Hoy amanecimos con la noticia del fallecimiento de nuestro compañero, Julio Gutiérrez, enfermero de pediatría y neonatología del hospital. Pertenecía al grupo de riesgo de coronavirus y fue licenciado en forma tardía.
Lunes 15 de junio de 2020 16:55
Con bronca y dolor tenemos que contar otro compañero fallecido en salud, otra muerte evitable que se suma a otras 11 que también pertenecían al grupo de riesgo de Covid 19. (6 médicos y 6 enfermeros). Julio tenía 52 años y antecedentes de asma bronquial, claramente entraba dentro de la población de riesgo.
Sin embargo, trabajó durante dos meses dentro de la cuarentena. Recién el 24 de mayo entró en licencia por ser población de riesgo, un derecho laboral elemental que llegó tarde. Durante dos meses no fue notificado, ni alertado por las autoridades del hospital de que no debería estar prestando servicio. Las autoridades son rápidas para notificar descuentos salariales, pero “muy lentos” para cubrir el derecho elemental de licencias por población de riesgo.
Para mayor lamento y odio, su compañera de vida, también trabajadora de salud está internada con coronavirus en estado delicado en Vicente López, al momento de recibir la noticia de la muerte de Julio. Una pareja dedicada a salvar vidas que nadie protegió.
Siendo que la ley Ley 27541, ampliada por decreto 260/2020 y la resolución 207/2020 del Ministerio de trabajo y demás normas complementarias, establece el licenciamiento de los trabajadores de los grupos vulnerables y de riesgo, las autoridades, que cuentan con los legajos y antecedentes de cada trabajador, no actúan en consecuencia desde el inicio de la pandemia.
No otorgaron de forma temprana las licencias para que los trabajadores de esos grupos no se expusieran. Más bien, esperaron a que cada uno la solicite individualmente y en la mayoría las denegaron o demoraron alegando que cada institución establece quiénes conforman el grupo de riesgo.
En muchos hospitales, clínicas y sanatorios, hoy en día hay compañeros que continúan trabajando y que deberían estar de licencia porque si se contagian el resultado puede ser fatal.
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Según los datos publicados en el boletín oficial el 8 de junio, en lo que va de la pandemia, los trabajadores de salud representan el 14.9% del total de infectados del país. No se trata de números, son las vidas de nuestras compañeros y compañeras con los que sostenemos los hospitales todos los días. Son madres, padres, hijos, hermanos. Son vidas que a los gobiernos de Fernández, Kicillof y Larreta no les importan, pero a nosotros sí.
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No queremos jornadas de duelo, aunque sentimos un profundo dolor y bronca, no queremos seguir contando víctimas. Necesitamos que los sindicatos ATE, Sutecba y AMM convoquen a asamblea de trabajadores para definir un plan de lucha acorde a la grave situación que atravesamos y que encabecen nuestras demandas. Las declaraciones y denuncias, está visto que no alcanzan para revertir el estado de situación.
Necesitamos y exigimos que ningún compañero más esté expuesto a morir, que estén los equipos de protección, los testeos, las licencias de grupo de riesgo, el personal adecuado y todas las medidas necesarias para cuidarnos y cuidar a nuestros pacientes.
Ante la desidia de los gobiernos y las autoridades, tenemos que organizarnos en comisiones de higiene y seguridad de trabajadores en cada sector, con delegados elegidos por turno, que peleen de conjunto por todas las demandas.
Somos las y los trabajadores, los que sabemos en primera persona cómo hacer las cosas y cuáles son las necesidades concretas, por eso tenemos que organizarnos. Porque no somos héroes y no queremos ser mártires. Porque no vamos a resignar nuestras vidas, la de nuestras familias y la de nuestros pacientes.