En el 4º trimestre de 2021, la brecha de ingresos por género fue de 22,4%, Sin embargo, entre los 3 millones de personas precarizadas, de las cuales la mitad son mujeres, la brecha asciende casi al 34%.
Jueves 30 de junio de 2022 09:55
Antes de la pandemia, 5 de cada 10 mujeres participaban en el mercado de trabajo. En el momento de mayores restricciones la tasa de actividad de las mujeres cayó estrepitosamente de 49,4% a 41,2%. Con la vuelta a la actividad, repuntó aunque a un ritmo mucho menor que los varones, y las brechas por género y precarización volvieron a sus niveles previos.
La tasa de actividad de las mujeres alcanzó el 50% en los dos últimos trimestres de 2021, según informes del Indec, alentando al gobierno a lanzar un eslogan que repiten sin cesar: "avanzar con igualdad". Pero lo que no dicen es que, en el mismo tiempo, la actividad de los varones ascendió casi al 70%, lo que muestra una brecha de género de casi 20 puntos, es decir, similar a la que había antes de la pandemia y antes del gobierno "feminista" que creó decenas de nuevas instituciones con el objetivo de reducir las brechas.
En una entrevista reciente, Sol Pietro, a cargo de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación (tras la renuncia de Mercedes D’Alessandro), dijo que no se trata sólo de medir cuántos programas con perspectiva de género hay sino que "hay que poder medir en qué medida la plata que se gasta contribuye a cerrar las brechas". Y también se sinceró que "hay un problema de ingresos". Veamos entonces.
La brecha de ingresos aumentó
La tasa de actividad de las mujeres aumentó y con ella también la brecha de género por ingresos. La brecha entre quienes cuentan con algún ingreso (sea laboral, subsidio, jubilación, pensión, etc.) ascendió al 28,3% en el 1er trimestre del 2022, porque el ingreso promedio de las mujeres fue de $ 54.205 y el de los varones $ 75.552.
Por cada $ 100 que percibe un varón, una mujer percibe $ 72. La brecha de género por ingresos es más alta que antes de la pandemia.
Esto se desprende de una serie que elaboró La Izquierda Diario con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre 31 aglomerados urbanos, desde el 4º trimestre 2019 hasta el 4º trimestre del 2021. Es decir, abarca desde el gobierno de Macri en la pre-pandemia, hasta el gobierno de Alberto Fernández en la post-pandemia.
El grave problema de ingresos también se refleja en la distancia entre estos y el costo de la Canasta Básica Total (CBT) para un hogar con dos adultos y dos menores que, según el Indec, asciende a $ 84.041, mostrando que en todo el período analizado, el promedio de ingresos no alcanza a cubrir la canasta. Mientras los varones cubren un 83%, las mujeres apenas llegan a cubrir el 61%.
Ahora bien, si 7 de cada 10 de las personas ocupadas son asalariadas, ¿cómo se comportaron los ingresos, la brecha por género y precarización en este sector?
Analizando los 9,2 millones de trabajadores y trabajadoras asalariadas, esta serie confirma que la reactivación no disminuyó la precarización sino que la afianzó y aumentó. En el 1º trimestre de este año, 36% de los asalariados son precarizados y suman 3,3 millones de trabajadoras y trabajadores. El valor más alto en la serie analizada, y un aumento respecto al trimestre anterior.
La brecha de ingresos entre registrados y precarios alcanzó la mayor diferencia en el 4to trimestre 2021, cuando se observa que, por cada $ 100 que recibe un asalariado formal, la persona que trabaja precarizada recibe apenas $ 41.
Quienes tienen trabajos precarios apenas arañan el Salario Mínimo Vital y Móvil y en promedio, apenas llegan a cubrir el 40% de la Canasta Básica Total. O sea, que un hogar sostenido por dos personas adultas con trabajo precarios y dos menores, no alcanzan a cubrir la canasta familiar del Indec.
Y si la brecha de ingresos por género entre todos los asalariados fue de 22,4%, en el 4º trimestre del 2021, entre los 3 millones de trabajadoras y trabajadores precarizados asciende a 33,6%.
El gobierno destaca indicadores aislados en titulares pomposos y el eslogan "avanzar con igualdad" es el preferido del feminismo ministerial. Pero los discursos no alcanzan a ocultar que, pasados dos años de gobierno, el crecimiento de la actividad de las mujeres y del empleo en general, es con mayores brechas de género, precarización e ingresos que van muy por detrás de la inflación. A la sarasa publicitaria oficialista, nada mejor que contrastarla con las cifras que hablan.