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Red Internacional
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Provincia de Córdoba. ¿Cómo se encuentra el sistema sanitario de Traslasierra para enfrentar la segunda ola?

El incremento de contagios en la provincia y el país impactó en el Valle de Traslasierra. Hace más de un año que comenzó la pandemia y nos preguntamos: ¿Hubo inversión y mejoras en equipamiento, infraestructura y aumento de personal sanitario en la región para enfrentar la segunda ola?

Jueves 15 de abril de 2021 18:01

Traslasierra, en la provincia de Córdoba, también viene sufriendo un aumento considerable de contagios. Sólo en el día de ayer, miércoles, la cifra llegó a 72 en la región, según los informes diarios brindados por el COE. La zona solo cuenta con el Hospital Dr. Luis M. Bellodi en Mina Clavero para atender pacientes de covid-19, y se destina el Hospital Regional de Villa Dolores para el resto de las patologías. La población de los departamentos de San Alberto y San Javier es de aproximadamente 91000 personas según el último censo de 2010.

La pandemia dejó al descubierto el estado del servicio sanitario nacional y provincial. El desfinanciamiento de la salud pública es política de todos los gobiernos. El presupuesto nacional de salud destinado para este año cuenta con un recorte del 9,4%, como si no estuviéramos en emergencia sanitaria.

La Izquierda Diario es un medio que muestra la realidad desde abajo es por eso que buscamos testimonios de los trabajadores para dar cuenta de cuál es la situación sanitaria en el valle. ¿Qué dicen los verdaderos protagonistas? Dialogamos con trabajadores de la salud.

“Antes de la pandemia ya contábamos con poco recurso humano. Enfrentamos la misma con un 35% menos de personal, brutal. Hace tiempo venimos reclamando. Estamos por debajo de lo necesario y encima hubo despidos que fueron para amedrentar a trabajadores que hacían reclamos.” Expresaba un paramédico del Hospital Regional de Villa Dolores.

Ante la segunda ola los trabajadores siguen exigiendo medidas urgentes para que esta crisis sanitaria no caiga sobre las espaldas de quienes están en la primera línea, sin reemplazo ni descanso.

Por otro lado en Mina Clavero una enfermera nos relataba; “el sistema sanitario local es un desastre, hay poca coordinación, el sistema privado no absorbe nada y todo recae en el hospital. Nosotros aparte de ser referentes para covid, también tenemos que dar respuestas al resto de las patologías que a diario llegan. Derivaciones, estabilizar pacientes, etc. PAMI, por ejemplo, trae a todos sus pacientes al hospital, y eso se suma también a nuestras urgencias propias. La demanda de atención es constante y si bien se incorporó personal, centralmente en enfermería, muchas veces no damos abasto. Si aumenta el número de pacientes en el internado tienen que ayudar compañeras de otro sector dejando descubierto su lugar. Me gustaría visibilizar que todo el personal que ingresó está bajo contrato, algunos anuales y otros mensuales, totalmente precarizado, que además hacen trabajo full time y con salarios muy bajos. Faltan recursos, a veces no tenemos agua oxigenada o algodón. Los barbijos quirúrgicos que daban antes no los dan más y los que tenemos ahora no son de muy buena calidad” concluía.

El hospital Dr. Luis M. Bellodi de Mina Clavero cuenta con 18 camas en internado y solo 7 en UTI. La ocupación fluctúa alrededor del 40% ya que los pacientes que necesitan internación se derivan a la ciudad de Córdoba, la preocupación radica en que pasaría si colapsan los centros de salud de la Capital que reciben a aquellos pacientes. Mientras que en febrero se realizó la inauguración de los consultorios externos, la realidad es que al no haber un aumento considerable de personal esos consultorios no están funcionando en su totalidad y se destinan solo a testeos de covid.

Otro trabajador del nosocomio hacía referencia al equipamiento y nos decía; “actualmente contamos con solo 8 respiradores, los mismos que al inicio de esta pandemia. Está claro que ante un pronunciado incremento de contagios nuestro sistema sanitario puede colapsar. El hospital cuenta con una sola ambulancia para hacer las derivaciones, está la del servicio de emergencias que pertenece a la Comunidad Regional y una de la Municipalidad para hacer los covid locales, claramente para atender a la población del valle es insuficiente.”

Haciendo relación al equipamiento, el paramédico de Villa Dolores agregaba: “También venimos reclamando hace tiempo por unidades de traslado. Las ambulancias no alcanzan. Contamos con tres, de las cuales solo una se destina a traslados covid y cuando no se puede cubrir debemos afectar otra unidad con el tiempo que lleva su acondicionamiento y sanitización”.

La realidad en el interior provincial es grave. La atención sanitaria lo es. Y aunque el discurso de los gobiernos sea siempre responsabilizar a los individuos por la falta de cuidados, la responsabilidad es de ellos por no garantizar los recursos necesarios y tocar los intereses de quienes en esta pandemia no perdieron nunca.

Esta nota es la primera parte de la investigación que está llevando adelante la Izquierda Diario para dar a conocer cuál es la situación en los hospitales del interior de la provincia que deben enfrentar la segunda ola. Los testimonios de los trabajadores revelan que los gobiernos pretenden hacer pagar el costo de esta crisis sanitaria a ellos, quienes están desde el día 1 en la primera línea: los trabajadores de la salud, todos los esenciales que tratan como descartables.

A un año de comenzada la pandemia seguimos insistiendo que no se tomaron las medidas necesarias para brindar un buen servicio de salud al pueblo transerrano que acarrea años de desinversión.

El aumento inmediato del presupuesto en salud que es una medida de primer orden que se debería tomar brilla por su ausencia, se necesitan recursos no discursos. Que se destine dinero al aumento de personal con salario acorde a la canasta básica y pase a planta permanente, es urgente terminar con la precarización laboral, tan naturalizada en la zona. Además de garantizar el equipamiento en todos los hospitales de la provincia.

Las vacunas al igual que en el resto del país son insuficientes. Ni siquiera se terminó de vacunar a todo el personal de salud, y mucho menos a todas las personas de riesgo y adultos mayores. Mientras en Argentina se produce el principio activo de la vacuna contra el Covid-19 en una cantidad que podría inmunizar al conjunto de la población, estas dosis no se quedan en el país y son los trabajadores y la población las que sufren las consecuencias de esta nueva escalada del virus. Por eso es fundamental exigir la liberación de las patentes para poder vacunar a gran escala. No se puede seguir haciendo negocios con la salud del pueblo. Es posible enfrentar la segunda ola en otras condiciones, pero para eso es necesario terminar con los privilegios de unos pocos e invertir las prioridades y en ese camino la organización de los trabajadores y usuarios del sistema sanitario es la forma de demostrar quiénes son los verdaderos interesados en que la salud del pueblo sea un derecho.