Del 31 de octubre al 2 de noviembre, en México se conmemora una celebración tradicional que ha fascinado al mundo.
Nancy Cázares @nancynan.cazares
Martes 2 de noviembre de 2021
El Día de Muertos es una de las festividades mexicanas tradicionales más llamativas a los ojos del mundo. Paradigma del sincretismo religioso entre el cristianismo y vestigios de las culturas prehispánicas en todo el país, esta tradición fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en noviembre de 2003.
Gran parte del sentido que actualmente tiene el Día de Muertos conserva aspectos importantes de la cosmovisión prehispánica firmemente entrelazados con elementos del rito católico del Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Asimismo presenta elementos comunes a muchas culturas por todo el mundo como el culto a los muertos o la idea de que hay “pasos” o “niveles” que separan el mundo de los vivos y los muertos.
Las almas de los muertos que iban al Mictlan o inframundo debían atravesar por un camino lleno de desafíos y peligros, dividido en nueve niveles. El Mictlan ("lugar de los muertos") era un sitio oscuro, sin vegetación, ni salida. pic.twitter.com/m11Tyv6MkW
— MuseodelTemploMayor (@MusTemploMayor) November 1, 2021
Algunos de los elementos asociados al Día de Muertos con raíces prehispánicas son las flores de cempasúchil, que hoy como antes de la Conquista siguen representando una guía para los pasos de quienes vuelven del “más allá” hasta los respectivos altares y ofrendas (junto a veladoras e inciensos o copal). Estas ofrendas pueden ser temáticas y en México año con año pueden verse homenajes a algún personaje o elemento popular.
Honramos a Germán Valdés #TinTan con una ofrenda artística y un altar por #DíaDeMuertos Centro Cultural#JuanRuízA pic.twitter.com/2jJ03dsM7c
— Alejandra Sánchez (@alesanchezglez) October 29, 2016
Al igual que en los antiguos tiempos de tlatoanis y pirámides, la celebración del Día de Muertos — a la cual antes de la Conquista se le dedicaban un par de meses— se divide en la atención a menores, a adultos (y hasta a mascotas) y se contemplan algunas condiciones del deceso. Así, hay un día y elementos rituales destinados a quienes murieron sin ser bautizados, reforzando la naturaleza sincrética de esta festividad.
Como ejercicio social, el Día de Muertos en México es toda una experiencia colectiva sostenida por millones de familias trabajadoras a lo largo de los años. Asimismo ha sido retomado desde el Gobierno, que despliega actividades a todo nivel promoviendo una imagen de preservación de las expresiones culturales de nuestro país que no sostiene en los hechos. Prueba de ello es el impulso de megaproyectos que, por todo el territorio, atentan contra la existencia de pueblos originarios y espacios considerados sagrados por la cosmovisión de culturas como la otomí, que enfrenta la devastación de su bosque sagrado en la zona centro sur del país o como la tribu yaqui, que enfrenta políticas de exterminio al norte de México.
Las almas de los difuntos vienen a las ofrendas cabalgando en las alas de la mariposa monarca, según concepciones de algunos pueblos de los alrededores de Pátzcuaro.#DiaDeMuertos 💀 pic.twitter.com/8D87pEtqEI
— Carlos Arciga. 💀 (@Psicoexplorador) October 31, 2021
A través de carnavales, desfiles, ofrendas comunitarias y otros ejercicios nuestra clase pone en juego una fuerza creadora que constituye, más allá de cualquier nombramiento formal por parte de la UNESCO, el verdadero patrimonio inmaterial, no de “la humanidad” en abstracto, sino de una porción mayoritaria de ella. Las “calaveritas literarias” y “La Catrina” son un ejemplo de cómo la tradición del Día de Muertos se ha nutrido a lo largo de los años de distintos elementos no ya impuestos por ninguna autoridad, sino abrazados de manera colectiva por la función que desempeñan. Cabe destacar que tanto las calaveras como “La Catrina” tienen su origen en una visión crítica del gobierno, del clero y de la desigualdad social y la búsqueda por expresarla de una manera popular y jocosa.
La demanda de Ni Una Menos ha retomado esta festividad y desde 2016 una “Marcha de Catrinas” recorre las calles de la capital denunciando la impunidad y el subregistro de feminicidios.
Así se vivió la Marcha de las Catrinas en la CDMX, en la cual se exigió justicia por las mujeres y niñas asesinadas.
Fotos: Laura Lovera pic.twitter.com/KXgSFcWHA1
— El Sol de México (@elsolde_mexico) November 2, 2021
La crisis sanitaria no sólo alteró las ceremonias funerarias religiosas y civiles, sino que el Día de Muertos del 2020 transcurrió en medio del cierre de panteones y la suspensión de actividades. Este año el semáforo verde cambió las cosas y tan solo en la Ciudad de México la Secretaría de Turismo estima que más de 3 millones de personas participaron en distintas actividades con motivo del Día de Muertos.
Desde el año pasado los muertos por Covid fueron un tema recurrente de las ofrendas y altares. Con más de 301 mil defunciones estimadas de manera oficial, México es el cuarto país del mundo con más muertes por la pandemia, sólo detrás de Estados Unidos, Brasil e India.
A casi dos años del asesinato del ambientalista Homero Gómez, este año destacaron en redes sociales los homenajes que se le rindieron por medio de una ofrenda y un disfraz que en pocas horas reunió más de 20 mil compartidas.
Esta amalgama de elementos hace que esta celebración no sea exclusivamente de culto a la muerte, sino también de lo que Eduardo Matos Moctezuma define como el “culto a la vida a través de la muerte”.