Jueves 8 de enero de 2015
Recibimos con estupor y dolor la noticia del atentado ocurrido esta mañana en las oficinas de Charlie Hebdo, un semanario satírico progresista de renombre. Presentamos nuestro pésame a las familias, allegados y colegas de los periodistas asesinados por un comando de dos hombres armados. Según algunos testigos habrían actuado en nombre del Islam. Lo mismo parece indicar el video "Vengar al profeta", lo que es una referencia casi segura a una publicación de caricaturas de Mahoma en 2006. Esta publicación ha provocado numerosas amenazas.
La conmoción crece en estos momentos en la población y en los círculos progresistas a los que estaban ligados estos periodistas. Los militantes comunistas revolucionarios no debemos confundir esta conmoción y la forma en que intentan instrumentalizarla el gobierno, el PS, la oposición de derecha y la extrema derecha.
Estos individuos y sus posibles cómplices, encarnan principalmente el obscurantismo más reaccionario y retrógrado. Obscurantismo financiado, directa o indirectamente, por las petro-burguesías y las petro-monarquías de Golfo, aliadas de las potencias occidentales, pero que intentan sacar provecho propio a la crisis económica y geopolítica, que caracteriza la situación internacional. Este obscurantismo es a su vez alimentado por los imperialistas que, desde el 2001, intensificaron, en nombre de la "democracia", una ofensiva reaccionaria en toda la línea, a través de sus intervenciones militares, sus ocupaciones criminales y su apoyo a la política racista y colonial del Estado sionista de Israel.
Los atentados y los asesinatos de los periodistas son un ataque contra las libertades fundamentales y al mismo tiempo un ataque contra el conjunto de las clases populares, comenzando por los propios sectores árabe-musulmanes. En este momento hay un verdadero “régimen” de todos los partidos burgueses y los medios de comunicación contra los musulmanes y la juventud de los barrios populares. Este régimen va a intentar instrumentalizar estos crímenes abominables para instalar un clima de miedo y de pánico y así fragmentar aún más a los sectores explotados, dejándole a la extrema derecha y a sus "perros rabiosos" el trabajo de señalar con el dedo a los "malos franceses", a los musulmanes, a los árabes y a los jóvenes de los barrios populares.
La peor pesadilla sería que esta fractura se instale en forma permanente en el seno de nuestra clase y de la juventud. Por esto hay que rechazar toda unión sagrada con las fuerzas del régimen, no solo con el gobierno de Hollande, sino también con las fuerzas "republicanas", ya sean de derecha o "socialistas”. En consecuencia no participaremos de ninguna “unión sagrada” con los que le hacen el juego al racismo, a la islamofobia, a la estigmatización del extranjero a través de las políticas antipopulares implementadas por los sucesivos gobiernos y de las intervenciones imperialistas, que fueron orquestadas y avaladas por todos ellos.
Los forjadores de leyes racistas y liberticidas, son nuestros enemigos, los enemigos de las clases populares y del movimiento obrero. Ellos quieren instrumentalizar el atentado y utilizar la bandera de la “democracia” para llamar a una unidad reaccionaria. Al mismo tiempo que repudiamos el salvaje atentado y nos solidarizamos con las víctimas, nos pronunciamos contra toda “unión sagrada”, contra el Vigipirate (sistema de alerta antiterrorista que es utilizado en forma racista), y contra la islamofobia, y con estas banderas participamos de la marcha, lanzada por la CGT, en la Place de la République.
07/01/15
Juan Chingo
Integrante del Comité de Redacción de Révolution Permanente (Francia) y de la Revista Estrategia Internacional. Autor de múltiples artículos y ensayos sobre problemas de economía internacional, geopolítica y luchas sociales desde la teoría marxista. Es coautor junto con Emmanuel Barot del ensayo La clase obrera en Francia: mitos y realidades. Por una cartografía objetiva y subjetiva de las fuerzas proletarias contemporáneas (2014) y autor del libro Gilets jaunes. Le soulèvement (Communard e.s, (...)