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Red Internacional
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Historia. Cuando el presidente Nixon renunció por el escándalo Watergate

Un día como hoy pero de 1974 renunciaba Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos a causa del escándalo de espionaje Watergate, caso que sacudió la política de aquel país y cimbró a la casta política.

Sábado 10 de agosto de 2019

El 8 de agosto de 1974, Richard Nixon renunció al cargo de presidente de Estados Unidos, el cual ocupaba desde 1968 y tuvo que dejarlo para siempre después de su segunda reelección a causa del escándalo Watergate, que lo involucró el 17 de junio de 1972, cuando cinco de sus hombres fueron atrapados en el complejo Watergate con micrófonos y fotografías que implicaban espionaje al Partido Demócrata ¿Cuáles son las causas de que el sistema político de aquel país haya presionado a tal nivel a uno de sus presidentes para hacerlo renunciar? ¿Qué implicaciones políticas tuvo?

El primer problema es que los cinco personajes que fueron atrapados con las manos en la masa eran veteranos de la Agencia Central de Investigación (CIA por sus siglas en inglés), quienes eran expertos en operaciones de contrainsurgencia y desestabilización de gobiernos enemigos del imperialismo estadounidense. Al principio se trató de esconder lo ocurrido alegando intento de robo y luego aceptando que se trataba de espionaje, tratando de dar carpetazo a todo lo ocurrido, ocultarlo para que no se expresarán hacia afuera las contradicciones de la casta política y la burguesía estadounidense.

El segundo problema para Nixon, es que la prensa se enteró de que uno de los detenidos era el director de seguridad, James McCord, quien trabajaba para la reelección del presidente republicano. A pesar de que se estancaron las investigaciones policiales para que todo se olvidara, la prensa comenzó a indagar más y más. El periódico The Washington Post descubrió que los hombres habían sido contratados para obtener información valiosa y aprovecharla para lograr la reelección de Nixon. Además, un enemigo interno suyo, quien usó el seudónimo Garganta Profunda, fue quien filtró que todo ello fue ordenado por el propio presidente.

En septiembre de 1972 comenzó el juicio contra los implicados por el asalto al edificio, por robo y espionaje y la condena se estableció en enero de 1973. Durante el juicio se dio a conocer que desde las altas esferas de la política se presionó a los implicados para declararse culpables y cerrar el caso. Eso fue lo que declaró McCord, además, salieron a la luz cintas de las conversaciones de Nixon que lo involucraban a él y a su círculo más íntimo en el caso.

El Senado de EE.UU. se involucró ante las dimensiones que estaba cobrando el asunto, aunque de forma tibia al principio y más dura debido a la presión de la opinión pública de dicho país que quería saber sobre lo que hacía su gobierno. En marzo de 1974 se acusó de espionaje a siete consejeros y altos funcionarios, además de otras cosas como fraudes y sobornos que asegurarían la reelección de Nixon.

Lo más grave para este político se presentó en julio de 1974, cuando la Cámara de Representantes presentó la solicitud de Impeachment], es decir el activar un mecanismo institucional (juicio político) para remover al presidente, a lo que se sumó el Senado. Frente a dichos acontecimientos fue como Nixon tomó la decisión de renunciar, para después ser sustituido por Gerald Ford, quien lo exoneraría de todos los cargos en su contra.

El papel de la libertad de crítica

El escándalo Watergate expuso las contradicciones de la clase dominante estadounidense, entre ellas las pugnas por el poder, ya que la práctica del espionaje y de vigilar al oponente no debería sorprendernos, en realidad es parte del pan de cada día de la casta política para mantener su dominio. Esa es la razón de que las fuerzas del régimen trataran de cerrar el caso lo más pronto posible, sin embargo algo les salió mal, ya que por un lado existieron medios de comunicación que en condiciones de una democracia burguesa mínima revelaron información al público.

Por otro lado la gran mayoría de la población que se involucró en la opinión pública, esa presión al Estado permitió que se supiera la verdad, sobre la corrupción de los gobernantes patronales, quienes siempre anteponen el discurso de la libertad y la legalidad, pero cuando conviene a sus intereses llegan a violar dicha legalidad. La presión del público, compuesto mayoritariamente por la población urbana, como trabajadores, jóvenes y mujeres es lo que dio el golpe a la Casa Blanca.

Por su parte el presidente Ford decidió exonerar a Nixon, como una forma de proteger a la casta política porque permitir que uno de los suyos llegue a la cárcel seria sentar un precedente poco favorable para los políticos patronales. Ello desarrollado en el contexto de la Guerra Fría, que tenía a una juventud politizada y bien informada sobre los atropellos cometidos en Vietnam y otros lugares, quienes ejercían su crítica mediante la movilización y la lucha en las calles.

Una muestra de las contradicciones internas que llevaron a que esto ocurriera fue Garganta Profunda, William Mark Felt, quien era el director adjunto del FBI y hundió al presidente porque Nixon no quiso ponerlo al frente de ese organismo FBI. Este personaje tenía acceso a todos los documentos e información antes que nadie, al ver afectados sus intereses y no sentirse lo suficientemente recompensado actuó con una tremenda dureza.

Frente a estas circunstancias, los políticos estadounidenses guardan las formas para evitar la desestabilización de su Estado, para esconder que su discurso es sólo una forma de defender sus intereses como clase y no los de las mayorías. Eso es lo que nos puede explicar ¿por qué hoy día no ha existido otro caso en que un presidente tenga que renunciar? Ya que motivos no han faltado.

Fue el caso de Bill Clinton quien fue evidenciado por tener algún tipo de relación sexual con una becaria al servicio de la Casa Blanca pero logró librar los ataques de sus oponentes. . El actual presidente de EE.UU. Donald Trump se encuentra bajo la lupa con el tema del Russiagate, la posible participación de funcionarios y técnicos rusos en la intervención de las elecciones para inducir el voto a Trump en las elecciones de 2016.

Pero pero no se ha actuado en su contra a pesar de que al parecer existen elementos que mostrarían que llegó a la presidencia con trampas además de una serie de escándalos de índole sexual. En este caso la líder del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, avalada por un tímido Bernie Sanders, ha combatido a un sector de sus correligionarios que están por demandar el [Impeachment) y ella lo contiene aduciendo que "no es el mejor momento". Así, la burguesía, utilizando a uno u otro de los grandes partidos de EE, UU., se cuida de guardar las formas y que no le vuelva a explotar en la cara otra situación de este tipo.