A 80 años de la Guerra Civil Española, escribimos sobre uno de los más importantes referentes del fotoperiodismo de Barcelona.
Domingo 24 de julio de 2016
Fotografía:Agustí Centelles Ossó
Cuando Agustí Centelles Ossó es exiliado de España lleva en su maleta una cámara Leica y 4000 negativos pertenecientes a los años de la República y la Guerra Civil. La esconde en Francia y en 1978 el contenido de esos negativos convertidos en imágenes, llega al público.
Nació en Valencia en mayo de 1909 en una familia humilde. Tras la muerte de su madre y a la edad de un año su padre decide que deben instalarse en Barcelona. Desde muy joven se interesó por el cine y siempre quiso ser camarógrafo. Pero su proyecto se ve atravesado por la fotografía cuando su padre le regala una cámara de fotos 10x15.
En 1924 se crea la agrupación fotográfica de Catalunya donde se anota para hacer un curso de retoque de negativos con Francesc de Baños, donde luego forma parte del equipo de trabajo como aprendiz. Paralelamente a este trabajo diurno es convocado para trabajar en la sección de huecograbado del diario El día Grafico. En 1927 en las instalaciones del rotativo conoce a Badosa al que luego denominará como su maestro.
En la primavera del ´31 se incorpora a un corto servicio militar. Al regresar a Barcelona, Badosa al no poder mantenerlo como ayudante lo despide. En una nueva búsqueda de trabajo conoce a Segarra y Torrents los reporteros gráficos, más conocidos en ese entonces en Barcelona. Comienza a trabajar en el laboratorio de la agencia y como fotoperiodista. Allí conoce a Eugenia Martí la hija de la portera. Su compañera, la que luego sería su esposa y con quién tuvo dos hijos.
Su creatividad se estrella con el estilo de los fotógrafos de la agencia, quienes deciden la hora, la distancia e incluso donde tenía que pararse para tomar la fotografía. Centelles fue despedido tras exigir el pago de sus horas extras de trabajo y un aumento de sueldo.
1934 fue un año de cambios para Agustí. Con el entusiasmo de su compañera y después de haber comprado su cámara Leica decide trabajar por su cuenta como fotoperiodista. Empieza a colaborar en La Vanguardia, y en poco tiempo su carrera da un salto debido a las fotos que realiza durante los Hechos de Octubre. El estilo de Centelles fue gustando tanto que cada vez se hacían más visibles sus fotos en los diarios y revistas de Barcelona, por ejemplo La Humanitat, Diario de Barcelona, La Rambla, Última Hora, La Publicitat, L’Opinió y La Vanguardia.
Sus primeras fotografías firmadas aparecen en Agosto del mismo año en el Mundo Grafico madrileño que era dirigido por el famoso fotoperiodista. Los días siguientes fotografiaron los consejos de guerra y la salida de columnas hacia el frente de Aragón. Exento del servicio militar acompañó al frente a varias columnas y llevó a cabo reportajes sobre las tropas. En octubre del mismo año la Generalidad creó el Comisariado de Propaganda, con el militante de Esquerra Republicana Jaume Miravitlles al frente. Su propósito era difundir internacionalmente imágenes y materiales de la guerra en curso que resaltasen el esfuerzo de las fuerzas antifascistas.
En noviembre de 1937 le sorprendió el bombardeo de Lérida, cuando casualmente se encontraba en aquella ciudad. Después del ataque, recogió gran cantidad de fotografías de las numerosas víctimas mortales (alrededor de 200 muertos) y daños materiales que sufrió la ciudad.
Hacia 1939 recibe órdenes de evacuar de Barcelona a Gerona los archivos fotográficos del ejercito llevándose consigo 400 negativos y su cámara Leica que logra esconder. Las tropas franquistas requisaron el resto de los negativos que aún se encontraban en su domicilio familiar y desapareció. Perdiendo así más de 3000 imágenes correspondientes al período franquista.
De Gerona a Figueras, de Figueres a Francia. Estos treinta últimos kilómetros hacia el exilio los hizo a pie, atravesando por la noche los Pirineos nevados.Como miles de refugiados fue internado en un campo de concentración, primero en el de Argelès-sur-Mer y después en el de Bram, cercano a Carcasona. Allí, con otro fotógrafo de Barcelona, Salvador Pujol, y gracias a que poseía un carné de periodista expedido por las autoridades francesas, montó una pequeña cámara oscura clandestina, que montaban y desmontaban cada noche. Hicieron las fotografías que después demostrarían las condiciones en las que malvivieron los refugiados.
En 1944 la Gestapo encuentra su laboratorio clandestino y lo desmantela, exiliando a Centelles a Andorra. Dos años después regresa a Barcelona y no lo dejan trabajar como reportero gráfico por ser considerado enemigo del régimen de Franco.
En 1950 en una situación de libertad condicional otorgada por familiares directos con el régimen deja el fotoperiodismo para dedicarse a la fotografía comercial e industrial. En ese mismo juicio es condenado a prisión domiciliaria hasta 1956.
En 1976 casi un año después de la muerte de Franco, Centelles vuelve a Carcasona 32 años después a buscar aquella maleta con los 4000 negativos de la Guerra Civil Española, que había escondido.
Luego, con el material recuperado, Centelles empezó a positivar los negativos, datados entre 1934 y 1939. En 1978 hizo una primera exposición en la sede de Convergència Democràtica de Catalunya en Barcelona, Imatges d’un reporter que fue seguida de una serie de exposiciones por toda Cataluña y después por toda España.
Se le concedió la distinción «por cubrir un espacio importante en la historia de la fotografía española y haber sido uno de los pioneros mundiales del nuevo concepto de reportaje gráfico». A pesar de reconocer su satisfacción por la concesión del premio, también mostró su decepción por la falta de reconocimiento en Cataluña: «las instituciones catalanas no han demostrado en ninguna ocasión el más mínimo interés por ello [refiriéndose a sus fotos]. No es una cuestión económica la que reivindico, sino el interés por la recuperación de un patrimonio gráfico como el que poseo a través de tantos años de continuada dedicación».
No pudo llegar a recoger el galardón porque cayó enfermo en junio del 1984. Murió en el Hospital Municipal de la Esperanza de Barcelona el 1 de diciembre de 1985, a los setenta y seis años.