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Red Internacional
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TARIFAZO EN GUADALAJARA. Ante el tarifazo en Guadalajara, hay que nacionalizar el transporte público

En los últimos días se han desarrollado una serie de protestas contra el sideral aumento del transporte público en la zona metropolitana de Guadalajara. ¿Qué salida podría favorecer al pueblo trabajador?

Martes 30 de julio de 2019

El aumento del 36 % en el costo del boleto del Macrobús y del Tren Ligero ha generado una fuerte respuesta en redes sociales y en las calles con diversas marchas. Este tarifazo golpea duramente a la mayoría de la población trabajadora que utiliza cotidianamente este transporte como única forma de poder moverse en la ciudad en el marco del encarecimiento más general de la vida y los bajos salarios que viven millones.

Por su parte, la respuesta del gobierno de Enrique Alfaro ante las manifestaciones ha sido la represión y el autoritarismo, lo cual le ha valido un gran cuestionamiento al punto de volverse Trending topic los hashtags #AlfaroRepresor y #AlfaroRenuncia, al tiempo que se planean más manifestaciones públicas próximamente.

Este tarifazo se lleva a cabo para aumentar la ganancia empresarial, pero se realiza a costa del pueblo. El costo del boleto con este nuevo aumento pasará de $7.00 a $9.50. El gobierno hizo el anuncio junto a la Cámara Empresarial del Estado de Jalisco y defiende que esta política se debe a que es necesario para mejorar el servicio.

Sin embargo, es sabido que cuando se realizan estos aumentos es falso que se vaya a reinvertir, las condiciones de viaje de los usuarios siguen siendo malas, precarias, en condiciones de hacinamiento e inseguras. Mientras que los trabajadores del transporte, los choferes y operadores de ruta, no obtendrán un aumento salarial, ni mejorarán sus condiciones laborales.

Necesitamos un transporte público al servicio de los y las trabajadoras y sus familias

Ante esta situación lo primero que hay que parar es este brutal tarifazo que afecta directamente a la mayoría. Sin embargo, hay que pensar en un transporte que realmente vea por el interés de los usuarios y donde sus trabajadores desempeñen sus funciones en condiciones dignas.

Para lograr esto y superar esta forma de funcionamiento obsoleta y que sólo beneficia a los empresarios dueños de las concesiones del Macrobús, el Tren Ligero y otras rutas. Hay que estatizar la red de transporte y lograr una movilidad eficiente y accesible para los trabajadores, estudiantes y sectores populares que lo utilizan todos los días.

Sin embargo, un transporte público “estatal” solo puede ser verdaderamente de calidad si es gestionado por sus trabajadores, tanto choferes como técnicos y administrativos, en coordinación con los propios usuarios de este servicio pues son éstos los que conocen las verdades problemáticas y necesidades del transporte.

Esto puede llevarse adelante con asambleas de trabajadores organizados desde las bases donde se discuta de qué forma brindar un mejor servicio, con el asesoramiento de profesionales de las universidades públicas -que no se vendan a los empresarios ni al gobierno- para planificar las rutas y aportar a su funcionamiento y en consulta con comités de usuarios que se involucren en la gestión.

Solo los trabajadores y los usuarios estamos realmente interesados en mejorar el funcionamiento del transporte, porque somos nosotros quienes lo utilizamos. A su vez, es indispensable que todos los operadores, técnicos y administrativos tengan plenos derechos laborales -seguridad social, vacaciones, aguinaldo- y salarios que al menos cubran el costo de la canasta básica y se ajusten por inflación.

Ahora bien, la inversión necesaria para mejorar el servicio que, efectivamente tiene deficiencias, hay que obtenerla de destinar más recursos presupuestales al transporte como servicio público, para lo cual habría que plantear una recaudación fiscal progresiva, es decir no con impuestos al bolsillo popular, sino a las grandes empresas que o no pagan o pagan mínimos impuestos, así como con el no pago de la onerosa deuda externa.

Un transporte público para el pueblo trabajador, eficiente y accesible es posible, pero para ello hay que impulsar un plan de lucha unitario donde participen la base trabajadora del sector, así como el público usuario, jóvenes, mujeres y trabajadores.