En el marco del ajuste y los tarifazos que lleva adelante el gobierno de Macri, los trabajadores bancarios se suman a la resistencia contra los despidos encabezada por los estatales.
Miércoles 6 de abril de 2016
Ni bien ocupó su cargo María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, anunció a Juan Curutchet como presidente del Banco Provincia. Este funcionario, al asumir, tomó medidas contra los trabajadores en sintonía con el gobierno nacional, despidiendo a siete compañeros de sectores importantes.
El funcionario, además, en una reunión que mantuvo con la interna gremail –que se ubica como opositora a la conducción del sindicato, aunque ambas responden al kirchnerismo- rechazó, una tras otra, cada una de las demandas planteadas por los trabajadores.
En los bancos estatales, el kirchnerismo ha dejado un tendal de trabajadores en condiciones de trabajo precarias como tercerizados, monotributistas, etc. Sobre esa base, igual que ocurre en el resto del Estado, se para el macrismo para realizar despidos “encubiertos” como es la no renovación de contratos.
En esa reunión, Curutchet también expresó que tiene la intención de profundizar lo que ya venía haciendo el kirchnerismo, pasando el pago de jubilaciones, el cobro de impuestos y el otorgamiento de créditos a la órbita privada. Esto significa un nuevo avance privatista, algo que seguramente implicará más beneficios para la banca privada y los negociados de los capitalistas.
Al mismo tiempo, ese tipo de decisiones puede permitir el avance de la tercerización laboral, donde trabajadores bajo convenios más bajo, harán las mismas tareas por un salario mucho menor.
En ese marco, la gobernadora Vidal no pierde oportunidad para poner de manifiesto su intención de desligarse, al igual que lo hizo Scioli en su momento, de la responsabilidad que tiene la provincia y el Banco sobre la Caja de Jubilaciones, para la cual los trabajadores aportamos el 14 % de nuestro salario.
En cada entrevista que le realizan Vidal no deja pasar la oportunidad de expresar su intención de que el Estado provincial se haga cargo del déficit de la Caja de Jubilaciones, déficit del que las sucesivas gestiones provinciales son responsables.
Como frutilla del postre la semana pasada el actual presidente firmó un acta donde nombra como gerente general del banco a un ex gerente del Banco Ciudad, que no es parte de la institución, violando el Convenio colectivo de trabajo 18/75, que establece que quien ocupe dicho cargo debe formar parte de la institución para poder ser nombrado. Este mecanismo abre el camino para que, en el futuro, Curutchet pueda volver a incurrir en nuevas violaciones del convenio colectivo.
La respuesta de los trabajadores
Como respuesta a estos avances de la presidencia, el lunes pasado sesionó el plenario de delegados de base del banco, con una numerosa concurrencia. Allí la gremial interna ya tenía "consensuado" el paro de todo el Provincia con el sindicato para éste miércoles.
No hubo allí muchas posibilidades de discutir seriamente la posibilidad de movilizarse, pero el espíritu de los trabajadores es claramente salir a enfrentar la provocación de las nuevas autoridades. Pero, como ya ha ocurrido antes, la gremial interna le cede nuevamente la dirección del conflicto a la burocracia del gremio.
La voluntad de parar el banco contra el achique de la banca pública, contra los despidos, por el respeto irrestricto del convenio colectivo de trabajo y contra las tercerizaciones fue apabullante. La mayoría de las organizaciones del personal, dirigidas por la burocracia sindical y afines que nunca se pliegan a las medidas de lucha, también se suman e impulsan a ésta.
Es para no dejar las medidas solo en manos de esta conducción que algunos delegados alertan sobre la necesidad de tener una política independiente de la misma gremial y el cuerpo de delegados. Precisamente por eso vienen exigiendo un plenario de delegados de base luego del paro, que permita discutir y decidir cómo continuar esta pelea con un plan de lucha serio.
La preocupación es más que justificada. La experiencia indica que la conducción del gremio, más de una vez, ha dejado a la deriva a los trabajadores que querían luchar, “arreglando” los conflictos cuando aún había voluntad de lucha. Solo con un paro aislado no se puede frenar la voluntad del macrismo de achicar la banca pública a su mínima expresión.
La situación de la paritaria salarial
Lo mismo viene pasando con la paritaria de los bancarios. La misma está vencida hace tres meses y, además, tres meses se cumplen de los despidos en los Bancos Provincia, Central y otros bancos privados.
Sin embargo, recién se llama a paro para la semana que viene, recién el 14 de abril. En el Provincia, la gremial interna se reclama de oposición y pone en funcionamiento esporádicamente al plenario de delegados al que nunca, sin embargo, no se lo dota de carácter resolutivo.
Así, se dejó pasar la oportunidad de parar y movilizarse junto a ATE el 24 de febrero. Se dejó pasar la oportunidad de convocar a los trabajadores a la movilización que hizo el sindicato, hace poco más de un mes, y solo marcharon los delegados. Esa convocatoria solo fue hecha por los delegados de izquierda, planteando una política alternativa a la conducción.
La gremial interna ahora se sumará al paro del 14 de abril, adaptándose a lo que la conducción del gremio propone.
Precisamente es necesario un plan de lucha serio para pelear contra los despidos, por un aumento paritario del 40% y por todas las reivindicaciones planteadas. Precisamente por eso, es necesario un plenario de delegados que funcione asiduamente y tenga un rol resolutivo para confluir con el resto de los trabajadores que están en lucha para enfrentar y derrotar el plan del macrismo de ajuste y entrega. El paro de hoy y el del 14 de abril deben ser los primeros pasos en ese sentido.