La cadena de supermercados utilizó el mismo recurso al que apelaron multinacionales como Pepsico y QuickFood (Paty). La excusa de las “pérdidas” para echar a sus trabajadores.
Mónica Arancibia @monidi12
Lunes 16 de abril de 2018 10:08
Foto: Tiempo Argentino
Carrefour presentó un Proceso Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo el 5 de abril. Se prevé más de 1.000 despidos. Hoy se realizará una reunión en la cartera de trabajo junto a los representantes de la empresa en la Argentina y los abogados de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys), conducida por Armando Cavallieri.
La semana pasada el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, adelantó que podría lograrse un acuerdo. Según publicó el diario Ámbito el acuerdo pactado incluiría ofrecimiento de retiros voluntarios para operarios y personal jerárquico al 150 % de los salarios, la reconversión de 16 hipermercados en mayoristas y el cierre de las sucursales que funcionan en establecimientos alquilados. Dudosa crisis si pueden pagan indemnizaciones a ese porcentaje.
La “crisis” de Carrefour busca transformar su negocio, disminuir los supermercados “express” e inaugurar locales mayoristas, segmento donde se amplió el consumo en el último período ya que los consumidores hacen malabares para sortear la inflación.
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La maniobra del Procedimiento Preventivo de Crisis no es exclusiva de la cadena de supermercados de origen francés, otras empresas echaron mano al mismo recurso para despedir.
¿Qué es un PPC?
El Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) nació en los años 80 con la ley 24.013, complementado por distintos decretos de Alfonsín, Menem y De la Rúa.
Las empresas, antes de iniciar medidas, tienen que comunicar al Ministerio de Trabajo y a la asociación sindical “con personería gremial” que represente a los trabajadores. Tienen que explicar los motivos de las suspensiones, reducción de la jornada o despidos, aclarar si son transitorias o definitivas e individualizar a los trabajadores afectados, según la ley.
La empresa debe solicitar este procedimiento cuando se afecta un mínimo del 15 % del personal en empresas de menos de 400 trabajadores; el 10 % cuando tiene entre 400 y 1.000 trabajadores y el 5 % de cuando tiene más de 1.000.
PepsiCo y Paty sin crisis, cierres y despidos
A comienzos de este año la empresa Quickfood apeló al mismo recurso, inició el PPC. La compañía, que produce las amburguesas Paty en Argentina, buscaba despedir 180 trabajadores. Su argumento fue la suba del costo laboral y pérdidas en 2017.
En un comunicado, Quickfood informó que había diseñado un plan de “readecuación productiva” para la planta que la compañía tiene en Baradero, provincia de Buenos Aires.
La empresa, controlada por la multinacional brasileña BRF (Brazil Foods), explicó que “como parte de este proceso, la compañía se ve forzada a tomar la medida extrema de readecuar parte de su fuerza laboral como única alternativa viable para preservar la operación y consecuentemente todas las fuerzas de trabajo”.
Este mes Quickfood comunicó a la Comisión Nacional de Valores que finalmente llegó a un acuerdo. Así, Martín Bloj, responsable de Relaciones con el Mercado de la empresa señaló que “con fecha 5 de abril de 2018 se ha arribado a un acuerdo en el marco del Procedimiento Preventivo de Crisis, habiéndose presentado el mismo ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”.
No hubo detalles del acuerdo. El diario El Cronista adelantó que fuentes al tanto de las negociaciones indicaron que la empresa le ofreció a los trabajadores retiros voluntarios.
Otro caso, pero que cobró gran repercusión nacional a mediados del año pasado fue Pepsico. La empresa pegó un cartel en la puerta informando a los trabajadores la “relocalización de su producción en otro establecimiento” y que por lo tanto los obreros quedaban “liberados de prestar servicios” mientras la empresa daba “cumplimiento a las instancias legales correspondientes”.
Luego la compañía comenzó un Procedimiento Preventivo de Crisis en el Ministerio de Trabajo y les informó que, una vez terminado ese procedimiento, quedarían despedidos los 600 trabajadores.
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La multinacional llegó a ofrecer pagarles el 200 % de la indemnización a los trabajadores. Se trató de un artilugio fraudulento, pero con un marco legal para despedir masivamente con aval del Ministerio de Trabajo.
Los trabajadores llevaron meses de una lucha ejemplar de defensa por sus puestos de trabajo y para desenmascarar las mentiras de la patronal. Hubo un desalojo ilegal por parte de la Policía Bonaerense ordenado por el macrismo a favor de PepsiCo y los trabajadores enfrentaron la represión con un amplio apoyo de las organizaciones políticas, de derechos humanos y comisiones internas.
A pesar de la lucha heroica de “las leonas de Pepsico”, la empresa gracias al apoyo del Gobierno y la burocracia sindical (del gremio de la Alimentación) cerró su fábrica en Florida y trasladó su producción a la planta de Mar del Plata.
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No había crisis. Sólo la firme decisión de sacarse de encima a los trabajadores que venían organizados y que, gracias a eso, consiguieron grandes conquistas como la efectivización de trabajadores contratados y pase a planta permanente de los tercerizados o poner en pie una Comisión de Mujeres que peleó el acceso de las mujeres en la categoría de medio oficial (restringida a los varones) o instaló en la fábrica el problema de la violencia.
PepsiCo fue un caso testigo, demostró que se podía enfrentar los planes patronales. Como escribieron las obreras de la fábrica “el maltrato, la bronca y el dolor nos enseñaron a pelear, a organizarnos”.
Para muestra, basta un botón…
Estos pocos ejemplos demuestran cómo las empresas utilizaron el recurso de PPC para poder despedir. Las multinacionales ganaron millones en los últimos años y tienen capacidad de sobrellevar una situación de disminución de ventas (si las hubiese) sin despedir.
Ante estos casos, hay que exigir que se abran los libros de contabilidad y que las empresas respondan a la reducción de las ventas con las ganancias que acumularon en los últimos años de crecimiento, sin tocar el salario ni los ritmos de producción. Los trabajadores no pueden ser la variable de ajuste.
Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.