En medio de la huelga de Hollywood se estrenan dos tanques pesados de la industria, “Barbie” de Greta Gerwig y “Oppenheimer” de Christopher Nolan. El estreno simultáneo dio nombre al “Barbenheimer” que promete recaudaciones récord de taquilla entre dos universos divididos entre los colores de Barbieland y la oscuridad en torno a uno de los padres de la bomba atómica.
Meke Paradela @mekepa
Miércoles 19 de julio de 2023
Meme de Barbenheimer
Nolan puso primera. El estreno de “Oppenheimer”, la biopic protagonizada por Cillian Murphy ya tenía fecha para el 20 de julio, verano boreal. Fue un inconveniente para “Barbie”, la megaproducción rosa de Gerwig que tenía el mismo día de salida, pero que con una campaña de marketing que se coló literalmente en todos lados, logró sortear el problema y convertirlo en algo a su favor. Así fue como nació el “Barbenheimer” en Estados Unidos, una nación tan dada a los acrónimos que celebra el estreno simultáneo de dos grandes tanques de la industria en plena huelga de guionistas y actores en Hollywood.
Pretty in pink
Los rumores iniciales de una película sobre Barbie, dirigida nada menos que por Greta Gerwig (“Lady Bird”, “Mujercitas”) y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling de entrada subieron las expectativas sin necesidad de hacer mucho. Es que claro, hablar de Barbie era referirse a un ícono pop que durante décadas fue objeto de controversias, debates y varias posiciones en torno a una muñeca que representaba fielmente el american way of life al ser tan rubia, con sus ojos azules, sus medidas imposibles y una sonrisa perenne, desprovista de cualquier genitalidad pero con algunas curvas prominentes. Pero de la misma manera que era “la chica de al lado” de cualquier suburbio yankee, también fue la que supo tener profesiones que en la vida real eran impensadas y/o le estaban negadas a las mujeres.
Para hacer un poco de historia, su creadora Ruth Handler tuvo la inspiración en su hija Bárbara, que en lugar de jugar a la mamá con las muñecas de mediados del siglo pasado, usaba aquellas en las que podía inventarles un oficio. Handler estaba casada con uno de los socios de Mattel, que por entonces era apenas una fábrica más de juguetes. Así fue nació el imperio de Barbie y desde entonces la muñeca, si bien era (y lo sigue siendo) completamente hegemónica en su aspecto, tuvo más de 200 roles incluidos los de ser médica, veterinaria, presidenta, astronauta, ocupaciones que estaban muy lejos de ser posibilidades reales para las mujeres de entonces. El recorrido de la muñeca fue objeto de debates dentro del feminismo por el refuerzo de los (imposibles) estándares de belleza, pero también tuvo objeciones de sectores más reaccionarios porque si bien Barbie nunca fue “muy politizada, muy de izquierda”, como diría Mirtha Legrand, la realidad es que no se casó, su pareja Ken siempre estuvo a un margen, no tuvo hijos y se la pasaba con sus amigos bailando y cantando.
“Después de ser expulsada de Barbieland por no ser una muñeca de aspecto perfecto, Barbie parte hacia el mundo humano para encontrar la verdadera felicidad” es la sinopsis de la película, probablemente dando cuenta que la mezcla de todo esto a lo que nos referimos es lo que agarró para definir una impronta propia en su Barbie modelo 2023. Con una marea verde encima, el movimiento Me Too y con la parafernalia del progresismo y de lo políticamente correcto, quizás la apuesta sea generar una nueva visión de la muñeca en las generaciones pasadas, presentes y futuras. La primera vez que Barbie fue animada fue en 1987 con la película “Barbie and the Rockers: Out of This World”, donde con su banda de música viajan al tiempo a la década que la vio nacer, la década de los años 50s.
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Atómico, se dice atómico
La frase que pronuncia Homero Simpson puede ser tranquilamente de Julius Robert Oppenheimer, un físico teórico al que se le atribuye ser el padre de la bomba atómica. La cosa fue así: siendo un profesor universitario y con ya una vasta experiencia en el campo de la física cuántica y nuclear fue contratado en 1942 para ser parte del denominado “Proyecto Manhattan”, un proyecto gubernamental de investigación y desarrollo que fue la piedra fundacional para el comienzo de la “era atómica”. Esta es la base con la que Christopher Nolan comenzó el desarrollo de su película “Oppenheimer” y su desarrollo técnico, cuya filmación utilizó una combinación de película de gran formato IMAX de 65 mm y 65 mm, incluidas, por primera vez, secciones de fotografía analógica en blanco y negro IMAX.
Protagonizada por un elenco repleto de estrellas como Cillian Murphy (Peaky Blinders) y Emily Blunt en los personajes centrales y las participaciones de Robert Downey Jr, Florence Pugh y Matt Damon entre otros, la película fue la primera escrita por Nolan en primera persona para destacar el punto de vista del inventor de la bomba que explotó luego en Hiroshima y Nagasaki. El guión está basado en “Prometeo Americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer”, la biografía de Kai Bird y Martin J Sherwin ganadora del Pulitzer.
En su estreno inicial, la película recibió elogios de la crítica por la transformación de la historia en casi un thriller político, con la postura del gobierno estadounidense de Harry Truman, el rol del FBI y el macartismo por las sospechas de “actividad comunista” y sobre todo la feroz campaña de desprestigio que tuvo que enfrentar Oppenheimer, quien luego expondría sobre los peligros que algunos inventos científicos podrían suponer para la humanidad, poniendo por caso su propio ejemplo.
Ya sea de fluorescente rosa o de letal explosión atómica, lo cierto es que el Super Bowl de la industria hollywoodense está preparado para una recaudación récord y un evento cinematográfico que recuerda a los años dorados de las décadas pasadas, donde el glamour y las expectativas se colaban dentro de las conversaciones y la vida privada de la gente. Pero, por supuesto, sin el toque final que los aires a huelga de 2023 le soplaron fuerte al mainstream.
Meke Paradela
Nació en Capital Federal en 1985.