Newsletter: El juguete rabioso. Derecho a la vivienda: ¿quién me dará un crédito mi señor?

En 1973 salió al ruedo Confesiones de invierno, el segundo disco de Sui Generis. El cuarto tema, homónimo al título del álbum, narra, aparentemente, una ruptura amorosa. Un joven es echado por su amante porque no tiene “profesión”. Arrojado a la calle va a ahogar las penas en el baño de un bar. Es así como termina arrestado: “Y si bien yo nunca había bebido, en la cárcel tuve que acabar, la fianza la pagó un amigo, las heridas son del oficial”, cantaba el dúo compuesto por Charly García y Nito Mestre. Cuenta la leyenda que esta frase sobre las “heridas del oficial” recibiría una ovación en el recital despedida de Sui Generis en 1975.

Solo sé sonreír

Según el Censo Nacional de 2010, el déficit habitacional alcanza 3,5 millones de viviendas: comprende a 1,3 millones de viviendas faltantes (es decir, déficit cuantitativo) y 2,2 millones de viviendas que no proveen a quien la habita las condiciones mínimas para mantener un nivel de vida digno (es decir, déficit cualitativo). Estos números son de hace una década. Algunas estimaciones más recientes indicaban que no variaron mucho hasta 2018/2019. Pero, con la crisis social y sanitaria es probable que se hayan ampliado.

La semana pasada, el Gobierno anunció los créditos Casa Propia. Existen dos líneas para estos créditos. Una de esas líneas es para la construcción de una vivienda nueva de hasta 60 metros cuadrados sobre un terreno propio. Este no es un detalle menor: el acceso a un terreno propio es muy difícil en estas pampas. Esta línea se orienta a atender el déficit cuantitativo. Se anunciaron solo 22 mil créditos hipotecarios para la construcción con un monto hasta $ 4 millones a pagarse en 30 años.

La otra variantes es para refacciones. Está orientada al déficit habitacional cualitativo. Es decir, cuando la vivienda que se habita tiene algún problema o carencia a solucionar. En este caso se van a otorgar 65 mil créditos personales de entre $ 100 mil y $ 240 mil a pagarse en 36 meses.

Ambas líneas de crédito son relativamente flexibles, pero totalmente escasas: cubren apenas el 1,7 % del déficit cuantitativo y el 3 % del déficit cualitativo. Por lo cual, se necesitarían más de 50 años para terminar con el déficit habitacional cuantitativo, o sea para construir la cantidad de viviendas que faltan en relación con la cantidad de hogares que existen en el país. Un detalle: la población debería no aumentar. Es cierto que existen otras políticas como el Plan ProCreAr. Tan cierto como que, con todas las políticas públicas, en las últimas décadas el derecho a la vivienda está cada vez está más lejos de realizarse.

Es interesante navegar por las páginas web de los bancos para tomar dimensión de los límites en el acceso al crédito para la vivienda que existen para la gran mayoría de la población. El Banco Provincia tiene un simulador de créditos hipotecarios muy fácil de usar. Para acceder a un crédito similar al que ofrece Casa Propia (es decir, de unos $ 4 millones), es necesario contar en mano con $ 1 millón propio para comprar el inmueble. De esta forma, se estaría accediendo a una vivienda de $ 5 millones (o U$S 50 mil al tipo de cambio oficial).

La cuota inicial de ese crédito en el Banco Provincia es de $ 81.331 para un plazo de 240 meses (20 años). Para poder acceder, no solo se necesita estabilidad laboral: quienes piden el crédito tienen que reunir ingresos mensuales por $ 254 mil.

“Dios es empleado en un mostrador, da para recibir ¿Quién me dará un crédito, mi Señor? Sólo se sonreír”, cantaba Sui Generis en Confesiones de invierno. Hoy la respuesta es clara: a la mayoría de los asalariados nadie les dará un crédito para la vivienda.

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