Las reservas netas en el Banco Central se estiman en un rojo de U$S 5.000 millones, un factor que está en la base de la inflación. El Ministerio de Economía confirmó que pagará U$S 1.000 millones a bonistas esta semana y también habría un vencimiento por U$S 1.300 millones con el FMI. Mientras siguen honrando la deuda, no se descartan nuevas medidas para "aguantar" hasta las elecciones.
Martes 4 de julio de 2023 22:14
Las reservas netas en el Banco Central se estiman en un rojo de U$S 5.000 millones.
De acuerdo a la página oficial del Banco Central, las reservas brutas alcanzan a U$S 27.926 millones al 30 de junio, uno de los niveles más bajos de la historia. Esta situación se explica por la fuerte sequía que implicó una caída de cerca de U$S 20.000 millones de exportaciones, pero no es ese el motivo central, como intenta ocultar el Gobierno.
Detrás de la escasez de divisas, que impulsa fuertemente al alza a los precios internos, se encuentra una orientación de la economía para honrar la deuda, lo que se profundizará en los próximos años cuando impacten los vencimientos más abultados.
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Lo cierto es que si las reservas brutas son pocas, menos aún son las reservas consideradas "netas", las que aproxima el "poder de fuego" que tiene el BCRA para intervenir ante una corrida. Esta es la variable que sigue más de cerca el FMI y en cuyo cálculo no se incluye el swap con China (intercambio de monedas por unos U$S 18.000 millones), los depósitos en dólares de los bancos privados en el BCRA y otras deudas. Economistas calculan que la cuenta da abajo de cero por unos U$S 5.000 millones.
El viernes pasado las reservas habían sufrido un embate cuando, "festejando" que no se pagó con dólares, el Gobierno efectuó el pago de U$S 2.700 millones equivalentes en DEG (moneda del FMI) y yuanes disponibles, al Fondo Monetario Internacional (FMI). Como era de esperar, independientemente de la moneda, es una salida de recursos que disminuyó las arcas del Central para pagar una deuda ilegítima e ilegal contraída por el macrismo.
Vuelven los bonistas privados de la deuda reestructurada por Guzmán
A esta situación se suma ahora el anuncio del Ministerio de Economía, que confirmó que pagará en los próximos días los cupones de los bonos en dólares reestructurados por Martín Guzmán en 2020. Estos suman obligaciones por unos U$S 1.000 millones. En plena pandemia y con la economía en una fuerte crisis, el ex ministro realizó un canje de deuda que, sin investigarla, validó los compromisos anteriores, de una deuda con muchos capítulos fraudulentos. Ahora Sergio Massa se dispone a pagarlos.
“Conforme el cronograma habitual, estaremos realizando el pago de cupones de los títulos denominados y pagaderos en moneda extranjera. De esta forma, reafirmamos una vez más nuestro compromiso con el pago de las obligaciones de la deuda pública y la gestión de una estrategia financiera que permite dar tranquilidad y certidumbre a los mercados”, mencionó este martes por la mañana el secretario de Finanzas, Eduardo Setti.
El monto total estimado de pagos es de U$S 982 millones, de los cuales según estimaciones del economista Salvador Vitelli expresadas a Infobae, poco más de U$S 200 millones corresponde al bono global GD38 y un poco menos de esa cifra, al GD41.
Según Martín Rapetti, director ejecutivo de la consultora Equilibra, "con el reciente pago al FMI y con el que se realizará el 9 de julio por unos US$ 1.000 millones correspondientes al servicio de la deuda en bonos, el BCRA tendrá dentro de pocos días un nivel de reservas netas negativo superior a US$ 6.000 millones, el nivel más bajo del que tenemos memoria".
"De esta forma, el margen de maniobra con que cuentan las autoridades resulta muy acotado, con reservas netas en - US$ 5.200 millones y reservas caja en + US$ 1.936 millones, por lo que el riesgo cambiario se sostiene elevado y “querer” no siempre es “poder”", señaló un informe de la Fundación Capital, presidida por Martín Redrado.
Negociación con el FMI, en busca de los desembolsos "trabados"
En ese marco, este lunes partió una delegación de Economía rumbo a Washington para continuar la negociación con el FMI. La delegación –que no contará con la presencia de Sergio Massa- fue encabezada por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein. Buscan que se destrabe el desembolso de U$S 4.000 millones, y además intentan conseguir un anticipo de dólares frescos para amortiguar los semanas que quedan hasta las PASO, algo que los analistas ven poco probable.
El viernes también habría un vencimiento por U$S 1.300 millones al FMI lo que hundirá aún más las reservas y reducirán el margen de maniobra para mantener controlado el dólar. Algunos analistas creen que este pago pueda ser pospuesto, como ocurrió con el último del mes de junio, lo que estaría en la mesa de la negociación esta semana. Hasta fin de año los vencimientos con el Fondo suman más de U$S 10.000 millones.
La expectativa también es que Massa, con la economía en la nuca como candidato ahora a presidente por el peronismo (Unión por la Patria), esté preparando nuevas medidas "parche" para estirar la agonía de reservas. Aunque hacia el segundo semestre se esperan mejores condiciones climáticas, no se descarta la puesta en marcha de un “dólar soja 4”. Con las tres versiones anteriores el candidato, amigo de las grandes patronales, ya les transfirió al agro unos U$S 500.000 millones.
También se especula con alguna suerte de impuesto a las importaciones o un desdoblamiento cambiario en los servicios (turismo, software y otros), una suerte de "devaluación" segmentada, pero implicaría una suba de la brecha cambiaria y un impacto inflacionario.
Todas estas medidas para "aguantar" con pocas reservas, lo que no descarta que pueda haber corridas y cambios bruscos, no buscan resolver el gran problema de la inflación ni la situación social crítica que viven millones de familias trabajadoras.
El plan de Massa y del peronismo es continuar cumpliendo con el FMI, algo que sólo profundizará al atraso y la decadencia nacional. Es necesario poner rechazar el acuerdo con el Fondo y desconocer en forma soberana la deuda ilegítima e ilegal, junto a otras medidas como la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de trabajadores, para dar vuelta las prioridades en función de las necesidades sociales.