Para reducir el plantel de trabajadores en la planta de Baradero, la empresa había solicitado la apertura de un procedimiento preventivo de crisis que fue rechazado por el Ministerio de Trabajo. Ante la negativa lanza los (despidos encubiertos) en forma de retiros voluntarios.
Martes 10 de abril de 2018 13:31
La empresa Quickfood propiedad actualmente del grupo alimenticio brasileño Brazil Foods (BRF) habría solicitado la apertura de un procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo, el mismo instrumento que pide la cadena más grande de supermercados del país, Carrefour, para despedir a mas de 3000 trabajadores.
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Como es sabido, estas empresas han embolsado millonarias ganancias los últimos años. Carrefour por su lado había absorbido los supermercados Eki y Norte, volviéndose la mayor cadena de supermercados del país con más de 21.000 trabajadores y 40 sucursales. Las típicas maniobras que realizan las grandes empresas, con el aval del Ministerio de Trabajo y la complicidad de la Burocracia Sindical que negocia los despidos, dan lugar a que estas maniobren para despedir trabajadores para ganar mayor rentabilidad y bajar el costo laboral, precarizando las condiciones de trabajo.
En el caso del monopolio brasilero, Brazil Foods (BRF) Quickfood , dueña de Paty, también busca beneficiarse con este tipo de maniobras para justificar los despidos. El PPC fue instaurado en 1991 por la ley 24.013 para que las empresas, antes de entrar en concurso o ir a la quiebra, pudieran negociar con los sindicatos cambios en las relaciones laborales, a fin de evitar despidos masivos o directamente el cierre del establecimiento. Un mecanismo completamente extorsivo con el objetivo de que la crisis la paguen los trabajadores y que sea sostenido y aceptado por el propio Ministerio de Trabajo.
Mientras la cadena francesa Carrefour buscará el aval del Gobierno para despedir entre 2.000 y 3.000 trabajadores y abonar el 50% de las indemnizaciones a través de un procedimiento preventivo de crisis, la empresa Quickfood deberá aplicar otra estrategia para reducir su personal y mantener sus millonarios negocios. El objetivo de la compañía brasilera, es el de reducir los puestos de trabajo de la planta que opera en la localidad bonaerense de Baradero.
Según lo informó el portal iProfesional, dicho procedimiento no fue autorizado por el Ministerio de Trabajo y tendrá que negociar la apertura de retiros voluntarios en dos de sus plantas.
El cuestionamiento principal a este procedimiento es que las empresas, en realidad, quieren bajar los costos laborales sin que realmente hayan sufrido pérdidas sino, más bien una caída de la rentabilidad producto de la baja del consumo y que responde a los porcentajes de inflación que no paran de crecer.
En los casi cuatro meses que van del 2018 los puestos de trabajo perdidos superan los 5600 trabajadores que quedaron en la calle. La política de ajuste del macrismo junto con la complicidad de la burocracia sindical que mantiene una tregua permanente dejan bien en claro de qué lado están parados y que los intereses que defienden son los de los empresarios y las multinacionales, mientras estas descargan la crisis sobre la espalda de los trabajadores.