaba a seguir precarizando y sometiendo a los millones de trabajadores que ya se encontraban viviendo en la miseria.

Es por esto que ninguna medida paliativa resolverá el problema estructural de las crisis, por lo que el reformismo en el mundo sólo allana el terreno para la aplicación de los ajustes capitalistas, dejándonos a merced de los grandes bancos controlados por los capitalistas.

Razón por la que se hace necesaria una organización revolucionaria, y que la clase confíe en sus propias fuerzas y experiencias de organización. Para que seamos las y los trabajadores quienes definan su propio destino.