Mientras referentes peronistas y macristas le enviaron una carta de amor a Bergoglio por sus ocho años de papado, el Sumo Pontífice vuelve a descargar su odio reaccionario a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nada nuevo. Todo muy viejo.
Daniel Satur @saturnetroc
Lunes 15 de marzo de 2021 12:10
El 22 de febrero (el texto recién se conoció en las últimas horas) el cardenal Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, emitió un documento, previo acuerdo con el papa Francisco, en el que intenta explicar el por qué de la negativa de la Santa Sede a “bendecir” las uniones legales entre personas sin importar su género.
“En algunos ambientes eclesiales se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo”, arranca el documento. Y agrega que “no pocas veces, estos proyectos están motivados por una sincera voluntad de acogida y de acompañamiento de las personas homosexuales, a las cuales se proponen caminos de crecimiento en la fe, ‘con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida’”.
Leé también 10 años del matrimonio igualitario: las luchas por los derechos de ayer y hoy
Leé también 10 años del matrimonio igualitario: las luchas por los derechos de ayer y hoy
Frente a la pregunta de si “¿la Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?”, la Congregación para la Doctrina de la Fe responde “negativamente”. Y explica que es “para ser coherentes con la naturaleza de los sacramentales, cuando se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas se necesita –más allá de la recta intención de aquellos que participan– que aquello que se bendice esté objetiva y positivamente ordenado a recibir y expresar la gracia, en función de los designios de Dios”.
Por lo tanto, afirman, “no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”. La iglesia “no bendice ni puede bendecir el pecado”.
La contundente respuesta institucional del Vaticano, a través de la oficina encargada de sentenciar qué está bien y qué está mal para la religión católica, no hace más que reiterar el carácter atrasado, anacrónico y, por ende, reaccionario, de la jerarquía eclesiástica comandada por Jorge Bergoglio. De hecho, él mismo siendo cardenal en Argentina encabezó una “guerra santa” (en rigor, un furibundo lobby sin reparar en gastos) para evitar que el matrimonio igualitario y la Educación Sexual Integral fueran legalizados gracias a la lucha histórica de los movimientos de mujeres y LGTBI.
Leé también ¿Quiénes se opusieron al matrimonio igualitario?
Leé también ¿Quiénes se opusieron al matrimonio igualitario?
No son pocas las voces que afirman que Bergoglio es de los papas más "abiertos" y "pluralistas" de la historia, al punto que supuestamente se ha preocupado por apelar a la comprensión y misericordia para con los fieles que se declaran homosexuales, lesbianas o transexuales. Pero la "doctrina" es la "doctrina". Y cuando se trata de dejar constancia de lo que no se permite, no hay pluralismo ni apertura que valga.
Cartita al papa
Pese a lo reaccionario y discriminatorio de las posturas del Vaticano (entre muchas otras cosas en relación a la sexualidad), en las últimas horas diversos referentes de la política y la burocracia sindical argentina buscaron congraciarse con el Papa y no quedarse fuera de “la foto” del cumpleaños número 8 de Bergoglio al frente de la monarquía romana.
En un hecho pocas veces visto, referentes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio firmaron una carta conjunta, acompañados por dirigentes de la CGT, la CTA. la CTEP y demás personalidades entre jueces, fiscales, empresarios y periodistas. En total firman unas 200 personas de distintos ámbitos.
La carta colectiva arranca diciendo “querido Papa Francisco: en este octavo aniversario de tu pontificado, nosotros, argentinos y argentinas de distintos ámbitos de la vida pública, de diferentes procedencias religiosas, políticas e ideológicas, queremos manifestar nuestra admiración y cercanía por tu obra”, la que según afirman es “en favor de la humanidad, en particular de los excluidos”.
Arrogándose una representación que no es real, los dos centenares de firmantes dice que “los argentinos y argentinas lo valoran mucho” y reconocen el “tenaz trabajo por la paz y la justicia en todo el mundo” que supuestamente realiza el papa.
"Nos unimos a tu clamor por tierra, techo, trabajo y desarrollo humano integral", dice la carta en la que además le solicitan al papa que visite la Argentina. “Gracias por lo que has hecho y hacés. Los que tenemos fe, rezamos por vos y los que no, te acompañamos con cariño y confianza”, señala la esquela.
La carta, por si fuera poco, no le realiza ningún tipo de reclamo o cuestionamiento al papa por sus múltiples actos de complicidad y encubrimiento (incluso con causas penales en curso) respecto a los miles de casos de abusos sexuales de menores a manos de curas u obispos. Mucho menos sobre algún tipo de "autocrítica" de Roma respecto a crímenes atroces avalados y hasta protagonizados por la Iglesia, como la dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina.
Mirá también ¿Qué significa LGTBI?
Mirá también ¿Qué significa LGTBI?
¿Quiénes firman?
Entre los nombres más reconocidos están los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires, FdT), Jorge Capitanich (Chaco, FdT) y Raúl Jalil (Catamarca, FdT). también el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa (FdT), el jefe del bloque del Frente de Todos de esa cámara Máximo Kirchner, el senador nacional Jorge Taiana y la vicegobernadora bonaerense Verónica Magario.
El Gabinete nacional está representado en la carta por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero (junto a su familia), el ministro de Educación Nicolás Trotta, del Interior Wado De Pedro, de Desarrollo Social Daniel Arroyo, de Trabajo Claudio Moroni y de Turismo Matías Lammens.
Del lado de Juntos por el Cambio se destacan las firmas de la exgobernadora María Eugenia Vidal, la exministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, el senador Esteban Bullrich y el jefe del bloque del PRO en Diputados Cristian Ritondo.
A todos ellos y ellas se suman los diputados José Luis Gioja, Federico Fagioli e Itai Hagman,el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerenses Andrés Larroque, los intendentes de La Matanza Fernando Espinoza, de Moreno Mariel Fernández y de Morón Lucas Ghi, la ministra de Desarrollo Social de CABA Maria Migliore, la presidenta de Télam Bernarda Llorente, el referente de la UTEP Esteban Castro, el secretario general del Suterh y empresario (precarizador) de medios Víctor Santa María, Hugo Moyano (Camioneros), Ricardo Pignanelli (Smata), Hugo Yasky (CTA y diputado).
No quisieron faltar con sus firmas el fiscal federal Federico Delgado, la jueza porteña Elena Liberatori, su par Roberto Gallardo y el juez de Cámara Contencioso Carlos Balbín. Tampoco los empresarios Eduardo Eurnekian, Daniel Hadad, José Urtubey, Jorge Fontevecchia y Miguel Acevedo. Y hasta Eduardo Feinmann y María Laura Santillán.
Demasiada genuflexión para con el máximo representante de la institución que más genocidios ha acompañado a lo largo de la historia y que más arraigada está a valores medievales, patriarcales, misóginos, homofóbicos y transfobicos. Nada nuevo viniendo del peronismo y del macrismo. Todo viejo. Todo muy viejo.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).