A nivel nacional las y los docentes se vistieron de negro para asistir a sus clases presenciales, como forma de protesta ante el mantenimiento de las clases presenciales que no resguardan la salud del personal docente ni trabajador. Aseguran que también fue una forma de solidarizarse con docentes que han fallecido por el coronavirus.
Martes 11 de mayo de 2021
La escuela Fray José Antonio de Liendo y Goicoechea, ubicada en Paraíso, el Liceo de Paraíso y la escuela Jorge Washington en San Ramón de Alajuela, fueron algunos de los centros educativos que se sumaron a la protesta de este viernes 7 de mayo. La protesta consistió en asistir a las clases presenciales con alguna vestimenta color negro.
“¿Cuantos funcionarios más deben morir para ser escuchados?”.
La protesta, acompañada de esa interrogante planteada, forman parte de la manera mediante la cual el sector docente y trabajador de centros educativos ha expresado su disconformidad a que se mantenga la presencialidad de las clases tal cual la impone el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Gobierno, la cual consiste en poner en riesgo las condiciones de salud, tanto del personal docente y administrativo de los centros educativos, como del sector estudiantil y, por ende, de las familias.
Hay que recordar que los centros educativos pueden ser focos de contagio, y que, tal como menciona el biólogo matemático Tomás de Camino Beck, la presencialidad del curso lectivo es uno de los factores que provocaron la aceleración de contagios, producto del impacto de la movilidad hacia el centro educativo, por lo que estos deben considerarse como posibles focos de la nueva ola que se está atravesando actualmente. “Hay un aumento de movilidad asociado a la actividad escolar y eso es importante, y eso fue lo que el año pasado se notó cuando se dio el cierre de escuelas y colegios, una caída del 80% de la movilidad del país. ¿Qué indica eso? Que mucha de la movilidad sí está asociada a la actividad escolar”, señaló Beck.
Algunos docentes de San Ramón comentaron a La Izquierda Diario qué buscaban mediante esta protesta simbólica y también sobre qué le piden al Ministerio de Educación Pública y al gobierno de Carlos Alvarado.
Reiner Zamora, docente de Educación Física comentó al respecto del contexto que se está viviendo, que se siente “preocupado y agobiado de las consecuencias que esto está trayendo al país y que cada vez la gente menos caso hace a la enfermedad por el mal manejo que se le ha dado. Por esto pido al MEP y al gobierno, que tome decisiones por el bien del país y de la ciudadanía y dejar la politiquería de lado para beneficiar a otros sectores. Nos debemos al pueblo y nada más. Por último, no hice protesta porque pienso que al gobierno ni al MEP eso le interesa, cuando pensemos humanamente las cosas van a cambiar. Gracias por tomarme en cuenta, esto es un poco de lo mucho que puedo decir sobre este tema tan preocupante”.
Te puede interesar: Educación bimodal y ausencia de vacunas, así trabaja el sector docente en pandemia
Te puede interesar: Educación bimodal y ausencia de vacunas, así trabaja el sector docente en pandemia
Asimismo, Carmen Ruíz, docente de grado nos dijo “Siento mucho miedo, le pido al MEP suspender clases presenciales y que se retomen en forma virtual. Así como están de preocupados por la gente en las calles, deberían de estarlo con los docentes. Los niños, puede que no se contagien tanto, o no contagien a los docentes, pero nosotros sí nos contagiamos y tenemos mucho miedo. Pedimos una explicación, sobre el por qué nos tratan de esta forma en esta etapa de la pandemia. Somos personas, y tenemos familia.”
Pedro Murillo, docente de Educación religiosa comentó: “el viernes 7 de mayo, la mayoría de los docentes del país nos identificamos vestidos de negro en solidaridad con aquellos docentes que ya han fallecito a raíz del Covid-19; por esto pedimos al gobierno y al MEP que tome cartas en el asunto, que nos preste atención de la necesidad de no exponernos más como docentes y personas primero que todo, y también a los estudiantes y sus familias que pueden verse afectados por esta enfermedad, es necesario retomar medidas como la virtualidad o bien trabajar desde los centros de estudios, pero evitando el traslado innecesario de estudiantes, buscando así aplacar el aumento de casos que debe responsabilidad a la vuelta de clases”.
Otros docentes de esta misma institución comentaron haberse unido a la causa como un símbolo de solidaridad y también para reflejar el temor que sienten por sus propias vidas y las de sus seres queridos; sumándose además a la llamada de atención hacia el MEP de no ser cómplice de más muertes y contagios de docentes por la poca responsabilidad ante este asunto.
Por su parte, Asunción Vargas, docente en la modalidad de Centro Integrado de Educación de Adultos (CINDEA), comentó a La Izquierda Diario que “como docente del MEP expreso la total oposición y descontento con las medidas del Ministerio de Educación Pública desde que se impuso un regreso a las aulas en febrero del presente año, esto se evidencia más claramente en las últimas semanas pues hemos experimentado una situación crítica en las instituciones en donde no se les ha brindado a los centros educativos las herramientas mínimas para volver con seguridad a la presencialidad partiendo de los protocolos más simples como el uso de alcohol en gel, en su lugar se nos ha expuesto a cuidarnos cada uno y una con nuestros propios medios, incluyendo al estudiantado, esto impone un régimen de "sálvese quién pueda" o en este caso quien tenga los medios económicos para protegerse de una manera adecuada. A esto se le suman las obligaciones extra que devienen con una jornada virtual y presencial que aumenta la carga laboral doblemente además de una carga emocional pesada pues todas las semanas nos llegan notificaciones de estudiantes y personal docente y administrativo contagiados o en cuarentena por contacto. Por lo que el sentir de desamparo e irrespeto por nuestra labor es generalizado”.
Te puede interesar: Cómo ha sido el manejo político de la pandemia en Costa Rica?
Te puede interesar: Cómo ha sido el manejo político de la pandemia en Costa Rica?
Desde el viernes 7 de mayo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hizo una petición a la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) para que declare alerta roja en el país por la saturación de los centros de salud, pues hay una ocupación de las camas UCI del 121%. Sin embargo, ni este llamado de alerta que proviene de la Caja, ni el llamado de los múltiples sindicatos del sector salud y educación a suspender temporalmente la presencialidad, ni mucho menos las muertes y los numerosos contagios en docentes, estudiantes y personal administrativo, han hecho que el MEP cambie de opinión. En su lugar, se han dedicado a publicar en sus redes, una serie de imágenes en las cuales exponen sus argumentos para mantener la presencialidad.
Esta situación que vive el sector educativo, plantea la pregunta sobre qué hacer con respecto a la educación y las condiciones de trabajo. Es claro que debe existir un rechazo al tipo de educación y la presencialidad que está imponiendo el MEP y el Gobierno, puesto que implica condiciones de trabajo para el sector docente que ponen en riesgo su salud. En este sentido, las relaciones capitalistas, a las cuales se adhiere el MEP, funcionan como un vector para que se siga propagando el virus, siendo la clase trabajadora la que paga las consecuencias de una lógica capitalista que no vela por su salud ni su seguridad. Sin embargo, es insuficiente plantear como única salida la suspensión total de la presencialidad.
Por eso es necesario plantear una política diferente: un tipo de educación que sea asumida desde otro ángulo, que contemple condiciones de estudio, de trabajo y de vida, dignas. Este ángulo solo puede ser llevado adelante en la medida en que exista auto organización del sector docente y trabajador de escuelas y colegios, en donde sean ellos y ellas quienes decidan el tipo de presencialidad, de acuerdo a las necesidades de su comunidad educativa. Es decir, una presencialidad que sea controlada por docentes y personal trabajador de cada centro educativo, sin imposiciones de instituciones que no están por garantizar ni siquiera protocolos mínimos, y sin poner en riesgos las vidas y la salud de la comunidad educativa. Cada decisión tomada desde la auto organización, debe ser respaldada por los sindicatos de educación.
La auto organización también daría paso a que el sector docente pueda decidir sobre aspectos como la cantidad de estudiantes en sus aulas, para reducir la cantidad de estudiantes. Esto daría pie a que exista contratación masiva de docentes que se encuentran en desempleo. Sabemos que hay escuelas y colegios que requieren personal con urgencia, mientras que, por otro lado, hay docentes esperando contratación, ¡desde el 2017! La auto organización permitiría acabar con las medidas burocráticas del MEP, y garantizar condiciones de estudio, de trabajo y de salud dignas.
Por otro lado, también es necesario que sectores docentes y estudiantiles luchen por garantizar el acceso a la conectividad como un derecho, exigiendo que la Asamblea Legislativa garantice el internet como un derecho universal, lo que implica internet público y gratuito en todo el país, de la mano con computadoras garantizadas por el Estado.
Estas son medidas elementales que nos llevarían a garantizar el acceso a la educación pública y gratuita durante la pandemia. Pero también son medidas necesarias frente a la crisis económica que vienen enfrentando estudiantes de familias trabajadoras, así como el sector docente que muchas veces debe trabajar con pocas lecciones, lo que implica un salario insuficiente. Es necesario que estas exigencias las levante la organización de docentes y personas trabajadoras de la educación, y que sean impulsadas por los sindicatos, apoyando también la exigencia por la liberación de las patentes y por garantizar una pronta vacunación a toda la población.
Qué pasa en el sector estudiantil
Por otra parte, el pasado 19 de abril, sectores estudiantiles de secundaria, vinculados al Movimiento Estudiantil de Secundaria convocaron a una “Gran marcha estudiantil” rumbo al Ministerio de Eduación. Esta marcha tuvo el objetivo de exigir la eliminación de las pruebas Faro, dada la poca o nula preparación, producto del contexto nacional; además de denunciar las brechas de accesibilidad digital para el modelo virtual de lecciones.
Luego de esta marcha, el 7 de mayo el Ministerio de Educación Pública y el Consejo Superior de Educación anunciaron la suspensión de la aplicación de las pruebas Faro. Esta decisión fue tomada debido al aumento de contagios de coronavirus.
La marcha estudiantil fue pilar importante para la decisión del MEP, demostrando la fuerza que tiene el sector estudiantil para incidir en la toma política de decisiones. No es la primera vez que la movilización estudiantil de secundaria obtiene una victoria, pues en el 2019, la rebelión de estudiantes de secundaria logró la renuncia del Ministro de Educación.
El accionar del sector estudiantil, así como la protesta del sector docente y trabajador de centros educativos, muestran la salida: confiar en la auto organización, en nuestras propias fuerzas y métodos de lucha, para obtener condiciones de estudio, de trabajo y de vida, que sean dignas.