Hoy se festeja el Día de la Suegra en diversos países, en redes veremos miles de chistes estereotipados, fomentando la competencia entre mujeres y ridiculizando a esas mujeres que en su mayoría son mayores y han cargado dobles y triples jornadas laborales a lo largo de sus vidas.
Miércoles 26 de octubre de 2022 17:39
Cada 26 de octubre se celebra en varios países, incluido Argentina, el día de la Suegra. Si bien no está muy claro el origen de esta fecha, es muy probable que se haya instaurado en Estados Unidos como espejo del Día de la Madre. Lo cierto es que gracias a las redes sociales, hace ya unos años que para esta fecha en nuestro país abundan memes que pueden resultar graciosos, pero no dejan de ser estereotipados y violentos, o notas edulcoradas que festejan a estas mujeres por su “doble rol de madre”, en palabras textuales de Clarín.
Las suegras son aquellas mujeres madres de los miembros de una pareja, por tanto podemos deducir que en su mayoría son mujeres de cierta edad, aunque también las hay jóvenes. Depende de a qué edad se haya sido madre. De una otra forma, sobre ellas ya han caído larguísimas horas de tareas de cuidado y trabajo remunerado y no remunerado. Tanto quienes son abuelas y cuidan a sus nietos y nietas, como muchas que también cuidan a sus propios padres o hermanos mayores, por el simple hecho de ser mujeres. Esto impacta en su salud y calidad de vida y les quita la posibilidad de elegir a qué destinar su tiempo tras décadas de todo tipo de trabajo, normalmente precario o no remunerado, por lo cual muchas ni siquiera acceden a una jubilación digna.
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La crisis en curso arroja datos alarmantes en la región sobre la situación de las mujeres. Según un informe de la CEPAL llamado “Cuidados y mujeres en tiempos de Covid-19”: “Previo a la pandemia, las mujeres de la región dedicaban entre 22 y 42 horas semanales al trabajo doméstico y las tareas de cuidado. En América Latina y el Caribe, durante el período de aislamiento preventivo por la pandemia, ese tiempo aumentó y las mujeres dedican diariamente el triple del tiempo que los hombres a las mismas tareas no remuneradas”. En este contexto de mayor precariedad laboral para las jóvenes, ante la falta de recursos del Estado como jardines maternales, lugares de cuidado de adultos mayores, coberturas de salud acordes, etc, es probable que muchas más tareas reproductivas se hayan delegado en familiares (mujeres), como estas suegras.
Es cierto que la marea verde hizo que muchas mujeres cuestionen los roles maternales y de buena mujer que festeja Clarín, y que eso puede traer discusiones dentro de las familias con aquellas mujeres que aún reproducen y anhelan aquellos valores inculcados a fuerza de todo tipo de violencias concretas y simbólicas, sobre generaciones y generaciones. Enojarnos o reírnos de la mujer mayor que se enoja con su joven nuera, porque se niega a entregar toda su vida y su trabajo a la familia, puede aliviar momentos tensos pero no lleva a ninguna respuesta.
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Esa dinámica tan mediatizada tiene poco que ver con la de la mayoría de las suegras y nueras que hacen malabares para conseguir algún trabajo, ni hablar de que sea con derechos, apoyándose en suegras y madres para sostener el peso del trabajo reproductivo. ¿Quién reconoce ese trabajo? Si hasta la miserable jubilación de amas de casa fue quitada por el macrismo y lejos está el Gobierno del Ministerio de Género y “el fin del patriarcado” de restaurar ese derecho, ni siquiera en pandemia.
Esos estereotipos que difunden los grandes medios y se viralizan en redes esconden además que hay muchas mujeres incluso mayores que abrazan “la revolución de las hijas” y han roto con muchos mandatos y prejuicios. Buscan mostrar una imagen negativa de las mujeres adultas mayores, cuando justamente de lo que se trata es de cuestionarlos y problematizar en qué condiciones viven y con qué opciones cuentan las mujeres ese periodo de su vida.