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Red Internacional
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Movimiento Obrero. Contra la reforma laboral, los bajos salarios y el aumento de precios: ¡luchemos como en Cádiz!

Desde Izquierda Diario lanzamos una campaña de denuncia contra la reforma laboral, la precariedad, los bajos salarios y la subida de los precios. En el marco de una creciente conflictividad obrera abrimos nuestro diario a todos aquellos trabajadores que quieran denunciar la precariedad y el despotismo patronal que junto al Gobierno y con la complicidad de las burocracias sindicales quieren empobrecernos más.

Viernes 10 de diciembre de 2021

El Gobierno “progresista” busca acordar con la patronal y las burocracias sindicales una nueva reforma laboral que dejé intactos los aspectos más lesivos de las anteriores y que sea una nueva carta blanca para los empresarios. Mientras, en los últimos meses estamos experimentando una drástica subida de precios que merma el nivel de vida de amplios sectores de la clase trabajadora. Solo en noviembre el IPC ha escalado hasta superar el 5,5% y vamos a cerrar el año con el dato de inflación más alto en los últimos 30 años. Incluso esta subida del IPC oficial es engañosa porque no refleja realmente cuánto sube el conjunto de los bienes y servicios de primera necesidad.

Ante esta situación, se trata ahora de hacer pagar a los trabajadores las consecuencias de la crisis que significó la pandemia para que las empresas sigan obteniendo cada vez mayor margen de beneficios. Al mismo tiempo que la mayoría de la población no cubre con su salario el coste real de la vida las grandes empresas siguen obteniendo enormes beneficios. Cuando el coste de los productos básicos se incrementaba hasta un 5,5% más para las familias, las empresas del IBEX35 amasaban un 3% más de beneficios (datos de octubre).

Una situación de precariedad y retroceso en las condiciones laborales que viene de lejos y que ha sido marcada por las reformas laborales de 2010 y 2012. Por ejemplo, la inmensa mayoría de los convenios, que han pasado por años de degradación amparados por las reformas laborales de PP y el PSOE, no tienen cláusulas de revisión salarial que se adapten al aumento de la inflación. Esto explica el impacto del aumento del IPC en las economías de las familias obreras. En concreto solo el 17% de los convenios incluyen algún tipo de revisión salarial, e incluso en este caso son papel mojado sino existe una presión sindical y de los trabajadores para que año a año se vaya cumpliendo esto.

El Gobierno “progresista”, con la ministra “comunista” a la cabeza, está por esta labor, por ello negocia con las burocracias sindicales y la patronal una nueva reforma laboral que profundiza las condiciones de precariedad, facilitando el despido a las empresas.

Sin embargo, ya hay sectores de trabajadoras y trabajadores que se están organizando y saliendo a luchar ante este nuevo ataque que afecta de lleno a su día a día. No en vano una gran parte de los conflictos obreros que han surgido en estas semanas tienen que ver precisamente con el reclamo de que se adecuen los salarios al coste de la vida y se enmarcan en un momento en el que se negocian numerosos convenios sectoriales.

Las y los trabajadores no están dispuestos a seguir perdiendo. Así hemos visto un resurgir de las luchas obreras estas últimas semanas. Desde la emblemática huelga del sector del metal en Cádiz, las trabajadoras de la limpieza de la misma provincia y las de Castellón, las trabajadoras sociosanitarias del SAD que acamparon delante del ministerio de trabajo, los obreros de Inditex, los trabajadores de Pilkington, las trabajadoras de conservas en Bizkaia y otras muchas luchas que con menor o mayor intensidad han hecho que estas semanas la clase obrera vuelva a los grandes debates mediáticos.

Ante esta nueva oleada de luchas que reclama sus derechos el actual Gobierno PSOE-UP ha demostrado de qué lado está. Muchas de estas trabajadoras y trabajadores tuvieron a la ministra de trabajo, la policía nacional y a todo el equipo de Gobierno en el otro lado de la trinchera intentando aplastar sus demandas. En el caso de la heroica huelga del metal en Cádiz o la de Tubacex no fueron una simple metáfora, sino que tuvieron que enfrentar la violencia y represión desatada por el gobierno de coalición.

Por su parte los dirigentes de los grandes sindicatos, CCOO y UGT, están demostrando que se juegan a ser un muro de contención frente a esta oleada de lucha obrera que puede empezar a cambiar la relación de fuerzas. Las burocracias de estos sindicatos un día te convocan huelga y al día siguiente salen a decirte que vuelvas al trabajo que ya están ellos para negociar.

Debemos promover ofensivamente el impulso de asambleas democráticas que superen los métodos de las burocracias sindicales, en las que todos los trabajadores y trabajadoras decidan el plan de lucha para continuar. En esta tarea, la izquierda sindical y los sectores combativos de los sindicatos mayoritarios deben estar al frente.

Toda esta demostración de fuerzas que los grandes sindicatos es aprovechada por los direcciones sindicales en el contexto de la propia negociación de la reforma laboral que se está dando en estas últimas semanas para responder a los plazos marcados por la Unión Europea.

Necesidad de un programa para continuar la oleada de luchas obreras

Es necesario coordinar todas estas luchas para pelear por un programa que de una salida a los padecimientos que sufre la clase trabajadora y los sectores populares, que empiece por rodear de solidaridad las luchas con acciones de apoyo, militar las cajas de resistencia y denunciar la represión del Gobierno.

Una de las medidas fundamentales para paliar la subida del IPC o para adecuar los precios a esta subida tendría que ser la de organizar comités de usuarios y trabajadores que se dispongan a realmente medir la evolución del IPC y de los precios de los productos de consumo básico y en base a ello, la incorporación de cláusulas de revisión salarial efectiva mes a mes en todos los contratos.

Un plan de lucha que pelee por la derogación total de las reformas laborales de Zapatero y Rajoy, el reparto de las horas de trabajo sin disminución salarial, lo que crearía decenas de miles de puesto de trabajo, acompañado del fin de los recortes y de un aumento de presupuesto de los servicios públicos.

Debemos promover ofensivamente el impulso de asambleas democráticas que superen los métodos de las burocracias sindicales, en las que todos los trabajadores y trabajadoras decidan el plan de lucha para continuar. En esta tarea, la izquierda sindical y los sectores combativos de los sindicatos mayoritarios deben estar al frente.

Solo sobre esta base conseguiremos paliar la voracidad implacable con la que las distintas patronales planean empobrecernos, que ejercen todo tipo de represión sindical ante los trabajadores y trabajadoras que se organizan y luchan.

Por eso lanzamos esta campaña que ayude a unificar las luchas en todos aquellos lugares que peleen por convenios que eviten que la clase trabajadora se empobrezca aún más. En todos los centros de trabajo tenemos que exigir que frente al aumento del coste de la vida tengan que haber, de mínimas, cláusulas que año a año aumentan los salarios en la misma medida.

La derogación de las dos últimas reformas laborales, de manera real y no como pretenden vendernos Yolanda Díaz y la burocracia sindical, es otra de las cuestiones fundamentales a la hora de combatir la precariedad laboral.

Desde aquí abrimos las páginas de nuestro diario para que se expresen denuncias y exigencias para ir construyendo desde abajo una verdadera alternativa de lucha frente a la ofensiva de la patronal y el gobierno en contra de la clase trabajadora.

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