Cazuza fue el máximo exponente solista del rock post dictadura que haya dado Brasil. Polémico y trasgresor, su vida, tan breve e intensa, la supo reflejar en sus canciones y poemas, donde manifestó su desencanto por la sociedad brasileña de años 1980 y se volvió un icono para su generación. Treinta años después de su fallecimiento, recordamos al gran poeta carioca.
Miércoles 8 de julio de 2020 00:00
Agenor…
Cazuza tenía un nombre común: se llamaba Agenor de Miranda Araújo Neto y nació el 4 de abril de 1958, en Río de Janeiro. Siendo hijo único, vivió los primeros años de su infancia en Ipanema junto a sus padres Lucinha da Silva, una costurera, y Joao de Miranda Araújo, un productor discográfico. Su padre fue quien lo involucró con la música desde muy pequeño, ya que este era productor de la discografía Odeón Brasil y por su casa pasaron músicos reconocidos como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa y Elis Regina, entre otros. Comenzó a escribir letras y poemas alrededor de los 7 años de edad.
En paralelo, Brasil estaba atravesando una fuerte crisis económica durante el gobierno de João Goulart. La clase trabajadora, estaba protagonizando un ascenso revolucionario, intensificado con la Revolución cubana de 1959 que traía a América Latina la perspectiva de luchar por el socialismo y que se había expandido por todos los rincones del país desde el año de 1961. Esto alarmó a la oposición de derecha en el Congreso, así como a las fuerzas armadas y (con el apoyo de Estados Unidos), hicieron que los militares, encabezado por Humberto de Alencar Castelo Branco, instauraran una dictadura cívico-militar el 31 de marzo de 1964, derrocando a Goulart. A partir de este golpe autoritario y fascista, la vida política, cultural y social de Brasil, será inestable en los próximos veinte años, donde se cometerán masivas violaciones a los derechos humanos, detenciones, asesinatos y desapariciones forzadas. Cazuza y otros artistas, denunciarían estos atroces crímenes en sus canciones en los siguientes años.
Mientras tanto, sus padres querían hacer de Agenor un “niño prodigio”, siendo anotando en diferentes colegios para chicos súper dotados. Y si bien, el niño era extremadamente inteligente, fue su carácter trasgresor lo que hizo que nunca pudiera establecerse en ningún instituto. Nunca se identificó con su nombre de pila, por lo que tendría varios apodos antes de llegar al de Cazuza, su apodo más icónico.
A comienzos de los años 1970, viajó a Europa y recorrió varias ciudades, como en Londres, donde descubrió a Led Zeppelin, Janis Joplin, y a The Rolling Stones. Luego, viajó a Estados Unidos, y se anotó en la Universidad de Berkeley (California); ahí se hizo un curso de fotografía y artes plásticas que nunca terminó. Luego se fue a San Francisco, donde tuvo contacto con la literatura, que más tarde influiría mucho en su carrera. En 1980, volvió a Brasil y se instaló en su ciudad natal. Allí, consiguió un empleo como fotógrafo para la discográfica RGE. Debido a varios hechos en el que se vio involucrado con drogas, y por insistencia de su padre, Agenor decidió volver a matricularse en un curso, esta vez en teatro. Su debut teatral, lo haría en el espacio cultural llamado Circo Voador, famoso por dar recitales musicales y que iniciaría las carreras de diversos grupos de rock como Os Paralamas do Sucesso, Titãs y Legião Urbana.
Allí, con su grupo de teatro, realizó una parodia de La Novicia Rebelde, y terminó cerrando el espectáculo con una canción de Caetano Veloso, llamada Odara que estremeció a todos con su interpretación.
Barão Vermelho y el nacimiento de ‘Cazuza’
Tras este espectáculo teatral, un cantautor local llamado Léo Jaime, se acercó al joven Agenor y le comentó de una banda en Rio, estaba a la búsqueda de un vocalista y le preguntó si se quería sumar a ella. Agenor fue, y de entrada hubo química con los demás componentes. El grupo se hacía llamar Barão Vermelho (Barón Rojo) y lo conformaban Roberto Frejat en guitarra, Maurício Barros en teclados, Dé Palmeira en bajo y Guto Goffi en batería y percusión. Con la inclusión de Agenor en la voz, se conformaría la alineación original de Barão Vermelho. Durante la primera mitad de los años 80’s, Agenor, ahora ya apodado finalmente como Cazuza, la llevó a la fama en su país. La primera presentación de la banda se realizó en Barra de Tijuca, un espléndido paraíso turístico, donde el público quedó asombrado ante el joven y excitado cantante que, con la bragueta abajo, tocaba sus genitales mientras cantaba. Fue un peculiar debut exitoso.
Barão Vermelho en 1982
En 1982, la banda editó su primer trabajo discográfico, titulado de manera homónima. De ese material, se destaca la canción Bete Balançao. La prensa brasileña, alabó el trabajo de la banda por su forma creativa y revolucionaria. Cazuza solía tomar el escenario con una actitud sexual, casi rozando con lo explícito. Diría en un reportaje:
“Enfrentar el escenario para mí es todo un asunto sensual medio incontrolable. A veces entro con una erección. Siento el sexo aflorando, miro a las personas y siento que tienen también una cosa que vuelve en respuesta. Es mucho placer: yo y el público teniendo sexo.”
Con este éxito inesperado, la prensa no solo hablaba del trabajo de Cazuza, sino también hacía hincapié en su vida privada, más particularmente en su vida sexual. Cazuza fue uno de los primeros artistas en manifestar abiertamente sus gustos sexuales sin tapujos y sin filtros. Siendo abiertamente bisexual, solía decir que para él, todo valía, que no le importaba lo que otros decían sobre él en los medios. También, fue la época en que el alcohol y las drogas, tuvieran impacto sobre él. Esta relación de amor-odio del cantante con los medios de comunicación, sería reflejada más tarde en una de sus canciones más famosas.
En ese año, editan su segundo disco, titulado Barão Vermelho 2. La banda alcanzó el top ten en todas las emisiones radiales. Aprovechando el impulso, Barão Vermelho lanzó su tercer álbum, Maior Abandonado (Mayor abandonado) en 1984, llegando a vender más de 100. 000 copias en tan sólo seis meses. Aunque las canciones del quinteto podían ser prometedoras, las radios, se negaban a pasar su música debido a la censura que imponía la dictadura. Sólo después de que el reconocido cantante, Ney Matogrosso grabara “Pro Dia Nascer Feliz” (Feliz día al amanecer), las radios comienzan a pasar la versión original de la banda.
Un viaje solitario a una vida loca
Barão Vermelho en Rock in Rio (15 de enero de 1985).
1985 sería el año que cambió para siempre en la vida de Cazuza, tanto a nivel profesional como personal. En ese año, termina la dictadura militar, tras veinte años de horror, retorna la democracia. La banda fue invitada a participar en el primer concierto de Rock in Rio, el encuentro rockero más importante de Sudamérica. Junto con los ya mencionado Os Paralamas do Sucesso, Blitz, Kid Abelha, Ney Matogrosso y Rita Lee, los Barão Vermelho se consagraron definitivamente. Compartieron escenarios con estrellas internacionales como Nina Hagen, Yes, The B-52’s y AC/DC. De esas dos noches quedó registrada una contundente demostración del rock frenético que desataba la banda en el público.
En ese mismo año, Cazuza decide emprender su carrera solista, por lo que abandona a la banda. El cantante proclamaba su deseo de separarse de la ya exitosa agrupación y sentir la libertad que, según él, no encontraba para expresarse a la hora componer. A partir de este punto, comienza una corta, pero fructífera y exitosa carrera en solitario. En ese mismo año, comienza a sufrir de levadas fiebres, gripes y dolores en su cuerpo. Al principio, no les prestó demasiada atención. Tomaba aspirinas para aliviar sus dolores y continuaba con su trabajo. El vodka, la heroína y todo tipo de drogas, servían para combatir los dolores y malestares que lo acechaban. Luego de la salida de la banda, Cazuza seleccionó canciones que no habían entrado en el tercer disco de Barão Vermelho y lanzó su primer disco solista Exagerado, bajo el sello de PolyGram. Aunque una de sus canciones causó polémica, el disco fue un éxito arrollador.
Mi placer, ahora es un riesgo de vida
Un mes antes de comenzar una gira nacional, las gripes contantes, la fiebre alta y los dolores por todo el cuerpo, se volvieron insoportables. Poco antes, el cantante había leído un artículo sobre un virus de que se había vuelto una epidemia, sobre todo en el colectivo LGBTIQA: el VIH/SIDA. Tras hacerse un test, el resultado dio positivo. Aunque el flamante gobierno democrático de José Sarney, se estaba tratando un programa político y social de control sobre dicha enfermedad, como el suministro universal de drogas antirretrovirales (ARV), había pocos avances, debido al desconocimiento de dicho virus. Cazuza intentó varios tratamientos, viajó a Boston, en Estados Unidos, para poder probar una droga experimental, pero dio pocos resultados. Mantuvo su enfermedad en secreto y siguió trabajando. Tiempo más tarde, contrae una neumonía, de la cual se recupera milagrosamente. Lejos de tener miedo a la enfermedad y a su inevitable desenlace, la muerte será un tema recurrente en sus siguientes trabajos. En 1987, lanza su segundo disco, titulado Só Se For A Dois (Solo si es para dos), que también es un éxito y se destacan canciones con temáticas más románticas como la que le da título al disco y otras como “O Nosso Amor A Gente Inventa” (Nuestro amor inventamos), “Solidão Que Nada” (Más soledad que nada) y “Ritual”.
En 1988, luego de recuperarse de nueva neumonía, su salud estaba cada vez más deteriorada, y su aspecto físico era cada vez más cadavérico. Aún con todo lo anterior dicho, compone material para su tercer disco, titulado Ideologia. Este disco incluye el hit que le da título al mismo (acompañado de un videoclip promocional) y otras canciones como “Brasil” y “Faz Parte Do Meu Show” (Es parte de mi show).
Porque el tiempo, el tiempo no para…
Un año más tarde, Cazuza edita su primer disco en vivo, titulado O Tempo Não Pára y la canción homónima, se volvería un hit y una de sus canciones más famosas. En ella, Cazuza crítica a los medios de comunicación hegemónicos, los cuales lo habían dado por muerto antes de tiempo en sus últimos años, especulando si el músico estaba deteriorado por complicaciones derivadas del Sida. Es en sí, una queja sobre la irritación que el músico tenía con la sociedad que tanto criticó su estilo de vida, su enfermedad, sus vicios y su orientación sexual; como así también a la explotación de su imagen en los medios.
En febrero del año 1989, en un comunicado de prensa, Cazuza hace público que es seropositivo. Aunque nunca se vinculó a ninguna organización de lucha por la diversidad sexual; ayudó a cambiar las percepciones y actitudes públicas sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad, como así también combatir la estigmatización social que sufría la comunidad LGBTQ en ese entonces.
En ese mismo año, el cantante lanzó su último disco de estudio: Burguesía. El material fue todo un éxito de ventas, vendiendo 250 mil copias. Para noviembre del mismo año, vuelve hacerse un nuevo tratamiento en Boston, y otra vez, sin resultados positivos. Resignado, retorna a Brasil a comienzos de 1990.
Varios meses después, el 7 de julio de 1990, con apenas 32 años, Cazuza moría en su Río de Janeiro natal, víctima del sida. Había sufrido un paro cardiaco a raíz de un choque séptico. Al momento de su muerte pesaba solo 38 kilos. La madre de Cazuza creó Sociedade Viva Cazuza, una organización benéfica que patrocina la prevención del sida y proporciona un hogar para niños y niñas con VIH. Fue la gran la figura más impactante y trasgresora que dio la música popular brasileña. Sus canciones y su visión de la vida, los reflejo sin tapujos y sin pedir permiso. Amado por unos y odiado por otros, Cazuza dejó un legado irrepetible. En 2004, su vida fue llevada al cine, en una película titulada Cazuza - O tempo não pára con gran éxito. En palabras de Caetano Veloso, expresó abiertamente que Cazuza fue el “gran poeta de su generación”, y músicos como Renato Russo, Maria Bethânia, Gilberto Gil o Elis Regina, profesaron una devoción casi religiosa por sus canciones y poemas. Sin dudas, un icono contracultural