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Red Internacional
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Cifras que hablan. ¿Cómo se relacionan las “tareas de cuidado” con la “feminización de la pobreza”?

Analizamos la situación estructural de la desigualdad de género previo y durante la pandemia. La relación entre las tareas de cuidado y la situación laboral y de pobreza de las mujeres. ¿Las iniciativas propuestas por el Gobierno dieron una respuesta a esta desigualdad?

Jueves 8 de abril de 2021 15:53

🧹 GÉNEROS Y SEXUALIDADES | Las tareas de cuidado y la "feminización" de la pobreza - YouTube

En un contexto de 42 % de pobreza, son 19 millones las que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. La segunda ola traerá nuevos impactos en los hogares de las familias trabajadoras, y afectará en mayor medida a las mujeres y niñas.

Las mujeres son las que se ocupan mayoritariamente de las tareas de cuidado (comida, vestimenta, el cuidado de las infancias y adultos mayores), tan naturalizadas que se transforman en invisibles. Y pese a que configuran otra jornada laboral -en el hogar- que garantizan la reproducción social, no son remuneradas.

Las tareas de cuidado son mayoritariamente responsabilidad de las mujeres, un rol basado en mandatos patriarcales que utiliza el capitalismo para evitar costearlos y de los que se benefician empleadores privados y estatales.

En Argentina previo a la pandemia, las mujeres destinaban a las tareas de cuidado 6,4 horas por día frente a 3,4 horas de los varones. Con el aislamiento el cierre de escuelas y clubes, sumado a la necesidad sanitaria de intensificar la limpieza por la covid-19 significó destinar un mayor tiempo a estas tareas. Según el informe del sitio Ecofemini(s)ta sobre el 3er trimestre del 2020, del total de personas que realizan tareas en el hogar, un 72% lo realizan las mujeres y un 28% los varones. Y según un estudio del INDEC sobre los hogares del Gran Buenos Aires durante la pandemia, en 7 de cada 10 hogares la dedicación principal de las tareas cuidado y el apoyo escolar estuvo a cargo de las mujeres.

del total de personas que realizan tareas en el hogar, un 72% lo realizan las mujeres y un 28% los varones

Esta falta de tiempo disponible genera un círculo vicioso, limitando la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo, con su consecuente ampliación de las brechas de género y pobreza entre las mujeres.

Las tasas más importantes del mercado de trabajo mantuvieron la desigualdad. Cuando 2,5 millones de personas perdieron su empleo, los trabajos informales, changas y cuentapropistas fueron los más afectados, ocupaciones donde las mujeres tienen una importante participación. La tasa de actividad y de empleo descendió entre los varones como entre las mujeres, pero el leve repunte fue mucho más lento entre las mujeres.

La Comisión Económica para América Látina y el Caribe (CEPAL) señala que hubo en la región una “contundente” salida de las mujeres de la fuerza laboral con la necesidad de atender las demandas de cuidados en sus hogares, y por la misma razón tardan más en volver y buscar un empleo. Agrega que la participación laboral femenina retrocedió a “más de una década”. Uno de los factores que incidieron en este retroceso tiene que ver con que el 57% de las mujeres en América Latina están ocupadas en sectores con mayor impacto negativo en términos del empleo e ingresos por la pandemia, acrecentando la feminización de la pobreza.

Pero la pandemia no afecta a todas las mujeres por igual. Según el Registro Nacional de los Barrios Populares (RENABAP) en 2019, había 4 mil barrios populares en el que habitaban más de 4 millones de personas; se estima que hoy llegan a 5 mil. En ellos, casi la totalidad no accede a la red formal de gas, agua corriente, red cloacal o a la red de electricidad.

No es lo mismo el tiempo de los quehaceres hogareños sin acceso a los servicios públicos. Eso explica que mientras la desocupación general entre las mujeres era del 11%, en estos barrios ascendía al 20%, y que solo 3 de cada 10 mujeres declaró tener un trabajo con ingreso previo a la pandemia (según el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas sobre datos del RENABAP).

El rol de las tareas de cuidado están en debate hace muchos años en el movimiento de mujeres y feminismos. El gobierno ha creado ministerios, secretarías, áreas e innumerables instituciones estatales con “perspectiva de género”, todas con sus respectivos presupuestos y cargos. Las responsables de cada uno de ellos son, en su mayoría, referentes afines al Frente de Todos o aquellas que vienen de organizaciones de mujeres. Conocen el diagnóstico y las consecuencias de las crisis sobre las desigualdades. Entonces, ¿qué hicieron al respecto?.

En principio presentan como la principal “política pública” la creación misma de todos estos estamentos estatales entre ellos la “Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado” (que incluye a otra decenas de ministerios e instituciones) de coordinación.

Entre todos ellos solo han implementado pocas medidas de muy corto plazo y alcance: subsidios y ayudas sociales como el IFE, 10.000 pesos (en 4 oportunidades) o la tarjeta Alimentar. Solo 2 de cada 10 mujeres percibieron ayudas sociales.

Solo 2 de cada 10 mujeres percibieron ayudas sociales

Otra de las acciones durante la pandemia fue establecer licencias para trabajadores y trabajadoras formales (donde las mujeres son minoría) con niños a cargo. Su efectivo cumplimiento, al igual que otros decretos gubernamentales, quedaron en suspenso.

Elaboraron varios trabajos con diagnósticos, planes, programas, encuentros y charlas por zoom, y desde hace un año están diseñando un ”mapa federal de cuidados”. Por el momento ninguna medida concreta contra los despidos, la precarización, los bajos salarios y jubilaciones, el acceso a los servicios públicos, la socialización de las tareas de cuidado.

¿Qué harán ante esta 2da ola? ¿Habrá prohibición de despidos y doble indemnización? ¿Exigirán licencias pagas para formales e informales?. ¿Implementarán nuevamente el IFE al valor de una canasta familiar?. ¿Se opondrán al aumento de la garrafa social y los tarifazos?. ¿Exigirán que pasen a planta a las enfermeras, auxiliares, a las obreras vitivinícolas?. ¿Habilitarán jardines gratuitos para niños en barrios y trabajos?.

Medidas que disminuyan el tiempo de las mujeres en los cuidados para achicar las brechas de género y reducir la pobreza requieren de decisiones políticas. Por ejemplo utilizando recursos que podrían obtenerse de no pagar la fraudulenta deuda externa. La crisis revela la inacción de los Estados, y sus gobierno, para dar respuestas “con perspectivas de género”, porque no están dispuestos a tocar los intereses de los grandes capitalistas.