A pocos días del inicio de las campañas electorales, tensiones surgen en la alianza oficialista por el respaldo a candidaturas independientes. Mientras algunos partidos ven en ellas una oportunidad, otros exigen cumplir los pactos firmados. La disputa amenaza la unidad del bloque de cara a las elecciones de octubre.
Lunes 19 de agosto
En medio de la recta final hacia las elecciones de octubre, la alianza de gobierno enfrenta un desafío interno significativo. A menos de diez días del inicio oficial de la campaña, el respaldo a candidaturas independientes por parte de algunas colectividades ha generado tensiones y críticas dentro del bloque oficialista.
Desde el Partido Comunista (PC), el Partido Liberal y Acción Humanista han mostrado disposición para apoyar a candidatos independientes, en lugar de respaldar a los postulantes oficiales de la coalición. Lautaro Carmona, presidente del PC, fue uno de los primeros en expresar esta postura, sugiriendo que en algunos casos, candidatos fuera del pacto podrían tener mejores posibilidades de derrotar a la derecha. Ejemplificó esta idea con la candidatura de Mauro Tamayo en Cerro Navia, donde consideró que apoyar a Tamayo, a pesar de no ser el candidato oficial, sería la mejor opción para asegurar la victoria.
Esta visión no es exclusiva del PC. El presidente del Partido Liberal, Juan Carlos Urzúa, también argumentó que, dada la realidad de las negociaciones y la aparición de candidaturas paralelas, es necesario evaluar cuál es el candidato que mejor representa al progresismo, incluso si eso implica respaldar a un independiente. El caso de René Saffirio, un independiente que cuenta con el apoyo de los liberales para la Gobernación Regional de La Araucanía, es un ejemplo concreto de esta estrategia.
En Acción Humanista, aunque oficialmente apoyan a los candidatos del pacto, algunos miembros respaldan la candidatura independiente de Matías Toledo en Puente Alto, reconociendo la alta probabilidad de que Toledo supere al candidato oficialista. Sin embargo, Toledo ha señalado que este apoyo llega demasiado tarde, y que su campaña ya está encaminada sin necesidad de un respaldo institucional tardío.
Esta postura ha generado reacciones críticas desde otros sectores de la alianza. La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, insistió en la importancia de respetar los acuerdos alcanzados durante las negociaciones del pacto municipal, destacando que el compromiso y la palabra empeñada son fundamentales tanto en política como en la vida. Por su parte, el presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos, expresó que reconsiderar las candidaturas pactadas es irresponsable y mina la seriedad de las decisiones tomadas.
El líder de la Democracia Cristiana, Alberto Undurraga, fue aún más contundente, calificando como "inaceptables" las declaraciones de Carmona. Undurraga subrayó que los pactos se firman para cumplirse, y no para buscar excusas que permitan apoyar a candidatos fuera del acuerdo.
El oficialismo y en particular el gobierno de Boric tomó la decisión de transformarse en una Concertación 3.0 y las disputas por la hegemonía del proyecto se reflejan en estas opiniones que pueden terminar transformándose en una decisión. Las negociaciones de los cargos municipales y otros, es una cocina donde los partidos juegan sus cartas y donde hay ganadores y perdedores. El giro a la derecha del gobierno fortaleció las opciones del socialismo democrático que buscó consolidar ese peso en la negociación, pero que ahora es cuestionada, parcialmente por el PC o los grupos humanistas.
Mientras los partidos tradicionales juegan sus cartas para mostrarse como viables frente a los empresarios y los conglomerados transnacionales como funcionales administradores del modelo, la clase trabajadora y los sectores populares no tienen alternativas que pongan por delante las necesidades y demandas estructurales que afectan a las grandes mayorias.
Por eso desde el PTR decidimos levantar candidaturas en las comunas de Arica y Antofagasta, para que pueda existir una alternativa desde la clase trabajadora, independiente del gobierno y que representa una izquierda de verdad, que se plante a las diversas variantes empresariales, poniendo por delante demandas como salud, educación, trabajo y vivienda y cuestionando este Chile al servicio de los grandes empresarios.