Escribimos con bronca. Escribimos con bronca y con dolor tras el crimen social de Ramona Medina que desnuda la desidia de los gobiernos. En la sucesión de notas que publicamos y que reunimos en el presente dossier denunciamos, desde distintos ángulos, cómo la situación de extrema gravedad que atraviesa a las villas y asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires, era y es evitable.
Miércoles 20 de mayo de 2020 06:49
May Dupin. @may_o_68
Desde Contraimagen y La Izquierda Diario advertimos desde los comienzos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, cómo las alarmantes condiciones de habitabilidad de sectores enormes de la población implicaban una vulnerabilidad superior frente a la posibilidad de cuidarse, con especial atención en el barrio con mayor densidad habitacional como lo es la Villa 31. Resultaba evidente que las consecuencias dramáticas no se iban a hacer esperar en tanto y en cuanto no se tomaran medidas urgentes por parte del Gobierno de la Ciudad y el Nacional. Todo un abanico de medidas posibles fue propuesto desde estas páginas: la utilización de hoteles, de viviendas ociosas para evitar el hacinamiento, los testeos masivos para evitar los contagios, garantizar los servicios básicos como el agua, la necesidad de un salario de emergencia que permitiera postergar la urgencia que empuja a los sectores cuyas vidas están más precarizadas a tener que salir a la calle para encontrar algo que comer, entre algunas de ellas.
Es conocido que un 10,1% de la población de la CABA vive en situación de hacinamiento, concentrada mayormente en las villas y asentamientos. Exactamente el mismo porcentaje es el de viviendas que permanecen ociosas producto de la especulación.
El carácter de urgencia que merecía el tratamiento de esta problemática fue completamente ignorado por ambos gobiernos. En su lugar y mientras circulaban todo tipo de indicaciones e instrucciones alrededor del cuidado, de la importancia de lavarse las manos, las distintas villas de la Ciudad se encontraban sin suministro de agua. Pero ninguna de las tres sesiones de la Legislatura Porteña se convocó para tratar estos temas: se utilizaron para votar “superpoderes” para Larreta, para aumentar los impuestos y para endeudar la Ciudad. El trato amistoso entre Alberto Fernández y Horacio Rodriguez Larreta en Cadena Nacional junto con el silencio cómplice alrededor de la situación desesperante que viven cientos de miles tiene su correlato en la Legislatura: todas estas medidas que distan mucho de lo verdaderamente urgente, fueron aprobadas junto con los votos positivos del Frente de Todos.
Es verdad que el paciente cero es un sistema de salud devastado, privatizado, mercantilizado. Pero el problema de fondo tiene su especificidad en los eufemísticamente llamados “barrios populares”. En las villas el paciente cero es el hacinamiento, es la falta de servicios básicos como el acceso a cloacas y al agua corriente, es la precarización de la vida que no hace sino producir poblaciones con salud deteriorada. El paciente cero es la desigualdad, la profunda injusticia de habitar una Ciudad donde sobran los recursos para ponerle fin a esta situación. Pero pareciera que muchos opinan que sencillamente hay que sentarse a mirar cómo se agrava.
Ante este panorama, desde la Izquierda opinamos que sí hay salida a esta crisis sanitaria y social y no es confiando en los distintos gobiernos que mientras hacen demagogia en los medios y las redes sociales, se disputan las tierras más codiciadas de la Ciudad. Sino confiando en la propia fuerza de los vecinos convocando a la más amplia movilización, respetando todas las medidas de distanciamiento social y sanitarias de protección personal, en coordinación con vecinos y vecinas de las villas y asentamientos de CABA, exigiendo y peleando en los sindicatos y organizaciones de trabajadores y trabajadoras porque tomen estas demandas siendo que viven allí miles de trabajadores como sucede en el caso de los aeronáuticos; coordinando junto a las organizaciones de trabajadores, sociales, estudiantiles, políticas, de derechos humanos y el movimiento de mujeres.
No se puede sino pensar que las vidas de esas poblaciones al gobierno le dan exactamente lo mismo. No es una catástrofe natural la que azota estos barrios ni una tragedia inevitable. Como señaló Myriam Bregman en el Círculo Rojo, hablamos de crimen social cuando las muertes tienen vinculaciones directas con las acciones o inacciones de los gobiernos. Es decir, tienen responsables políticos concretos. Los problemas habitacionales eran preexistentes, el virus solamente los agrava.
Myriam Bregman: lo de la Villa 31 "es un crimen social, no una tragedia"
Más de 1200 casos positivos y 9 muertes por Covid-19 en villas porteñas, ¿quiénes son los responsables? Myriam Bregman dialogó con “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario por Radio Con Vos, sobre las recientes muertes de Ramona y Víctor, dos referentes históricos de la Villa 31.
Villa 31: crónica de un crimen social anunciado
En apenas 20 días, los contagios registrados en la Villa 31 ascendieron a 373 y en total ya son 519 casos en los barrios populares de la CABA.
No alcanza con discursos: ya hay más de 300 personas infectadas en villas porteñas
A pesar de las denuncias constantes de organizaciones territoriales, los ministerios de salud de Ciudad y Nación recién ayer realizaron un escaso "operativo" en la Villa 31. La curva sigue sin aplanarse entre los más pobres y ya son 6 los fallecidos.
Crisis habitacional y pandemia: ¿Qué pasa con los más vulnerables?
La falta de acceso a agua potable, sistemas de cloacas, los niveles de hacinamiento y la limitada oferta de centros de salud gratuitos y de calidad, forman un cuadro peligroso en el que se inscribe la condición habitacional de enormes sectores de la población.