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Red Internacional
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Actualidad. Diputados del PRO, PJ, FpV y Frente Renovador presentan proyecto contra el derecho al aborto

Ingresó este martes al Congreso, con el aval de sólo 15 diputados. Se opone al que fue presentado por la mañana por séptima vez, con el aval de más de 71 diputadas y diputados de todos los bloques, para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo.

Florencia Sciutti

Florencia Sciutti @FlorSciutti

Miércoles 7 de marzo de 2018 14:50

Fotografía: Juan Brügge, diputado por Córdoba que integra el bloque Justicialista, y encabeza el proyecto.

El pasado martes se realizó la séptima presentación del proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, con la mayor cantidad conseguida en toda su historia.

El mismo día, diputados de diversas provincias y bloques (PRO, PJ y FR) presentaron un contraproyecto contra la despenalización de esta práctica. El documento con argumentos característicos de quienes dicen "defender la vida" destila, de principio a fin, un desprecio enorme hacia las mujeres.

Según figura en el texto ésta es la cuarta vez que se presenta. Sin embargo, un dato relevante es que la presentación realizada este martes es la que ha conseguido menos firmas en su historia: 2010, 30 firmas; 2012, 35 firmas; 2014; 19 firmas y 2018, 15 firmas.

El proyecto es patrocinado por la Red Federal de Familias y encabezado por el cordobés Juan Brügge, un demócrata cristiano que integra el bloque Justicialista. Y quienes lo han respaldado, hasta el momento, son Silvina Frana (FpV, Santa Fe), Lucila Lehmann (Coalición Cívica, Santa Fe), Graciela Caselles (Bloquista, San Juan), Beatriz Avila (Justicia Social, Tucumán.), Vanesa Massetani (Frente Renovador, Santa Fe), José Orellana (Primero Tucumán), Karina Molina (PRO, La Rioja).

También Stella Maris Huczak (PRO, Mendoza), Davis Schlereth (PRO, Neuquén), Carlos Roma (PRO, Tierra del Fuego), Javier Pretto (PRO, Córdoba), Jorge Enríquez (PRO, Capital Federal), Graciela Navarro (Frente Cívico, Santiago del Estero) y Gustavo Bevilacqua (Frente Renovador, Buenos Aires).

El rechazo al proyecto no tardó en llegar, así lo expresó Nathalia Gonzalez Seligra, diputada nacional PTS/FIT, vía Twitter:

Dogmas y creencias como fundamentos para una ley

Con una maniobra argumentativa, el proyecto empieza con un artículo en el que se plantea que se denominará “niño por nacer” desde el momento de la fecundación del óvulo. Para luego sustentar, con el respeto a los Derechos del Niño, que entonces éstos corresponden ser atribuidos al cigoto y el embrión.

Pero el concepto de “niño por nacer”, carece de toda fundamentación científica y jurídica. Es una designación que la Iglesia Católica adoptó durante el papado de Karol Wojtyla quien, a su vez, pidió a todos los gobiernos que adoptaran la celebración de un día por los derechos del “niño por nacer” en los calendarios oficiales. Así lo hizo, en Argentina, el entonces presidente Carlos Menem. El 25 de marzo, un día después del aniversario del golpe genocida –en la que se torturaron y asesinaron mujeres embarazadas y se robaron bebés, muchos de los cuales no recobraron aún su identidad- quedó establecido como el día del niño por nacer, algo que no se eliminó ni durante el gobierno posterior de la Alianza, ni por los sucesivos gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

El proyecto, señala, más adelante, que la vida del “niño por nacer” no puede quedar a merced de persona alguna; sin mencionar, el obvio detalle de que la vida de un embrión sí está sujeta a la existencia de una mujer que lo porta en su útero. Sin esto, sería imposible el desarrollo del óvulo fecundado, del cigoto y del embrión hasta convertirse en un feto que pueda adquirir la capacidad de sobrevivir extrauterinamente.

No es ningún descubrimiento. Si no fuera por esta razón, no habría tanta discusión sobre el tema del aborto. Las mujeres podrían dejar que los embriones se desarrollaran fuera de su útero, cuando no quisieran o pudieran tener un hijo. Pero eso no es posible, por eso estamos –aún en pleno siglo XXI- debatiendo sobre el elemental derecho democrático de las mujeres a decidir sobre su capacidad de gestar. Algo a lo que el Vaticano y otros reaccionarios de los más diversos colores políticos aún creen que deben obligar, mediante sermones y leyes.