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Red Internacional
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Al borde de la ruptura. Ebrard busca impugnar el proceso de selección del Morena para las elecciones de 2024

Luego de interponer la impugnación el domingo 10 de septiembre, este lunes declaró que depende de la resolución su permanencia en el Morena.

Lunes 11 de septiembre de 2023

El recurso lo presentó ante la Comisión de Honestidad y Justica del Morena, y en conferencia de prensa este lunes 11 de septiembre declaró “El de la voz considera que si esas diferentes circunstancias que se dieron en el proceso se quedan igual, pues yo ya no tendría interés de estar en Morena”.

Ebrard conminó a la dirección del Morena, liderada por Mario Delgado, a estudiar las objeciones presentadas al proceso de la encuesta que dio el triunfo a Claudia Sheinbaum como “Coordinadora Nacional de los comités de la Cuarta Transformación”, el eufemismo para evitar sanciones legales por declarar candidata a la presidencia para los comicios de 2024.

Denunció la implementación de “estrategias corruptas” como el uso de la intervención de gobernadores y alcaldes, y el uso de planes sociales para ganar la intención de voto que se reflejó en la encuesta del partido de gobierno.

Señaló que entre las incidencias identificadas se cuenta que desde la Comisión de Encuestas de Morena se hizo campaña a favor de la ex jefa de gobierno de Ciudad de México y el uso de recursos de la Secretaría del Bienestar para su campaña.

“Va a depender la respuesta que tengamos de Morena el curso de acción que vamos a seguir”, sostuvo, en un avance hacia la ruptura con el partido de López Obrador.

El ex canciller exige la reposición del proceso de selección interna del partido guinda, aunque Sheinbaum ya recibió la constancia que la acredita como triunfadora.

Desde el 6 de septiembre pasado, cuando el Morena dio a conocer los datos de la encuesta, Ebrard demandó la reposición del proceso, debido a que las incidencias halladas por su equipo ponían en cuestión la integridad del estudio.

Su camino hacia la ruptura con el partido guinda parece estar en un punto de no retorno. “Entiendo que esa fue su posición… nosotros ya no estuvimos en el conteo... En términos del partido, en este proceso a nosotros nos sacaron, nos dejó fuera la policía”, afirmó en la noche de esa misma jornada, en entrevista con la periodista Azucena Uresti.

De acuerdo con el sociólogo y economista Jorge Zepeda Patterson, el ex canciller consideraría que el presidente está en deuda con él, porque en 2012 ambos habían competido por la candidatura del PRD, obtuvieron resultados similares pero Ebrard en esa oportunidad dio un paso al costado.

Sin embargo, durante el último año las encuestas de intención de voto expresaban una preferencia por Claudia Sheinbaum, quien sería la continuadora de la presidencia de López Obrador.

El tablero político ante la postura de Ebrard

De concretar la ruptura, a pesar de los llamados de distintas figuras del Morena a la unidad, Ebrard tiene un importante capital político: como ex secretario de Relaciones Exteriores condujo la relación con el imperialismo estadounidense y representó al gobierno mexicano en distintas cumbres, es bien visto por las trasnacionales y por sectores de clase media.

Su constitución como un actor político por fuera del Morena abre el juego en la escena política nacional como un poderoso oponente ante el Frente Amplio por México -integrado por el PRI, el PAN y el PRD-. Su ruptura es un punto de crisis para el partido de gobierno, pero no compromete las posibilidades de alzarse de nuevo con el triunfo en los comicios presidenciales de 2024.

¿Estamos asistiendo a una reconfiguración del régimen de partidos? Puede ser, aunque no está dicha la última palabra. Lo cierto es que los partidos patronales tradicionales -aún con la campaña anticomunista y la ofensiva antiderechos con la excusa de los libros de texto gratuitos- nunca se recuperaron de la crisis abierta con la masacre de Iguala y la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Movimiento Ciudadano, que tiene las gubernaturas de Jalisco y Nuevo León, atiende su propio juego y -atravesando una crisis interna- no quiere quemar sus figuras con el PRI, el PAN y el PRD. Una posibilidad es que Ebrard confluya con este partido, que aún no dio a conocer su candidato presidencial, pero no es seguro.

Lo cierto es que aun con las ilusiones que genera el gobierno de López Obrador los problemas fundamentales de México -la violencia, la militarización, los feminicidios, la precarización laboral y la subordinación a las órdenes del imperialismo estadounidense- no se han resuelto y ninguna de las fuerzas políticas que se perfilas hacia 2024 las va a resolver.