Varios sindicatos se movilizaron el domingo. Algunos lo hicieron como si sus dirigentes no hubieran sido responsables de crímenes de lesa humanidad, antes y durante de la dictadura.
Lunes 25 de marzo de 2019 22:54
Este 24 de marzo miles y miles marcharon en todo el país a 43 años del golpe genocida. Junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia se movilizaron referentes de los sectores combativos de la clase obrera, entre ellos de la gráfica MadyGraf, de Coca-Cola, de Siam, de Krat-Mondelez, de Fate y otras empresas en lucha.
También marcharon tras la bandera del EMVJ sobrevivientes, Hijos e Hijas de desaparecidos, docentes, estudiantes y parte de la marea verde y el movimiento de mujeres.
Sindicatos peronistas: cinismo sin fín
Antes de la movilización del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia hubo otra convocatoria que agrupó a organismos de derechos humanos ligados al kirchnerismo como Abuelas de Plaza de Mayo y la Asociación Madres de Plaza de Mayo, a sectores del peronismo y a las conducciones de distintos sindicatos.
A través de un comunicado los gremios convocantes resaltaron “el valor de la unidad” y realzaron “el hecho histórico de que por primera vez se sumen a la convocatoria 70 organizaciones confederadas en la CGT y en ambas CTA”.
Pero entre esos sindicatos hubo gremios como el Smata (obreros de las automotrices) que jamás han denunciado ni hecho siquiera alguna autocrítica por el nefasto rol que sus dirigentes tuvieron en la década del 70, tanto durante el accionar de la Triple A como en dictadura. Se trata del mismo sindicato cuya dirección hoy está dejando pasar los despidos y suspensiones, como en Volkwagen y en Lear, o cierres como en Metalpar, solo por nombrar algunos ejemplos.
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Como terrible ejemplo histórico cabe mencionar la complicidad del Smata con la persecución y posterior desaparición de 14 delegados y trabajadores de Mercedes Benz, en González Catán. Todo se desencadenó durante las negociaciones salariales de 1975. Como la comisión interna ya había sido intervenida por la burocracia sindical, los trabajadores eligieron en asamblea sus delegados paritarios, a los que llamaron “La comisión de los 9”.
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El 4 de noviembre de 1975 Smata envió una carta al entonces ministro de Justicia, firmada por el secretario general del sindicato José Rodríguez, que comenzaba planteando que “cuando los trabajadores argentinos han postergado sus legítimos requerimientos y nuestros soldados, hijos del pueblo, se inmolan a diario en la lucha contra la subversión, una empresa extranjera se ha permitido pactar con la delincuencia asesina y sidociadora (sic)”.
El “pacto” era, en realidad, una serie de puntos que los obreros y sus delegados habían conseguido con la lucha. Pero para Rodríguez ellos eran “un grupo de provocadores aliados de la sedición que ha hecho de Mercedes Benz Argentina SA su aguantadero”.
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Otro emblemático caso de la complicidad de Rodríguez y la conducción del Smata es el de Ford. Basta transcribir parte del auto de elevación a juicio de la causa Ford por delitos de lesa humanidad, firmado por la jueza federal Alicia Vence, para ver lo que el propio Estado argentino reconoció: que los empresarios y la burocracia sindical son responsables del genocidio.
En un extracto de esa elevación a juicio, Vence demostró la dura disputa entre la burocracia sindical y las expresiones clasistas y antiburocráticas del movimiento obrero. Dice que los dirigentes sindicales que “lideraban las bases, pues su cercanía a los empleados y trabajadores fomentaba una relación más directa y consciente de los inconvenientes diarios que reclamaban sus pares”, tenían diferencias que trajeron no pocos problemas “con la llamada ‘burocracia sindical’ que según su sentir no reclamaba sus problemas ni luchas por mejoras tangibles”.
En diciembre del año pasado el juicio oral y público contra un exmilitar y dos exgerentes de la automotriz estadounidense finalizó con condenas por delitos aberrantes. Sin embargo, José Rodríguez de Smata murió impune, solo procesado por la estafa a la obra social de los mecánicos. Al igual que Gerardo Martínez, buchón del Batallon 601, aliado de todos los gobiernos (desde Menem a Cristina y Macri) y que aún hoy sigue al frente de la Uocra.
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“Fuera zurdos”
La frase parece de un milico, pero esto es lo que decía la Lista Verde del Smata en 2014 a las trabajadoras y los trabajadores de Lear que habían recuperado su comisión interna de las manos de la burocracia, que peleaban contra los despidos en la autoparista, enfrentado las represiones con miles de gendarmes del carancho, policías, infantería, prefectura y demás fuerzas de seguridad del gobierno de Cristina y Scioli.
El Smata, con patotas dentro de la fábrica, amedrentaba a los trabajadores y golpeaba a los delegados, como tantas veces lo hizo en Volkwagen de Córdoba y de General Pacheco y hasta en el Congreso Nacional cuando atacó al diputado nacional por el PTS-FIT Nicolás del Caño, solidario con la lucha obrera en las automotrices.
Desde ya que la movilización en las calles por el juicio y castigo a los responsables del genocidio y contra el saqueo en curso es más que necesaria. Pero esta burocracia sindical que cínicamente marchó este 24 de Marzo es la misma que mantuvo al frente de los gremios por décadas a quienes participaron activamente entregando compañeros, haciendo inteligencia para las patronales y los milicos e integrando las patotas de la Triple A.
La pelea por el juicio y castigo hay que darla de manera independiente de todos los que fueron responsables o hacen silencio ante los crímenes de la dictadura.
