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Red Internacional
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Ciudad de Buenos Aires. Desvinculan concurrentes en el hospital Zubizarreta

Así lo decidió la jefatura y se recorta la atención de 12 psicólogas, que además no cobraban un sólo peso por ser concurrentes. El motivo: se negaron a atender sin los EPP de calidad y evitar el contagio de covid-19.

Viernes 26 de junio de 2020 19:05

En plena cuarentena y las implicancias emocionales que los casi 100 días de encierro para muchos conlleva, el jefe del servicio de salud mental de Hospital Zubizarreta, Dr. Pablo Agrimbau Vázquez decidió desafectar a 12 psicólogas concurrentes que para evitar el contagio de COVID 19 proponían realizar atención de manera virtual, modalidad que se implementó en varios hospitales y centros de salud de la ciudad, como el Pirovano y el Piñero. Además de su labor con los pacientes, las concurrentes diseñaron un dispositivo de contención y escucha para los profesionales del Zubizarreta en el actual contexto de pandemia, para manejar los altos niveles de estrés que produce y prevenir el desarrollo de síndromes como el el bourn out.

Sin garantías de percibir los equipos de protección personal (EPP) de calidad según los protocolos de la Organización Mundial de la Salud para evitar el contagio, las psicólogas concurrentes, que no perciben ni salario ni ART por las tareas que realizan, decidieron negarse a atender presencialmente. ¿Quién se haría cargo de ellas en el caso de contraer COVID?

A esta medida de autocuidado tomada por las concurrentes, el jefe del servicio la vio como un “capricho”, negando cualquier posibilidad de diálogo y rechazando que realicen consultas de manera virtual.

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Desde La Izquierda Diario dialogamos con las concurrentes, quienes expresaron: “una cosa es irte de un lugar y otra es que te echen. No solamente nos despojaron de nuestro lugar de referencia, sino nuestros pacientes quedaron sin sus tratamientos, nos preocupa y nos indigna cómo fue manejado todo”. Y agregaron, “es doloroso que, por la decisión de un jefe, que nunca participó siquiera de una reunión de concurrentes, ahora diga que en su servicio no quiere formar gente, que no le interesa, cuando él nunca formó a nadie”. Para finalizar añaden: “nos sentimos solas, desprotegidas en este contexto, sin nadie que nos explique qué iríamos a hacer, para qué nos necesitaban ahí con el cuerpo cuando el servicio había suspendido toda atención presencial de pacientes. Somos psicólogas, trabajamos con la escucha, y seguimos trabajando desde lo virtual”.

Lejos de quedarse de brazos cruzados, ellas buscaron el apoyo del conjunto de los residentes y concurrentes que continúan organizándose en la Asamblea CABA, y desde allí se corrió la voz de lo que sería un escándalo. La Asociación de Psicólogos de CABA también se pronunció en defensa de estas trabajadoras junto a otras organizaciones, los que llevó a que en el Zubizarreta debieran dar marcha atrás con la propuesta de desvinculación de la concurrencia en si, aunque parece que ahora van a reubicarlas en otros efectores. Esto es una muestra de la precarización laboral a la que están expuestos alrededor de 1400 trabajadores de la salud que realizan sus tareas bajo esta modalidad de contratación, sin reconocimiento de sus derechos laborales.

La concurrencia es una “capacitación en servicio” con una jornada laboral de 20 horas por semana, por la que se trabaja gratis, sin ART ni ningún derecho que tiene cualquier trabajador. Inclusive en algunos hospitales se niega el acceso al comedor. Para poder sostener la concurrencia sí o sí se precisa contar con otro trabajo que genere los ingresos económicos; lo que implica trabajos part time, precarios y no bien remunerados con los que apenas se llega a fin de mes.

La pelea que dieron residentes y concurrentes de la capital en diciembre pasado, contra la ley Larreta, puso en el centro de la opinión pública la precarización con que se sostiene el sistema de salud. Con 8 días de paro sin guardia, se mostró que el régimen de residencias y concurrencias abarca a casi 5000 trabajadores que son un eslabón fundamental para el funcionamiento de los hospitales y centros de salud.
Precarización a la que se suman los contratos temporarios de cientos de trabajadores de planta y la tercerización de otras tareas esenciales como quienes trabajan en la cocina o limpieza de los efectores de salud. Esto pasa en todo el país y no solo en la capital, y es parte de lo que permite abaratar los costos en salud en beneficio de la privatización de la misma y son cuestiones a las que los sindicatos históricamente le han dado la espalda.

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Los residentes y concurrentes se vienen organizando hace tiempo de manera coordinada en la Asamblea CABA, pero hoy es necesario fortalecer ese espacio de organización con mandatos de base por hospital y centro de salud. Llamar a asambleas por hospital para elegir delegados por sector y poder confluir en una asamblea interhospitalaria del conjunto del equipo de salud. Es urgente poder dar respuestas ante la crisis sanitaria en curso, pero también social y económica, que desnudó el vaciamiento de la salud pública desde años. La única forma de revertirlo es poniendo a disposición todos los recursos, como los que se fueron en pago de la deuda que deberían invertirse en salud y empezando por la unificación del sistema de salud entre público y privados bajo gestión de los trabajadores, usuarios y especialistas.