En un claro chantaje del Grupo Clarín y el productor televisivo contra sus empleados, el “Chueco” advirtió que la única manera de seguir con la productora más importante del país es despidiendo trabajadores y con más tercerización.
Miércoles 1ro de julio de 2020 11:54
Polka, cuyo accionista mayoritario es el Grupo Clarín, advirtió que la única manera de continuar con la productora sería recortar personal. Así lo informaron los sitios Teleshow e Infobae.
Polka, que actualmente cuenta con casi 300 empleados fijos, pasaría a operar con una planta mucho menor y el resto de los trabajadores “pasarían a ser tercerizados, según lo que cada proyecto de ficción requiera, ya sea una tira diaria, un unitario o una serie realizada para las plataformas”, dice Infobae.
En los últimos meses, la Asociación Argentina de Actores y el sindicato de la televisión Satsaid habían mantenido reclamos contra Adrián Suar por salarios adeudados.
Los trabajadores y actores agrupados, en su momento habían denunciado “la actitud inescrupulosa de la empresa, contraviniendo la resolución del Ministerio de Trabajo que intimó al pago de los salarios adeudados a actrices, actores, apuntadoras y apuntadores. Además de las contribuciones patronales a nuestra Obra Social".
Te recomendamos: Abajo el telón: la industria audiovisual y su profunda crisis
Te recomendamos: Abajo el telón: la industria audiovisual y su profunda crisis
Desde ambos sindicatos cuestionan la idea impuesta por Suar de que la productora esté “quebrada” ya que es “la más exitosa de la historia de la televisión argentina, que produce en exclusividad para Artear y cuya empresa controlante es el Grupo Clarín”.
No está demás remarcar que Polka es una de las utilidades del Grupo Clarín que recibieron la ATP y sigue sin abonar sueldos de marzo, abril y mayo.
La productora más importante del país no está más que reproduciendo la actitud de muchas patronales (nacionales y multinacionales), que no vieron demasiado afectados sus ingresos en Argentina pero igual -con la pandemia de excusa- pretenden recortar salarios y despedir trabajadores, descargando los costos de la crisis económica sobre los eslabones más débiles.