Con la visita del presidente estadounidense a París con motivo de la reapertura de Notre-Dame, que sufrió un incendio espectacular en 2019, Macron espera contener la crisis política del régimen francés y, al mismo tiempo, ganarse el favor del imperialismo estadounidense.
Lunes 9 de diciembre 05:33
La primera visita oficial de Donald Trump al extranjero ha sido a Francia, tras su victoria electoral hace apenas un mes. El anuncio de su viaje a París se hizo público el martes en sus propias redes sociales Truth Social. «El presidente Emmanuel Macron ha hecho un trabajo notable para garantizar que Notre Dame recupere todo su esplendor, y algo más. ¡Será un día muy especial para todos!». Este golpe diplomático no es en absoluto insignificante, en un momento en que Donald Trump, que oficialmente no tomará posesión de su cargo hasta el 20 de enero, no ha ocultado su deseo de desvincular a su país de Ucrania y, más ampliamente, de recortar la ayuda militar y financiera a los países europeos. Esto es un regalo del cielo para Emmanuel Macron, que busca hacer un espectáculo político, algo que no ocultó durante su discurso televisado, al día siguiente de la histórica censura al gobierno de Barnier y en un momento en que el imperialismo francés continúa declinando en su dominio colonial.
Obligar a los europeos a gestionar ellos mismos el conflicto de Ucrania
La inminente llegada de Trump a Washington implica una serie de recalibraciones geopolíticas. Por un lado, su promesa electoral de poner fin al conflicto ruso-ucraniano en menos de 24 horas ha provocado un recrudecimiento de los enfrentamientos, en los que cada bando trata de llegar a las próximas negociaciones desde una posición de fuerza. Por otro lado, la doctrina «America First» del multimillonario prevé una desvinculación de Estados Unidos del apoyo militar y financiero a Ucrania, para centrarse en el Indo-Pacífico, es decir China, prioridad estratégica de Washington desde la era Obama. Este cambio de rumbo irá en detrimento de los Estados europeos, que poco a poco se verán obligados a prestar ellos mismos apoyo militar y financiero a Ucrania.
Al invitar a Trump a París el sábado, mientras Joe Biden sigue en funciones, Macron busca presentarse como el principal interlocutor europeo del imperialismo norteamericano, sobre todo teniendo en cuenta que esta visita a París marca la primera visita oficial del multimillonario al extranjero desde su elección. Una marca de deferencia en línea con el alineamiento cada vez mayor de Francia con el imperialismo estadounidense.
Operación de seducción entre Trump y Macron
El Presidente francés fue uno de los primeros en felicitar a Donald Trump tras su victoria el 5 de noviembre: «Felicitaciones, Presidente @realDonaldTrump. Listos para trabajar juntos como lo hicimos durante cuatro años. Con sus convicciones y con las mías. Con respeto y ambición. Por más paz y prosperidad.». Esta simpatía por el político que se ha convertido en el icono de la extrema derecha mundial resuena especialmente bien con los últimos movimientos diplomáticos de Macron. Tras visitar a Javier Milei, presidente ultraliberal de extrema derecha argentino, a mediados de noviembre, Emmanuel Macron también se reunió el martes con el monarca absoluto saudí Mohammad bin Salmán, cuyos tribunales han condenado a muerte a 303 personas este año. Para el Elíseo, todos los socios son iguales cuando se trata de defender el imperialismo francés.
La visita de Trump el sábado ha sido también una oportunidad para Macron de intentar dejar atrás la crisis política que atraviesa el régimen francés. Tras la caída del gobierno de Michel Barnier este martes, una crisis política que preocupa a los mercados financieros, y en un momento en el que la situación internacional es cada vez más inestable, Emmanuel Macron tiene todo el interés en ganarse el favor del nuevo jefe del imperialismo norteamericano. No importa que defienda un programa reaccionario y que su victoria haya alegrado a la extrema derecha internacional, desde Le Pen y Meloni hasta Modi, Milei y Netanyahu.
Artículo publicado originalmente en francés en Révolution Permanente.
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