Se está por cumplir tres semanas desde que comenzó el brutal ataque contra el Correo Argentino. Fueron cientos de despidos a nivel nacional y actualmente instalaron los retiros voluntarios de manera extorsiva. No se sabe con precisión cuantos miles de trabajadores se fueron de sus puestos laborales. Además hay cierres de decenas de sucursales en todo el país. Sin embargo comenzó una incipiente resistencia en varias de esas comunidades para rechazar el cierre de sus queridas oficinas postales e impedir el despido de sus empleados.
Martes 14 de mayo 09:39
El 1 de mayo fue la movilización de la CGT a Plaza de Mayo. Allí participaron los gremios que representan a los trabajadores de la empresa postal. Hubo denuncias sobre el ajuste que sufren sus afiliados, pero no fue más que declaraciones en algún medio televisivo. Al otro día, hubo una importante movilización en Rosario, convocada por FOECYT, ya que hubo decenas de despidos en las sedes postales de esa ciudad. Durante la manifestación, fueron acompañados por otros gremios de entidades estatales para solidarizarse ante los despidos. El 7 de mayo pasado, hubo un abrazo de vecinos a la oficina postal de Trelew, para acompañar a la empleada despedida Olga Norambuena y exigir su reincorporación ya que, de esa manera puede garantizar el tratamiento por discapacidad de su hija. Lo mismo ocurrió en Corcovado, donde sus vecinos montaron guardia para impedir el cierre de la pequeña sucursal que existe allí. Además presentaron un amparo colectivo para declararla como servicio esencial.
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El paro general del 9 de mayo pasado, se hizo sentir en cada sector y sucursal del Correo Argentino. Aquel día nos cuentan varios trabajadores o en varios portales informativos del interior que, el nivel de acatamiento fue masivo. De esa manera quedó demostrado el repudio que existe por los despidos y retiros voluntarios de miles de compañeros que ya no los verán cotidianamente. Ese mismo día en algunas localidades hubo marchas de los gremios que fueron parte de las manifestaciones que se acercaban a solidarizarse en las sucursales del Correo Argentino.
Sin embargo, aún las federaciones sindicales del Correo no han respondido, ni tampoco hubo medidas de fuerzas contundentes contra el vaciamiento y la probable privatización de Correo Argentino (si se aprueba la Ley de Bases). Las y los empleados consideran que no existe el respaldo de los gremios y ante la ausencia de un plan de lucha, se sienten solos y deciden aceptar el retiro voluntario.
Durante la semana pasada, también hubo acompañamiento de cientos de personas agremiadas en diferentes sindicatos u organizaciones sociales y políticas a las sucursales del Correo en Río Gallegos, Río Turbio, Ushuahia, Bahía Blanca, El Calafate, Corcovado, Trévelin, Andacollo, Maquinchao, Santa Regina, Bariloche y la Sede principal de Rosario, entre otras.
También se instaló la indignación en Río Negro y Neuquén, porque en ambas provincias cerrarán 16 sucursales, desconectando a pueblos como Fernández Oro, Cervantes, Chichinales, Huergo, Godoy, Las Grutas, Sierra Grande; Barda del Medio, Añelo, El Chañar, Aluminé, Mariano Moreno, Las Ovejas, Picún Leufú y Piedra del Águila. Los funcionarios públicos como el gobernador de Río Negro Alberto Weretilnek declaró en contra de los cierres que se planean a fines de mayo. Tales cierres significan una tragedia para esos pueblos donde sus habitantes deberán recorrer decenas o centenas de kilómetros para ir a cobrar sus jubilaciones, trámites personales o realizar envíos postales que antes realizaban en sus propios pueblos.
¿Pero qué hay detrás de semejante vaciamiento del Correo Argentino?
Se sospecha que, quién está interesado por quedarse con la basta estructura del Correo Oficial de la República Argentina, es nada más y nada menos que el supermillonario Marcos Galperin (dueño de Mercado Libre). Si llega a privatizarse la empresa postal, tendrá a su disposición cerca de 1.500 sucursales y 1.800 unidades postales, para ampliar su negocio de distribución de paquetería. Todo este plan está acompañado con la posible aprobación de la Ley de Bases en el Senado de La nación, que implica la privatización del Correo Argentino. Además estará acompañada de la reforma laboral y con ese paquete habrá precarización laboral, para abaratar la mano de obra. La misma suerte corren empresas como Aerolíneas Argentinas, Trenes Argentinos y otras empresas estatales. Es el desmantelamiento para luego ser vendidas a un bajo costo por ser empresas deficientes según el discurso oficial del gobierno de Javier Milei.
Hay que recordar que en el directorio del Correo Argentino, se encuentra Camilo Baldini como presidente del directorio. Es contador y fue dirigente de La Cámpora. También fue funcionario en el directorio anterior y se quedó con el actual gobierno nacional, aplicando sin ningún reparo, los despidos, retiros voluntarios y la desinversión que está perjudicando al Correo Argentino.
Lo que sucede en la empresa postal es un caso testigo de cuáles son las intenciones del actual gobierno. Dejarles empresas estratégicas como el Correo a sus amigos empresarios que se beneficiarán con las leyes contenidas en la Ley de Bases, en caso de aprobarse. Aun así, comienza a surgir una incipiente resistencia a los cierres de las sucursales en algunos pueblos, donde consideran como un servicio básico e imprescindible. Impedir el desmantelamiento del Correo Argentino, es seguir sosteniendo un servicio postal que cumple una función social para la comunidad, como también lo debería ser Aerolíneas Argentinas o los Trenes Argentinos. La solidaridad a quienes trabajan allí es vital para defender cada puesto laboral y derrotar un plan nefasto que destruye su principal tarea, que ninguna empresa privada cubrirá donde no sea rentable.