El durísimo temblor de magnitud 7.1 que se sintió hoy el día de hoy en México (uno con epicentro en Puebla y otro en Morelos) fue más grave en sus consecuencias que el del pasado 9 de septiembre.
Miércoles 20 de septiembre de 2017 00:01
Afectó terriblemente la Ciudad de México -además del estado de Morelos y Puebla- colapsando varios edificios, provocando incendios en algunos puntos de la ciudad y dejando muchas estructuras dañadas.
Hasta ahora en la Ciudad de México, según los datos oficiales, las muertes ascienden a 36, en Morelos van 64, 29 en Puebla, 9 en el Estado de México y 1 en Morelos. Pero las fuertes escenas de los edificios derrumbados, presagian muy malas noticias. Hay gente atrapada entre los escombros.
Aunque eran de esperarse alguna réplica -han habido cientos de ellas desde el último sismo- nadie se imaginaba que este temblor sacudiera tan fuerte la ciudad.
En las últimas décadas se han sentido algunos temblores de esta magnitud, pero sin estos efectos dañinos. Y es que según informan en la televisión, tuvo fuertes movimientos oscilatorios.
Lo que salta a la vista, más allá de los discursos oficiales y el regreso de Peña Nieto que recién aterrizaba en Oaxaca para hacerse propaganda con la destruida Juchitán como escenario, es la población que nuevamente, como el 85, salió a poner solidariamente el hombro.
No hicieron falta directrices ni llamados a que colaboraran con las tareas de rescate en los edificios derrumbados. Hay miles de trabajadores, jóvenes, mujeres, y pueblo en las calles con pala, manos y cubos, retirando escombros con la esperanza de encontrar sobrevivientes, llevando víveres y agua potable.
Por esto causa mucha alegría en los rescatistas - en aquellos que pueden seguir las noticias por televisión o en redes sociales-, los rescates logrados como en la colonia Roma.
La policía y el ejército pretenden controlar todas las acciones espontáneas, buscando expropiar la iniciativa popular para demostrar que el gobierno está al frente del auxilio ante los desastres. En las últimas horas se vio a la Marina “dirigiendo” a la población.
En la televisión, con motivo del sismo que ocurrió hace pocos días, algunos con poca inteligencia argumentaban que aquel no había sido tan grave, porque ahora estamos prevenidos por la política oficial sobre la urbanización en la capital. Mentira.
La ciudad fue construida -sobre todo en las últimas décadas-en base a edificaciones de mala calidad que significaron un gran negocio para las compañías constructoras, asociados con los gobernantes en turno y en medio de una verdadera corrupción.
Los edificios colapsados en esta ocasión demuestran que las construcciones en la capital del país son inseguras. Y con más razón en lugares como Guerrero y Chiapas, que sufrieron la destrucción total de parte importante de sus comunidades hace algunas semanas.
Con la aparición de la Marina -responsable de muchas ejecuciones y desapariciones- pretenden inhibir la organización espontánea e independiente de la población.
Los sindicatos -que cuentan con equipo especial- y las organizaciones populares y de izquierda, tenemos que organizarnos para actuar junto a la población trabajadora que está hoy las calles, mostrando esa solidaridad de los ”de abajo”.
Mario Caballero
Nació en Veracruz, en 1949. Es fundador del Movimiento de Trabajadores Socialistas de México.