El martes 16 de julio, fue detenido en EE.UU. el ex presidente peruano Alejandro Toledo, a quien el Estado - a través de la fiscalía de la nación - acusa de estar involucrado en la corrupción promovida por la empresa brasileña Odebrecht y haber recibido 35 millones de dólares.
Miércoles 17 de julio de 2019 08:56
Foto: Perú 21
El martes 16 de julio, fue detenido en los EE.UU. el ex presidente peruano Alejandro Toledo, a quien el Estado - a través de la fiscalía de la nación - acusa de estar involucrado en la corrupción promovida por la empresa brasileña Odebrecht y haber recibido 35 millones de dólares. A Toledo se le recuerda por haber liderado la denominada “marcha de los 4 suyos”, que se convirtió en uno de los movimientos de masas más importantes que contribuyo a la caída del gobierno de Alberto Fujimori, sin embargo, la gestión de Toledo en la presidencia dejo incólumes las líneas maestras del régimen heredado por el fujimorismo como la constitución de 1993 y las políticas neoliberales, por esa razón, su gobierno terminó siendo uno de los más impopulares de los últimos tiempos.
Alejandro Toledo fue presidente desde el 2001 hasta el 2006. Su llegada al gobierno estuvo antecedida de la debacle y caída del gobierno de Fujimori. Fue un “outsider” que, antes de la renuncia por fax de Fujimori, compitió en las elecciones presidenciales manipuladas del año 2000 a través de las cuales Fujimori pretendía asumir su tercer periodo como presidente. Toledo fue posicionado por algunos medios de comunicación como el dirigente de las movilizaciones contra el gobierno de Fujimori que tuvieron su máximo auge en la marcha nacional, como mencionamos líneas arriba, que se denominó “marcha de los cuatro suyos”, donde el ex presidente apareció como el referente de este hecho que marcó el fin del gobierno fujimorista.
Toledo, a quien muchos sectores de la prensa y del reformismo, consideran como un demócrata, desde los inicios de su mandato tuvo que enfrentar importantes movilizaciones como las que se dieron en Arequipa y Tacna (Arequipaso) cuando intentó privatizar las empresas generadoras y prestadoras de la luz eléctrica de EGASA y EGESUR. Toledo también enfrentó una importante huelga del magisterio que exigía mejores condiciones laborales y se oponía a la reforma educativa neoliberal del ejecutivo. A todas estas manifestaciones de rechazo popular, su gobierno respondió con una fuerte represión por parte de la Policía Nacional y con masivas y millonarias campañas de difamación a los dirigentes.
Durante su gobierno, la empresa Odrebrecht ganó diversas licitaciones en las obras públicas, por ello hoy es investigado por el Estado peruano, ya que se le acusa de recibir 35 millones de dólares concernientes a presuntos pagos ilícitos a cambio de adjudicar a esta empresa la licitación de diversos tramos de la Carretera Interoceánica. Por eso, la fiscalía de la nación ha pedido la prisión preventiva para el ex presidente y se viene tramitando su extradición de los EE.UU., que es donde se encontraba residiendo junto a su esposa Eliane Karp, quien también jugó un papel relevante durante su mandato.
Recordemos que a Toledo lo acompañaba en su gabinete ministerial, el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien también hoy se encuentra investigado por sus vínculos con Odrebrecht y por presuntamente recibir sobornos. Es importante señalar esto porque en el 2016, cuando se dio el balotaje para elegir al presidente de la república, un sector de la izquierda reformista encabezado por la lideresa del Nuevo, Perú Verónica Mendoza, llamaron a votar por Kuczynski aduciendo que este representaba la democracia y la ética.
Una distracción que ayuda al ejecutivo a recuperar el aliento
Esta detención se da en un contexto social que no favorece mucho al presidente Martín Vizcarra, ya que el conflicto social en el valle de Tambo por el mega proyecto minero Tía María a puesto claramente al presidente y su gobierno del lado de los empresarios ya que estos se negaron a respetar la decisión de las y los campesinos que se oponen a la instalación de este proyecto minero.
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Más allá que la detención y la necesidad que posteriormente Alejandro Toledo sea extraditado al Perú y encarcelado, sean justas ya que no dudamos de sus vínculos con la corrupción promovida por la empresa Odebrecht, nos parece sospechoso que estos trámites por parte del Estado se den precisamente en un momento donde la legitimidad del presidente empieza a ser cuestionada. Esta detención, por tanto, no dudamos que será utilizada por el ejecutivo y sus aliados de los medios de comunicación para desviar el centro de atención de la actividad política en el país, la misma que hasta ayer tenía en el conflicto del Valle del Tambo al hecho más importante. Y dudamos de la imparcialidad del poder judicial ya que la orden de prisión preventiva por 18 meses a Alejandro Toledo fue dictada en febrero de 2017 y después de más de 2 años recién se dicta la medida de captura.
Toledo y los otros presidentes que lo sucedieron, ex autoridades municipales y regionales y dirigentes de los partidos que disputaron las elecciones presidenciales, están inmersos en las investigaciones por los sobornos que Obrebrecht daba para ganar las licitaciones y la ejecución de las obras públicas, por ello Ollanta Humala, Keiko Fujimori, Nadine Heredia, Susana Villaran, Félix Moreno, PPK, entre otros y otras, están siendo investigados y muchos de ellos encarcelados, lo cual pone en evidencia la estrecha relación entre los empresarios y los políticos de turno. Esto ha llevado a profundizar los niveles de crisis orgánica que hoy se viven en el Perú y que hacen parte de un fenómeno internacional consustancial a la crisis del sistema capitalista.