En el marco de la situación brasilera luego de la detención de Lula se realizó una charla en Rosario para debatir la situación en el vecino país.
Jueves 26 de abril de 2018 16:53
En el marco de la situación brasilera luego de la detención de Lula se realizó una charla en Rosario para debatir la situación en el vecino país.
El evento se llevó a cabo en el día martes en el bar Let’s Dance, ubicado en el barrio Pichincha, y contó con la presencia de cuatro panelistas, entre ellos Adriana Rossi, doctora en filosofía y directora del Observatorio Geopolítico de los Conflictos; Marcelo Lesgart, abogado laboralista; Fernando Rey, militante de Patria Grande; y Octavio Crivaro, sociólogo y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).
La charla arrancó con la intervención de Rossi, que dio un pantallazo sobre los diferentes golpes institucionales, cívicos y militares ejecutados en América Latina en los últimos años, haciendo hincapié en que la derecha utiliza diferentes cercos – mediático, económico y militar - para imponer sus medidas. "Esto no es proyecto neoliberal, es un proyecto neoconservador colonial", afirmó Rossi, quien hizo una reivindicación fuerte de los gobiernos posneoliberales en la región y del rol del PT y del propio Lula en la historia reciente brasilera.
Luego pasó la palabra a Lesgart, quien hizo mención sobre los cuatro proyectos que se presentarán en mayo en el Congreso para discutir la Reforma Laboral, haciendo un paralelismo con la reforma laboral que el gobierno de Temer logró pasar en Brasil. "Estos pretenden minar a la clase trabajadora y derruir los derechos ganados en los últimos 70 años de historia", aseveró el abogado. Y es que la supuesta negociación de contrato laboral entre ambas partes – empleador y empleado – no deja de ser un engaño que sólo afecta a los trabajadores que tendrán que acatar la propuesta ofrecida, dado que no contarán más con leyes que los amparen. Y culminó planteando la esperanza de que los sectores populares se levantan y enciendan el fuego de situaciones como la argentina en el 2001.
Por su parte, Fernando Rey sostuvo que "la crisis del 2008 demostró el tope del proceso que se venía dando en Latinoamérica, donde las grandes corporaciones crecieron muchísimo más que la cantidad de gente que salió de la pobreza". Además, afirmó que "a pesar de la ofensiva de la derecha en Brasil, habrá más luchas de clases y eso es algo positivo", y apuntó fundamentalmente a nuevos sectores que se expresan en las calles, a nuevas camadas de delegados sindicales ya los Sin Tierra. Rey reconoció que ese proceso de fortalecimiento de las corporaciones y la derecha se hizo en el marco de gobiernos con “contenido popular”, lo cual implicaba, según él, una mirada autocrítica de esos “procesos”, aunque siempre desde una defensa de gobiernos como el de Lula, el chavismo y otros.
Finalmente Octavio Crivaro, partió de denunciar el golpe institucional y el nuevo capítulo de la detención de Lula, revindicando la libertad de Lula y su derecho a presentarse a elecciones, explicando que los intentos de privatizar Petrobras por parte de Temer demuestran el verdadero contenido de la política golpista, que es una mayor penetración imperialista en la región.
Sin embargo, apuntó a las causas de cómo se llegó a instalar la derecha imperialista tanto en Brasil como en el resto de América Latina. "La penetración imperialista no se detuvo en el gobierno del PT, sino que fue absolutamente profundizada durante el lulismo, que aceptó todos y cada uno de los preceptos del neoliberalismo en la región", garantizó Crivaro.
El dirigente del PTS preguntó "¿Por qué ni Lula, ni el Partido dos Trabalhadores (PT) ni la Central Única dos Trabalhadores (CUT) llamaron a la movilización frente al injusto pedido de cárcel? Y, más allá del abandono del PT y de la CUT, ¿por qué no salieron de manera espontánea a movilizarse sectores populares en Brasil?".
Cabe recordar que la CUT está dirigida por una mayoría petista y cuando la Reforma Laboral se aprobó en Brasil la central sindical no tomó ni una sola medida de fuerza. Lo mismo ocurrió con el encarcelamiento de Lula, donde lo único que propusieron - tanto el PT como la central sindical - fue apenas una vigilia y la elección de los candidatos para las próximas elecciones.
"¡Temer, Cunha y los golpistas no llegaron en un plato volador. No llegaron con un tanque de guerra y dijeron ’acá nos quedamos’! Entraron en la lista del PT. Temer entró como candidato a vice de Dilma dos veces. Toda esa derecha brasileña ligada a grandes empresariados, que son homofóbicos y enemigos de las mujeres, antes del golpe institucional llegaron al gobierno a partir de una alianza que defendió primero Lula y luego Dilma Roussef", agregó Crivaro.
Entonces, ¿por qué el PT y la CUT no se jugaron a defenderse?
Como ya lo señaló antes Crivaro: "Porque nunca lo hicieron. Porque contrariamente a la visión apologética de la historia del PT, en cada lugar en que el PT tuvo la posibilidad de ser un factor de movilización - con el golpe militar, bajo el liberalismo de los ’90 o con la suba del proprio PT al poder - en todo momento el Partido dos Trabalhadores y Lula mantuvieron y sostuvieron el status quo y los negocios de los grandes empresarios en la región".
A partir de ahí Crivaro desarrolló el rol de contención del movimiento de masas que jugaron Lula y el PT a la salida de la dictadura, durante el proceso por “elecciones directas del presidente”, durante los 90 y, por supuesto, como gobierno federal. "No por casualidad Lula pone como presidente del Banco Central de Brasil a Henrique Meirelles, ex presidente mundial del Banco de Boston. O sea, Lula puso a todo el funcionariado ligado al capital financiero internacional y luego Temer lo consagró", añadió.
Para finalizar, retomó la misma pregunta refiriéndose a Latinoamérica, al ocaso de gobiernos posneoliberales, explicando que cuando hubo un fuerte crecimiento económico hubo una tenue redistribución, pero sin tocar las ganancias de las grandes corporaciones, por el contrario, fortaleciendo los principales resortes y focos de poder. Llamó, a partir de allí, a enfrentar a la derecha en todo el continente, pero con independencia política de los sectores “nacionales y populares”.
Como podemos observar, la mayoría de los partidos y politólogos independientes, que se preocupan con estos procesos de avance de la ultraderecha neoliberal en América Latina, analizan apenas las consecuencias nefastas de este proceso, pero casi nadie se retrotrae al pasado para analizar cómo se llegó a esto. Saber la raíz de la causa es esencial para que haya un cambio real, un cambio que permita al fin desahogar a la clase obrera.