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Falacias. Aunque Milei lo deteste: los hijos de los trabajadores van a la universidad

El presidente afirmó que la universidad pública es sólo para “los hijos de los ricos”, una mentira insostenible para seguir atacando a los estudiantes. Los datos oficiales muestran que casi 70 % de los ingresantes provienen de familias que no pudieron acceder a un título universitario y más del 40 % de los que están cursando pertenecen a los sectores de menores ingresos. El Gobierno busca ajustar la educación pública para poder avanzar con sus planes privatizadores; miles de estudiantes en todo el país le están respondiendo con asambleas, clases públicas, tomas y cortes de calles.

Matías Hof

Matías Hof @HofMatias

Lunes 14 de octubre 21:36

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Durante la presentación del Palacio Libertad (ex Centro Cultural Kirchner), el presidente Javier Milei dijo que: “La Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”. Una provocación más como parte de su ataque a la educación pública que está siendo respondido por el movimiento estudiantil en todo el país.

Si las universidades fuesen sólo para los ricos, el presidente no las estaría ajustando. El Gobierno viene de otorgar importantes beneficios a los empresarios y millonarios como la rebaja en bienes personales, el blanqueo de capitales y el RIGI para liberar de impuestos a las inversiones en dólares. Según los datos del primer trimestre de 2024 (último disponible) de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el 42,3% de los estudiantes universitarios provienen de los 4 deciles de menores ingresos. De estos alumnos, el 91% asiste a universidades públicas.

El decil es una medida estadística que consiste en dividir a la población en 10 partes iguales, ordenando de menor a mayor según el monto de sus ingresos. Así, el estrato “bajo” corresponde a los deciles 1 al 4, el estrato “medio” a los deciles 5, 6, 7 y 8 y el estrato “alto” corresponde a los deciles 9 y 10. Si se observa por decil, el 17% de los jóvenes son del más bajo, es decir, la parte de la población con menores ingresos. El 18,7% corresponden al segundo decil. Esta cifra aumenta al 26,4% y 30% para los deciles 3 y 4 respectivamente.

A su vez el 68% de los ingresantes a las universidades públicas son primera generación de estudiantes universitarios, según el anuario de estadísticas universitarias publicado por el Ministerio de Educación en 2022. El porcentaje surge de calcular el promedio de ingresantes cuyos padres y madres no tienen título universitario (descontando aquellos que no brindaron información al respecto, si se los tiene en cuenta la cifra sería del 48%). Además el 32% de los ingresantes de las universidades públicas trabaja.

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En el documento “La participación de los jóvenes de bajos ingresos en el sistema universitario argentina (1996-2023)” del Laboratorio de Políticas Educativas de la Universidad de Hurlingham, publicado en julio de 2024, muestran la progresión de la composición de los ingresantes. Entre las conclusiones el informe indica: “La participación en el sistema universitario de los jóvenes pertenecientes al 40% de las familias de menores ingresos se duplicó en el periodo analizado, pasando de representar el 18% de los estudiantes universitarios en 1996 al 42% en 2023”.

En el mismo acto realizado el sábado 12, Milei agregó que: “Si los que defienden las universidades verdaderamente creyeran en la movilidad social, en vez de defender una universidad para ricos, defenderían una educación inicial para todos”. Otra falacia, como le gusta decir al Presidente, lo recortado para universidades es destinado para pagar la ilegal y fraudulenta deuda externa. El Gobierno viene de eliminar el Fondo de Incentivo Docente (FONID) y desfinancia a las provincias, las que deben sostener la educación inicial.

En el Presupuesto 2025 las partidas estipuladas para Educación y Cultura implican $6,6 billones, un 0,87% del PBI y Ciencia, Tecnología e Innovación $1,7 billones, un 0,22% del PBI, mientras tanto los Servicios para la Deuda Pública implican más de $10 billones, un 1,31% del PBI. La gran movilización universitaria y la rebelión que se extiende por todo el país muestran que hay fuerzas para enfrentar contra los planes de Milei, Caputo y el FMI. Es necesario coordinar con los trabajadores de la salud, los jubilados y todos los sectores en lucha, superando la pasividad de la burocracias sindicales, para triunfar.

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