LIBERTADES DEMOCRÁTICAS. Destapado en Valencia un nuevo topo infiltrado de la policía de Marlaska

En este caso, el tercer topo policial de Marlaska hecho público en tanto solo ocho meses, actuó durante casi dos años bajo la identidad falsa de Ramon Martínez Hernández en los movimientos sociales de València.

R.M.F., según ha podido identificar La Directa como iniciales reales de Ramon, entró en el colectivo Cuidem Benimaclet en 2020 y a partir de aquí se fue introduciendo en otros espacios como el Centre Social Okupat i Anarquista l’Horta. Además de poder acceder a información de Entrebarris, la red de colectivos de los barrios de la ciudad.

Por otro lado, también en 2020 empezó sus estudios de Trabajo Social en la Universitat de València, todo con documentación falsa, y que solo puede expedir el ministerio de Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska. La matriculación en la universidad, además, es uno de los elementos comunes que tienen, hasta el momento, todos los topos infiltrados y que han sido destapados por La Directa.

Según informa también el medio, R.M.F. entró como funcionario de carrera en 2019 y es compañero de promoción policial de los otros topos descubiertos, J.E.G. y D.H.P.

Sin duda, el de R.M.F. es un nuevo ataque a los derechos y libertades más básicos, y que en Catalunya, lugar donde actuaban los dos primeros topos descubiertos, se tiene que añadir al Catalangate, el caso de espionaje masivo de los dispositivos móviles de más de 60 políticos y activistas independentistas con el programario Pegasus, o el balance de más 4.000 procesamientos judiciales abiertos desde el uno de octubre de 2017.

Cómo queda más que evidenciado, estos casos de infiltración policial en los movimientos sociales, juveniles y de izquierdas, no son hechos aislados ni una mera excepción. Es el accionar recurrente y común por parte de Grande-Marlaska para la persecución de la disidencia política y la protesta social. Prácticas policiales avaladas, como se hace también evidente, con el apoyo de la judicatura.

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El recrudecimiento de la persecución de la protesta social y la disidencia política es desde hace años la política imperante, no solo con el apoyo de la derecha y la extrema derecha, sino también, como vemos, por parte del PSOE y sus socios de Unidas Podemos. Incluso, también por parte de partidos procesistas como ERC, garantizando el endurecimiento del Código Penal o la facilitación para tramitar la reforma "light" de la Ley Mordaza.

Hay que tener en cuenta también que esta práctica de espionaje de la policía de Grande Marlaska se está reproduciendo también entre los medios de comunicación de la derecha o extrema derecha, como es el caso de la reciente infiltración de una periodista de OkDiario en una asamblea de la agrupación Contracorriente en la Universidad Complutense de Madrid.

A esta maquinaria represiva de espionaje, infiltraciones y miles de procesamientos y procesadas, la tenemos que detener con un movimiento antirrepresivo fuerte, con el apoyo de toda la izquierda política y social e independiente de los que con togas, porras o espías nos quieren callados, obedientes y desmovilizados.

Un movimiento que ante el aumento represivo impulse comisiones independientes sobre los casos de espionaje e infiltraciones para determinar el juicio y castigo a los responsables políticos y que exija la dimisión de Grande-Marlaska con la fuerza de la movilización. Así como la disolución de todas las unidades policiales de investigación y la “policía patriótica” que persigue las libertades democráticas y de asociación, y la derogación de la Ley de Secretos Oficiales franquista y desclasificación de todos los archivos secretos en manos del Estado, la policía y sus servicios de inteligencia.

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