Avanzan días críticos para el actual proceso constitucional luego de que los diversos bloques de la comisión de expertos no llegaran a un acuerdo y presentaran enmiendas por separado. La estrategia del oficialismo es ir preparando el terreno para un voto “en contra” mientras la derecha y en particular el sector de Kast apuesta por reforzar su campaña para que se apruebe el fraude.
Jueves 12 de octubre de 2023
Con las negociaciones cerradas, la Comisión de Expertos comenzará a sesionar a eso de las 11 de la mañana y en jornada única deberá votar el articulado que dará forma al texto que luego será devuelto al Consejo Constitucional para su ratificación. Hasta ahora, la mesa de negociación compuesta por 4 representantes de la oposición y 4 del oficialismo, buscó avanzar lo más posible en acuerdos transversales pero la tarea fue imposible y finalmente los acuerdos serán principalmente de forma y técnicos. En contenido ambos bloques presentarán enmiendas separadas, ¡500 en total!, por lo que votos de los sectores como la DC podrían jugar un rol importante en las votaciones que necesitan 14 votos para ser aprobados. Aún así, el último voto lo tendrán los 22 consejeros republicanos en el Consejo.
Al final de la jornada de ayer el ambiente que reinó dentro de la comisión era que la mesa de negociación había fracasado. Desde el oficialismo sintieron la presión e intransigencia de los comisionados de derecha que estaban a mover una que otra coma siempre y cuando esta no altere el espíritu de la norma. Por eso la sensación de los comisionados era que el diálogo fue infructuoso y una pérdida de tiempo. De aquí en más la estrategia adoptada por este sector será “pirquinear” los votos para ver si algo se puede flexibilizar, pero sabiendo que estos cambios pueden ser fácilmente rechazados por la derecha en el Consejo Constitucional.
Si bien la derecha mostró disposición a modificar artículos en temas como educación, salud o pensiones, mantuvo su línea dura en cuestiones como interrupción del embarazo, objeción de conciencia, exención de contribuciones, derecho a huelga, expulsión de inmigrantes ilegales, entre otras.
Producto de esto último es que desde el gobierno y sus partidos comienzan a discutir que camino seguir. Abriendo la puerta para llamar a votar “en contra” ya que el texto no los representaría como señaló la comisionada Verónica Undurraga (Ind-PPD) .
Desde la otra vereda Chile Vamos logró acercar posiciones con Amarillos y Demócratas, replicando el bloque del rechazo y apostando a ver si pueden atraer a figuras del Socialismo Democrático no descartando incluso que uno u otro partido pueda “cruzar el puente”.
De darse un escenario así para el gobierno seria catastrófico, rompiendo en los hechos la coalición y dejando a Boric, al Frente Amplio y al PC aislados y contra el muro.
¿Se fortalece la derecha? ¿Cuál derecha?
Hasta ahora la mayoría de las encuestas señalan que una parte importante de la población no estaría por aceptar el nuevo proyecto constitucional, pero la derecha y sobre todo Kast y Republicanos juegan todas sus cartas a que las próximas semanas puedan dar vuelta dicho resultado, buscando asentar una posición hegemónica dentro de la derecha y correr en mejor pie la carrera presidencial que se desatará el próximo año.
La promesa del gobierno de Boric de servir para frenar a la derecha se cae a pedazos y pareciera que el efecto fue el contrario, la actitud pusilánime del gobierno y del oficialismo de ceder batallas sin luchar solo ha envalentonado la agenda de la derecha, la que el gobierno ha hecho propia en muchos casos.
Parte de esto fue el borrador o los 12 bordes constitucionales que elaborara la Comisión de Expertos y que sirvió como escudo para defenderse, de la tormenta derechista que tanto apelaron durante el transcurso de los debates del Consejo Constitucional, los miembros del Frente Amplio y el PC.
Ahora con los plazos vencidos y la mayor parte de las votaciones realizadas la estrategia diseñada por el oficialismo se muestra impotente y derrotada y no les queda más que mirar cómo la derecha estaría instalando una constitución en muchos puntos más neoliberal incluso que la del 80. En esto el gobierno no puede simplemente lavarse las manos y decir: “no teníamos los votos”.
Por eso desde La Izquierda Diario y sectores de quienes no reivindicamos como una oposición de izquierda al gobierno, hemos denunciando sistemáticamente que este proceso constitucional no representa más que un fraude para las grandes mayorías de la clase trabajadora y los sectores populares. Los empresarios y los partidos políticos con representación en el parlamento, han llevado a un callejón sin salida las demandas populares, abriendo las puertas para que la derecha se fortalezca aprovechando la pasividad que impusieron las direcciones oficiales del sindicalismo de la CUT o de las grandes organizaciones de trabajadores de sectores estratégicos como portuarios, minería y otros para no generar cuestionamientos al gobierno. Estos sectores prometieron movilizar si se movía “una sola coma” del programa u otros hicieron los llamados de “rodear” la convención que nunca llegaron, ahora son cómplices de la ofensiva de la derecha que pretendieron parar con anuncios, conferencias de prensa e histriónicas alocuciones durante reuniones, comisiones, o plenarios.
La derecha no se para con buenas intenciones, a la derecha hay que enfrentarla con la fuerza de la movilización y en las calles. Por eso el primer paso será organizar un amplio movimiento en lugares de trabajo y estudio que impugne y tire abajo este proceso constitucional fraudulento y amañado a la talla de los mismos de siempre.
Es urgente que los sectores que hemos denunciado el proceso, articulemos fuerzas para derrotar este fraude a través de la movilización de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Hay que rechazar todo lo que venga del Consejo o la Comisión de expertos, y este rechazo no se puede limitar solo a la definición del voto. Hay que unificar las luchas y construir una fuerza que haga retroceder a la derecha.
