La presidenta Dilma Rousseff en el Diario Oficial del 30/12 anunció el nuevo valor del salario mínimo de R$880. Un aumento de 11,6 %. Este valor es superior al calculado por la inflación oficial que sería del 10,97 % y mayor al previsto en la Ley de Directrices Presupuestarias, donde se calculaba por un valor de R$ 871.
Jueves 31 de diciembre de 2015
Este aumento de nueve reales está siendo festejado por los simpatizantes del PT en las redes sociales como una señal a izquierda del gobierno. En la búsqueda de argumentos para defender a “su gobierno” este valor “por encima del previsto en la ley”, que no alcanza el precio de dos paquetes de 1kg de feijao en varias capitales, ilustra dos movimientos: la búsqueda por recomponer un discurso y fortalecer una base de apoyo, ofreciendo con una mano algo para luego sacar el doble.
El movimiento de Dilma se da en medio de un fortalecimiento relativo del gobierno, en función de las victorias tácticas obtenidas en relación al proceso de impeachment y las muestras de debilidad de los actos organizados por la derecha, menores a los actos de apoyo al gobierno convocados durante el mes de diciembre. El año que viene el PT enfrentará duras peleas en las elecciones municipales y este gesto será usado como un argumento electoral.
Sin embargo, el aumento anunciado no alcanza para ocultar el duro ataque al salario, el empleo y el consumo de los trabajadores, implementado por Dilma y los diferentes gobiernos estaduales con el apoyo de los empresarios. Un plan pensado para garantizar que la crisis sea pagada por los trabajadores y para aumentar la tasa de ganancia a costa de los trabajadores.
Esta medida viene acompañada del anuncio del nuevo Ministro de Hacienda, Barbosa, que implementará una reforma al Sistema de Seguridad Social, modificando la edad jubilatoria. Esta medida supone que los trabajadores deberán permanecer más tiempo en el mercado de trabajo antes de jubilarse, presionando sobre el desempleo y los salarios a la baja. El aumento del salario mínimo, en medio del aumento inflacionario y el crecimiento del desempleo, no garantiza que los ingresos de los trabajadores acompañen este aumento. Por el contrario, diversos estudios han demostrado cómo los ingresos de los trabajadores vienen cayendo en el contexto de la crisis.
Los recortes en salud y educación que están siendo implementados tanto por Dilma como por los gobiernos estaduales ilustran que a pesar de este aumento del salario mínimo, el plan de medidas económicas en curso sigue generando un fuerte aumento del desempleo, eliminación de derechos laborales y pérdidas salariales para garantizar las ganancias empresariales.