La declaración testimonial de Oscar “Pacho” Juárez -protagonista del Villazo, militante setentista del Partido Socialista de los Trabajadores y hoy del MST- fue un potente relato que mostró la fuerza, la organización y la valentía con la que los metalúrgicos y el pueblo de Villa Constitución enfrentaron el operativo represivo “Serpiente Roja del Paraná” impulsado por el gobierno de Isabel Perón, la UOM y la patronal de Acindar.
Facundo Durán @FakuDuran
Lunes 4 de diciembre de 2023 22:07
"El Pacho" habló con una sonrisa en la cara y con el orgullo de que la lucha logró sentar en el banquillo de los acusados a parte de los responsables civiles y miembros de la jerarquía de Acindar que impulsaron la represión estatal y paraestatal desde el año 1975 en la ciudad de Villa Constitución.
“Queremos una sentencia definitiva y queremos condena por todos los crímenes cometidos. No solamente por un acto de justicia hacia todo el pueblo de Villa Constitución sino hacia la historia. Porque la historia habla, la historia se expresa. La impunidad con la que se han mantenido a lo largo de todos estos años estos crímenes ha demostrado que la historia puede más”. Con estas palabras cerraba su declaración, soportando también las preguntas provocadoras de la defensa de los imputados. Su testimonio fue transmitido en el auditorio de la UOM y terminó con un acto junto a sus compañeros del MST, del PTS, de la UOM y Acindar y las organizaciones solidarias
El Villazo
“Fue la ocupación de Acindar que duró 7 u 8 días donde los compañeros respondieron la provocación de Acindar y del Secretariado Nacional de no reconocer que habíamos ganado la comisión interna”, señaló en su testimonio el Pacho Juárez. “Lorenzo Miguel no aceptaba que ni siquiera una seccional sea opositora. Ese era el sindicalismo del discurso único: los sindicatos son de Perón”. Pero contó que para la Marrón y los obreros organizados en Villa Constitución, el sindicato era de los obreros, piensen lo que piensen. “Los obreros podíamos hablar de política, no íbamos a la fábrica sólo a producir.”
El Villazo terminó en un triunfo. La UOM impedía que se realicen elecciones en Villa Constitución y había expulsado del gremio a delegados y miembros de la Comisión Interna de Acindar. La patronal se negaba a reconocerlos como interlocutores y negociaba con los interventores nacionales. Con una toma de fábrica masiva y la movilización solidaria de la población impusieron el 16 de marzo de 1974 la convocatoria a elecciones en la seccional.
“Esa ocupación terminó en un enorme triunfo que fue acompañado (por la marcha) que se da el 16 de marzo del ‘74. Se hace una gran caravana en este pueblo de 24000 habitantes y congregó a 14000 en la plaza de Villa Constitución, que es un símbolo para todos nosotros”, narró Pacho. Y contó que “en el mes de abril del ‘74 hicimos una reunión sindical muy importante en el Riberas del Paraná. a la que vino Tosco, Salamanca… Fue un error que no tuvo continuidad porque había una derechización en el país”. La UOM, Acindar y el Estado no iban a permitir que el triunfo de los metalúrgicos de Villa Constitución se expandiera como un ejemplo.
Causa Villazo: las palabras de Pacho Juárez, protagonista que hoy hizo una declaración tremenda en el juicio contando como se organizaban los obreros, las mujeres, sus familias y hasta los pibitos para enfrentar la represión estatal y paraestatal bajo el gobierno de Isabel Perón pic.twitter.com/Cq6TxEXbYA
— Facundo Durán (@FakuDuran) December 4, 2023
El Comité de Lucha y la Comisión de Mujeres
Apenas unos meses después de haber asumido la nueva conducción antiburocrática del sindicato, en marzo de 1975 la prensa se hace eco de un supuesto “complot subversivo” con epicentro en Villa Constitución y en la madrugada del día 20 un operativo de más de 4.000 efectivos policiales y una caravana de Falcon que llegaba a Villa desde Rosario y Buenos Aires coparon la ciudad, allanaron las casas y el sindicato y encarcelaron a casi toda la conducción de la seccional.
A Pacho el operativo lo encontró en la fábrica Metcon, donde trabajaba; empieza una histórica huelga de 9 días contra la represión y las detenciones. Con los principales dirigentes detenidos dan un paso al frente otros compañeros: “teníamos que hacer un Comité de Huelga. En una asamblea en Acindar se había decidido desalojar. Había un grupo que quería seguir resistiendo. La fábrica estaba cercada, no podíamos recibir alimentos. Se decide levantar e ir a una huelga.”
“Al otro día la ruta estaba llena de metalúrgicos. Así desocupamos la fábrica y así empezó la gran huelga que pide la libertad de nuestros compañeros y que se vaya la represión de Villa. Cuando desfilábamos por la ruta el pueblo salió a recibirnos. El pueblo salió a abrazarnos. Se estaba sumando a la gran huelga. Ese pueblo no salió espontáneamente sino porque había hecho raíces la lucha del Villazo”.
Los ferroviarios, los comerciantes; la población de la ciudad se organizó para sostener la huelga. “Las maestras de Villa Constitución arriesgaban su libertad y hasta su vidas, nos ayudaban a repartir los boletines de huelga. Sabían de qué trabajaban los padres de los chicos y nos pedían de a 100, de a 200 para mandarle a los padres con los chicos”.
La represión se intensificaba. Secuestros y asesinatos. La seccional de la UOM fue ocupada a punta de fusiles: “nuestro querido local sindical de Villa Constitución; esa patota lo convirtió en un lugar de tortura donde luego entregaban a los compañeros a la Federal o la Triple A”. “Lo mismo sucedió en Acindar. El albergue de solteros estaba controlado por la Policía Federal. Recibíamos comentarios por el Comité de Huelga de que ahí había compañeros detenidos.”
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“El Comité de Huelga estaba formado por representantes de Acindar, de Marathon. Por Metcon estaban Pepe Kalauz y yo”, dice Pacho. “La huelga seguía. Los delegados barriales del Comité de Lucha éramos amenazados. La huelga no era solamente de los metalúrgicos sino de toda la población (...) El pueblo con su resistencia le había empardado al operativo. No solo en Villa sino en las localidades vecinas: en Pavón, Arroyo Seco y Rosario se juntaban aportes y comida. En el Club Central Córdoba de Rosario iban todas las organizaciones. Se amontonaban los víveres. En el comedor de Rosario los estudiantes nos donaban sus viandas. Los obreros de Somisa, en contra de sus dirigentes que estaban con el Secretariado Nacional, nos juntaban los sánguches que les daban en su refrigerio. Nuestros pibes iban a las aulas con estos sánguches. Nuestras mujeres con una taza de arroz y la verdura que recibían de los quinteros de la zona hacían maravillas. El pueblo fue heroico.”
“El primero de Mayo fueron encarcelados dos compañeros del Comité de Lucha: Paulón y Zenón Sánchez”. Fue fundamental el rol de la Comisión de Mujeres, que democráticamente se organizaban en los barrios para distribuir la solidaridad, atender los heridos y sostener la huelga.
“Hacíamos pequeñas asambleas de 50 compañeros donde se discutían la situación de los detenidos, las negociaciones, la situación de gente que necesitaba un médico, enfermeras, un alimento. Las enfermeras de Rosario se meten en los barrios a dar auxilio a las familias que lo necesitaban.”
También los hijos jugaban un rol importante con pocos años de edad. Pacho nombra frente al tribunal a nuestro compañero Oscar “Chiche” Hernández, cuya madre fue parte del Comité de Mujeres y su padre delegado normalizador. “Chiche era como el tamborcito de Tacuarí de la huelga vigilando la ruta por la noche y cuando veía un auto sospechoso, salían corriendo y avisaban a la gente para que se preparen. Las mujeres bajaban a los hijos a dormir al piso. Se tapaban las ventanas con madera.” Al día siguiente los pibes preguntaban: “¿Mamá por qué me hiciste dormir en el piso si yo estaba cómodo en mi cama? Así es como en pueblo masivamente se defendía. Ese era el complot subversivo que venían a desbaratar.”
“Después de un mes de huelga siguió otro mes más. Era notorio que el Estado, Acindar, la UOM nacional habían decidido profundizar la represión y derrotar al heroico pueblo” y dice que “el cansancio, el hambre, las amenazas empezaron a hacer preguntas hasta cuándo. Las asambleas en los barrios se repetían, se multiplicaban pero era necesario una asamblea general para responder esas preguntas.”
“La asamblea se hizo igual el 17 de mayo de 1975 en la cancha del Club Riberas del Paraná. Acudieron dos mil, tres mil compañeros. Habló nuestro compañero Segovia. El único que estaba libre. Se resolvió por asamblea a moción del querido Pepe Kalauz continuar unos días más la huelga tendiendo unas pocas esperanzas, casi nulas, de tener algún interlocutor del gobierno para por esa vía lograr la libertad de nuestros compañeros. Así termina esa huelga.”
Esa noche Pacho es detenido junto a parte de la dirección del PST en la ciudad de Rosario. “A la noche fuimos detenidos en Rioja y Paraguay. Éramos 8. Nos estaban esperando.” Cuenta que estaban Pepe Kalauz, Pujal de la dirección del PST, Nilda Carbone, José Francisco Páez, ex candidato a vice presidente por el PST, Eduardo Expósito, dirigente nacional del PST y Silvia Díaz. “Eran las 3 de la mañana, estábamos en el quito piso. Los otros dos pisos estaban copados por ellos.” De allí los llevan a la Jefatura de Policía de Rosario donde los interrogan.
Allí permanece detenido unos diez días y cuando es trasladado a Buenos Aires aparece otra vez la solidaridad de los laburantes. Son trasladados en un vuelo comercial desde el aeropuerto de Fisherton y cuenta que no despegaba el avión, lo que genera malestar en los pasajeros. “El capitán del avión les había dicho que no llevaba gente esposada. Nos tuvieron que dar un trato igual que a los pasajeros. Vinieron las azafatas. Nos trajeron merienda. Nos dieron sanguchitos de miga” y cuenta que las azafatas recibieron a escondidas un papel con indicaciones para que avisen a sus familias. “Hablaron con la mamá de Silvia Díaz o alguien. Nuestros parientes sabían que estábamos vivos y se empezaron a organizar para recibirnos.”
Pacho permaneció más de un mes detenido junto a otros compañeros. Pasó por Coordinación Federal en Buenos Aires; “un lugar terrible”. Cuando son liberados, el Ministro del Interior Alberto Rocamora les dice que “no se hacía responsable de lo que venía después que iba a ser peor”. Pacho cuenta que al salir, van a un puesto de diarios a ver si habían publicando su liberación con el temor de que la noticia incentivara un ataque contra ellos de las patotas y bandas armadas. Pero no había nada. “La noticia era el Rodrigazo. Se estaba desatando en el país las luchas obreras”. La fuerza de los trabajadores enfrentaba en las calles al plan del Ministro de Economía de Isabel Perón Celestino Rodríguez y forzaba su renuncia y la del impulsor de la Triple A, el ”Brujo” López Rega.