La campaña electoral de Esquerra Republicana y de Junts per Catalunya se enmarca en sus constantes intentos por olvidar el 1O y tratar de dialogar con Sánchez. Algo que el Estado español no quiere. Nace la #Generación14O y una juventud en contra de la vuelta al processisme.
Lunes 4 de noviembre de 2019
Luego del desafío del 1O, JxCat y más aún Esquerra han tratado de volver a un imposible estado anterior de las cosas. El poder del Estado español lo reconoce día tras día. No pueden soportar que alguien les cuestiones, incluso aunque lo haga con “sonrisas”. Y, por ello llevamos más de dos años de represión judicial y policial del Estado español contra el pueblo catalán. Y, esto es algo que ninguna opción mínimamente democrática puede ignorar.
Lamentablemente, tanto la lucha por el 1O como la lucha contra la represión son sistemáticamente soslayada por los dos principales partidos políticos catalanistas. Es obvio, que a nivel discursivo algo expresan, pero no pasa de allí. No hemos podido ver a los principales dirigentes de sus partidos en las calles, tampoco han denunciado la violenta represión policial en las manifestaciones contra la sentencia infame del procés.
Por el contrario, estos partidos desde el Govern catalán controlan los Mossos d’Esquadra que reprimen a la juventud del 14O. Han provocado centenares de heridos, manifestantes que han perdido un ojo, decenas de presos, etc., en un violento operativo conjunto con la Policía Nacional y planificado desde la Conselleria d’Interior catalán y el Ministerio del Interior español.
¿Es posible hacer una campaña electoral sin mencionar el “pequeño detalle” de la represión? Sí, es posible. Gabriel Rufián en los días en que la juventud resistía en la calle, condenaba la violencia en general, mientras su Govern reprimía con el Gobierno español. Así se podía leer en su twitter "Que tras protagonizar un día más las manifestaciones más hermosas, multitudinarias y cívicas de la historia de la sociedad catalana tenga que ver una noche más cómo se lo cargan los 300 salvajes de siempre es injusto, frustrante y soez. Lo repetimos: no nos representan". Fue acusado de “traidor” en una manifestación por cientos de jóvenes.
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Ahora pretende rectificar su imagen hacia la juventud. Trata de mostrar su cara más amable apoyando la acampada de los jóvenes universitarios, en la que participa activamente la juventud de ERC junto a otros colectivos universitarios. Una acampada que como decíamos se autoproclama de la juventud del 14O pero no condena la represión policial del tándem Govern/Gobierno central. La campaña de Esquerra Republicana quiere pasar de pies juntillas por el “trago amargo” de la semana en que la juventud desbordó al processisme.
En el mismo sentido va la campaña electoral de Junts per Catalunya. O se está en las calles luchando contra la represión del Estado español, o, como hacen Torra y Buch (apoyados por Puigdemont) se está con el mismo Estado que puso más de 100 años a los presos políticos catalanes. Y, eso ha sido muy claro: el govern de Torra adoptó una posición genuflexa ante Grande-Marlaska y Pedro Sánchez.
El vídeo de campaña con el que se presenta Laura Borràs al Congreso de los Diputados es otro ejemplo de contradicción flagrante. Se escucha la voz de Carles Puigdemont diciendo que se necesita un “voto de independencia”. Sin embargo, ha sido el propio Puigdemont quien tan solo declaró simbólicamente la república catalana y que hizo lo imposible para evitar que el pueblo catalán salga a las calles a defender la voluntad del 1O y oponerse a la represión del Rey y el chantaje de las empresas que se iban de Catalunya.
Pero eso mismo pasa ahora. Con la sentencia no solo no hubo una respuesta unitaria y combativa por ambas formaciones mayoritarias. Todo lo contrario. Incluso, esa Assemblea de Carrecs Electes se convocó muchos días después de haberse publicado la sentencia, muchos días después de que los jóvenes decidieron no esperar a “estos dirigentes”. Pero incluso esa respuesta fue tan solo una declaración y con muchísimos límites políticos.
En fin, la campaña política de Esquerra Republicana y la de Junts per Catalunya es de “oposición a su majestad”. Están haciendo una campaña política para este 10N digna del processisme. Quieren volver a los años en los que decían que hacían estructuras de estado, pero iban de farol. Quieren volver a los años de Jordi Pujol, de su capitalismo de “amiguetes” con el cual financiaban a muchas empresas que se beneficiaban del saqueo del presupuesto político.
La estrategia procesista ha sido desbordada por un sector de la juventud en esa semana caliente del octubre catalán. Ese es el camino, para salir del callejón sin salida al que nos llevan JxCat y ERC y nos han llevado en octubre de 2017. Y, por eso la campaña de la Corriente de Trabajadores y Trabajadoras Revolucionarios es de apoyo a la lucha del pueblo catalán, llamando a un voto crítico a la CUP en Catalunya y un voto nulo en el resto del Estado.
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Defender el derecho democrático del pueblo catalán a decidir su futuro, a autodeterminarse, contra el Régimen opresivo del 78, es defender los derechos democráticos de los trabajadores y todos los pueblo. La sentencia del Supremo dice que el 20S y el 1O han sido sediciones violentas. De ésta manera cualquier manifestación pacífica podrá ser tratada así. Como ahora está pasando con las preses del 23S y los de octubre. El Régimen nos muestra sus dientes.
Porque, al fin y al cabo, para que los trabajadores y los pueblos puedan avanzar en resolver los problemas democráticos y sociales hay que apoyar al pueblo catalán hasta torcerle el brazo al Régimen del 78 y derrotarle.