El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, dijo que “el optimismo del Gobierno griego” por la posibilidad de lograr en días un acuerdo con sus acreedores para recibir fondos a cambio de reformas no estaba respaldado por las negociaciones. Continúan las presiones de la Troika para lograr más concesiones del gobierno griego.
Viernes 22 de mayo de 2015
Fotografía: REUTERS-Fabrizio Bensch
En una entrevista con Reuters, Schaeuble dijo también que no podía descartar una situación de insolvencia griega.
El gobierno griego aseguró estos días que esperaba de forma inminente un acuerdo con los prestamistas internacionales, y el ministro de Finanzas Yanis Varoufakis dijo el lunes que se podría alcanzar un entendimiento en una semana.
Pero Schaeuble enfrió esta idea, diciendo que los reportes de las instituciones internacionales involucradas en las discusiones con Atenas sugerían que éstas avanzaban "de manera muy vacilante".
"Lo que sé de las discusiones con tres instituciones no respalda el optimismo surgido de los anuncios de Atenas", dijo Schaeuble en una entrevista publicada el jueves.
"Todavía no existe ninguna sustancia al mero anuncio de que estamos más cerca de un acuerdo. Esto todavía está en la atmósfera", agregó.
Durante las últimas semanas las negociaciones parecen no avanzar, mientras crece la presión de la Unión Europea y el FMI sobre Grecia para que acepte más reformas como la rebaja de pensiones y una nueva reforma laboral.
Cuando se le preguntó al ministro alemán si él creía que Grecia se estaba acercando a la insolvencia, Schaeuble dijo que la situación estaba en manos de Atenas, agregando: "no puedo descartar nada en cualquier caso".
En la más reciente advertencia de que Grecia se tambalea al borde del default, un legislador del partido gobernante griego dijo el miércoles que Atenas no podría cumplir un próximo pago al Fondo Monetario Internacional el 5 de junio a menos que los acreedores extranjeros desembolsen más recursos.
Schaeuble sostuvo: "puedo entender la especulación pública sobre soluciones políticas, pero no se justifican por nada en su sustancia"
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, consideró por su parte que era "factible" un acuerdo con Grecia, pero también se sumó a las presiones sobre el gobierno heleno, diciendo que era necesario acelerar la negociación para que pueda ser validado a nivel político "en las próximas semanas".
"Estas tres últimas semanas han sido más productivas que los últimos meses y el ritmo hace pensar que se alcanzará un acuerdo, pero todavía queda mucho camino por delante", indicó.
El comisario “saludó” que el Ejecutivo heleno haya puesto ya sobre la mesa propuestas concretas, principalmente en materia fiscal, pero recalcó que "el tiempo apremia" y que es necesario llegar a un pacto "lo antes posible".
El 20 de febrero el gobierno de Tsipras firmó una prórroga de cuatro meses del rescate que había aprobado el gobierno de Nueva Democracia, comprometiéndose a presentar una lista de reformas detallada para que fuera “aprobada” por las instituciones de la Troika. Esta prórroga vence a finales de junio.
Tras el tenso Eurogrupo celebrado en Riga a finales de abril, en el que, en su opinión, se constató que "ni el formato ni el ritmo eran satisfactorios", Moscovici aseguró que en la actualidad hay "nuevas herramientas de negociación" y que se empieza a hablar "por fin de temas concretos".
El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, anunció por ejemplo este lunes que Grecia aplicará a partir de septiembre dos tipos únicos para el impuesto sobre el valor añadido (IVA), que serán del 18 % y el 9,5 % y se verán reducidos al 15 % y al 6,5 % si los pagos se efectúan con tarjeta de crédito o débito.
Este nuevo régimen fiscal, con el que el Gobierno cuenta con ingresar al menos 200 millones de euros adicionales al año, forma parte de las medidas que Grecia negocia con los acreedores para poder obtener el tramo pendiente del rescate.
El comisario europeo alabó “esos avances”, pero insistió en que "queda un importante camino por recorrer, principalmente sobre la reforma de jubilaciones, que debe ser sostenible, o sobre la del mercado laboral, que tiene que ser coherente y completa".
El gobierno de Tsipras ha realizado grandes concesiones a la Troika desde la firma del acuerdo del 20 de febrero, con la aceptación de no tomar “medidas unilaterales”, los pagos al FMI, la postergación de medidas sociales y la promesa de no frenar el plan de privatizaciones.
La cuestión de las pensiones, que la Troika quiere recortar, junto a la presión por una nueva reforma laboral, son dos temas que cruzan las negociaciones, donde el gobierno dice que no está dispuesto a ceder. Sin embargo, las negociaciones se manejan con alto grado de secretismo, sin conocerse los términos que se ponen sobre la mesa.
En los próximos días se conocerá hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno y qué “líneas rojas” volverá a cruzar de Syriza para llegar a un acuerdo con sus “socios” de la Troika.
Fuente: La izquierda Diario/Agencias