Mariano Macri es protagonista del último libro del reconocido periodista. Pero una vez publicado el libro contra Mauricio, su hermano se arrepintió y ahora quiere que O’Donnell sea juzgado por daños y perjuicios. La jueza Gastaldi ya lo intimó a que entregue las 18 horas de grabación que son la base del libro. Un ataque que puede sentar un nefasto precedente.
Lunes 8 de febrero de 2021 10:25
Foto Télam
Un deliberado ataque a la libertad de prensa y de expresión. Un claro ataque con tinte de apriete judicial originado por el poder económico-político. Tras la publicación del libro Hermano. La confesión de Mariano Macri sobre la trama de poder, política, negocios y familia detrás de su hermano Mauricio (Sudamericana, 2020), su autor Santiago O’Donnell está siendo objeto de aprietes y persecusión.
El martes pasado la jueza Marta Margarita Susana Gastaldi, titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil 6, hizo lugar a un pedido de Mariano Macri (protagonista del libro) e intimó a O’Donnell a que en un plazo de cinco días hábiles le entregue las grabaciones que realizó como parte de la entrevista al hermano del expresidente. El plazo vence este martes 9 de febrero. En el fallo, Gastaldi dice que si el periodista no entrega esos audios, le impondrá una multa diaria hasta que lo haga.
El argumento de la jueza para realizar semejante pedido (que puede sentar un precedente nefasto para el ejercicio del periodismo) es que se trata de “una medida preliminar” con el fin de “brindar certeza a la preparación de un ulterior juicio por daños y perjuicios”.
Según relató el propio O’Donnell al diario Página|12, el reclamo judicial de Mariano Macri había arrancado en diciembre pero el periodista nunca había notificado de la existencia de esa causa hasta la semana pasada, cuando le llegó la intimación para entregar el crudo de las entrevistas realizadas para el libro.
“Me enteré de que existía la causa el mismo día en que me llegó la resolución de la jueza”, le dijo O’Donnell a la colega Laura Vales de Página|12. “Hicieron todo sin informarme; ya en diciembre habían intentado frenar la salida del libro, pero esa pretensión fue rechazada por la Cámara”, agregó quien es jefe de la sección Internacionales del mismo diario.
El mismo autor de Hermano… recordó que en diciembre Mariano Macri intentó a través de cartas documentos frenar la publicación del libro, cosa que O’Donnell por supuesto se negó a hacer. En esas cartas documento Macri le decía que “no podía publicar el libro porque estaba hecho en base a conversaciones que tuvo en la intimidad” y que “le entregara todas las grabaciones”. O’Donnell le respondió lo tiene grabado al mismo entrevistado diciendo que reconocía que él es el periodista, que tendrían una relación de entrevistador-entrevistado y que delegaba en el autor “el control total del material”.
Además de todo, fue el propio hermano menor del expresidente quien buscó al periodista para contar en detalle la historia personal, política y empresaria de la familia Macri. “Las dos veces que hablé con él le dije que para continuar con el libro todo lo que él dijera tenía que ser on the record, porque no había manera de hacerlo off the record o escondiendo que se trataba de sus declaraciones. Y él me mandó un mail reconociendo que toda la entrevista (realizada entre enero y agosto de 2020) era on the record”, airma O’Donnell.
Al periodista lo patrocinan legalmente los abogados Cristian del Rosario y Damián Loreti, quienes ya presentaron una apelación al fallo de Gastaldi. Según los letrados, el criterio de la jueza para pedir la entrega de los audios es curioso y peligroso. La magistrada dice que no infringe la libertad de expresión ya que “no hay un problema de reserva de la fuente periodística debido a que la grabación sólo registra a Mariano Macri y a él (O’Donnell), pero el secreto periodístico no está restringido a la identidad de las fuentes, también hay un tema de alcance del secreto periodístico” explicó Loreti a Página.
Según la defensa del periodista, la negativa a entregar esas grabaciones está amparada sobradamente por la jurisprudencia nacional, también la de la Ciudad de Buenos Aires y por la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos. Por eso para Loreti y Del Rosario, “no hay precedentes de un fallo como éste. La jueza parece no haber mensurado que está ordenando judicialmente a un periodista que entregue parte del material producto de su esencial labor, para que tenga además pleno acceso a él la persona que intentó extrajudicialmente y judicialmente, en dos instancias, impedir la publicación”.
O’Donnell ya resolvió llevar su caso a la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al considerar que lo de Gastaldi es una “medida claramente inconstitucional, violatoria del derecho a la libertad de expresión y el derecho a la preservación de la fuentes”.
Tan bochornoso es lo que hace Mariano Macri a través de la jueza Gastaldi que hasta el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) salió en defensa del periodista atacado al considerar que la decisión judicial “pone en riesgo la garantía constitucional de protección del secreto de las fuentes informativas, y que la medida va a contramano de la jurisprudencia nacional e internacional. El artículo 43 de la Constitución Nacional establece claramente que no podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística”.
El dato no es menor ya que en los últimos años Fopea se alineó sin fisuras con las gerencias de las grandes empresas periodísticas como Clarín y La Nación, al punto que llegó a considerar como “productos periodísticos” de calidad verdaderas operaciones de prensa en favor del macrismo y de otros factores de poder económico y político. Evidentemente el accionar de la jueza Gastaldi es indefendible, aún para varios macristas.
La Izquierda Diario repudia este apriete con forma de causa judicial contra Santiago O’Donnell y su labor como periodista. Cualquier ataque a la libertad de expresión y de prensa debe ser rechazado sin miramientos, sea contra quien sea, ya que de no hacerlo se estaría sentando un precedente nefasto que, más temprano que tarde, será utilizado por la burguesía y los políticos tradicionales contra las expresiones independientes de la clase trabajadora y los sectores populares.
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Redacción central La Izquierda Diario