Se confirmó que Joe Biden será el próximo presidente de EEUU, aunque Trump no quiere soltar el poder del imperio. Las repercusiones para el país: llega una nueva misión del FMI y vuelve el debate del ajuste fiscal.
Jesica Calcagno @Jesi_mc
Domingo 8 de noviembre de 2020 11:38
LOS DUEÑOS DEL PAÍS, SUS PLANES Y SUS MIEDOS | Editorial - YouTube
Todo lo que sucede en EEUU tiene repercusión mundial y estos días vertiginosos y de incertidumbre mostraron otra vez su decadencia. Un sistema electoral donde no decide el voto popular para elegir presidente, un lento recuento y estados donde les pintó parar el escrutinio, votos por correo que directamente se perdieron, la posibilidad de que intervenga la Corte Suprema, un presidente que no reconoce el resultado
I WON THIS ELECTION, BY A LOT!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 7, 2020
Nada de todo esto parecer ser un modelo de la supuesta democracia más antigua del mundo. Fue una disputa mucho más pareja de lo que se esperaba. Biden ganó , pero no arrasó como se esperaba y Trump no se hundió.
Algunos, como Mario Wainfeld, le ponen entusiasmo a la noticia. Aunque reconoce que Biden “no ofrece motivos para enamorarse”, sentencia que es “lo mejor dentro de lo disponible”. Por estos días se leyó mucho sobre el clásico posibilismo, que suele estar asociado a despreciar los cambios profundos cuando hay movimientos masivos en las calles como Black Lives Matter. El grado cero de las aspiraciones. Los demócratas no sólo tienen una historia encima de racismo y guerrerismo. Joe Biden fue una pieza clave, como senador y luego como vicepresidente, para el millonario salvataje a los grandes bancos en la crisis del 2008. Por eso festeja Wall Street. En Ideas de Izquierda, Esteban Mercatante profundiza en el análisis sobre a dónde va el imperio norteamericano con Biden.
Un elemento central, ausente en la mayoría de los análisis, es lo que ocurre por abajo. En un artículo de Foreign Affaris dan algunas pistas interesantes. Para afirmar que el “trumpismo” no empieza ni termina con Trump, dan cuenta de la cruda realidad norteamericana: es la desigualdad económica la fuente de volatilidad cultural y política en el país. Los salarios promedio están estancados hace 40 años, especialmente para quienes tienen menos acceso a la educación, ya que ingresar a la universidad es muy costoso.
Hay estudios que muestran que entre 1973-2007 la afiliación a sindicatos del sector privado en EEUU cayó del 34% al 8%, acompañado de un crecimiento de más del 40% en la desigualdad en los salarios por hora.
EEUU vivió este año una de las oleadas de movilizaciones más importantes de su historia contra el racismo y la violencia policial. Tampoco hay que olvidar el “fenómeno Sanders” que persiste: sobre todo en la juventud viene creciendo la simpatía por ideas socialistas, que tuvo expresión política -distorsionada como suele ser en el terreno electoral- en el aumento de parlamentarios del sector progresista del Partido Demócrata, con figuras como Alexandria Ocasio Cortez. Ha ganado una “coalición antiTrump”, pero como sabemos las coaliciones cuando llegan al gobierno no podrán contener todas las expectativas de quienes lo votaron. Este fenómeno político seguramente sea fuente de nuevos conflictos y contradicciones.
Nueva misión del FMI y tres especulaciones
EEUU es el accionista mayoritario del FMI, para Argentina no es un dato más quién lidere los intereses del imperio. En los medios de comunicación hay tres especulaciones revoloteando.
La primera tiene que ver con la misión del FMI que llega este martes y el ajuste fiscal. A comienzos de la semana,Carlos Pagni filtró algunas conversaciones entre Martín Guzmán y los dueños de la AEA, donde el ministro habría reconocido que esperan bajar más el déficit fiscal. En criollo: que el Estado debería gastar menos, o sea recortar por algún lado como ya decidió hacer para el 2021, eliminando el IFE. ¿Será con menos subsidios a la energía? ¿Un nuevo ajuste a los jubilados?
En Clarín, Marcelo Bonelli afirma quela misión del FMI va exigir un duro ajuste fiscal, pasar de un déficit de 4,5% que prevé el gobierno a sólo un 3% y que ese adicional implicaría un recorte de 4.200 millones de dólares. A diferencia de Pagni, Bonelli tiene la versión de que “el ministro aclaró – internamente- que no aceptará la pauta del 3%” y mantiene el 4,5% para el próximo año. Mario Wainfeld sostiene que “el presupuesto 2021 no se toca”.
Marcelo Colombres en Tiempo Argentino, afirma que “fue el propio oficialismo el que puso sobre la mesa de discusión el cambio de la meta ya anunciada”, en alusión al déficit fiscal. También deja planteada su preocupación por la posibilidad de una reforma previsional que le siga sacando a los jubilados.
En Página 12 Alfredo Zaiat, queda a contramanodel vox populi del ajuste fiscal y pone el énfasis en los mayores recursos momentáneos que tendrá el estado luego de reestructurar la deuda -patear vencimientos. Aunque enumera positivamente algunos datos del Presupuesto 2021, la verdad es que no son muy alentadores, como el 0,2% a salud. Se refugia en el concepto de “ciclos y políticas anticíclicas” con la expectativa de que el gobierno expanda la demanda y “transforme la estructura productiva”.
La realidad es que para el 2021 ya hay metas de ajuste fiscal propuestas por el propio gobierno para darle buenas señales al FMI. Lo que se debate es cuál será la magnitud: se sabe el piso que puso Guzmán pero no el techo.
La segunda especulación tiene que ver con quién ocupará el Departamento del Tesoro norteamericano. Circula otra vez el nombre de Larry Fink, CEO de Black Rock. Es el fondo de inversión que lideró la ofensiva para una mayor tajada en la negociación con los acreedores de Martin Guzmán. Se había quedado con las ganas de ese puesto luego de la derrota de Hilary Clinton. Un hombre de los grandes negocios, alineado con el Partido Demócrata. Dime con quién andas…
Para terminar, la última especulación es a cerca de quiénes son los argentinos cercanos a Joe Biden. Entre los nombres aparece Sergio Massa de buenas migas con la embajada norteamericana, no importa cuando leas esto. Pero los ojos están puestos enotro personaje: José Luis Manzano. Ex ministro del interior de Carlos Menem, empresario mendocino y dueño del Grupo América, comparte la lista con el Papa Francisco y un ex funcionario macrista. Manzano ha hecho negocios con los hermanos del próximo presidente demócrata, a través de algunos fondos de inversión y tiene íntimos lazos con la familia. Estos días, Manzano fue nombrado también porque se asoció a De Narvaez para quedarse con la cadena de supermercados Walmart Argentina.
Si no hay pan, no habrá paz para la AEA
Mucho se habló en la semana del encuentro del ministro Guzmán con los popes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). La creme del poder económico. Se sentaron en el despacho ministerial desde Paolo Rocca de Techint, Alfredo Coto de la cadena de supermercados, hasta Héctor Magnetto del Grupo Clarín, entre los más conocidos. Guzmán habló después de lo “valioso del diálogo”.
Empieza a andar el esquema del “acuerdo social” pedido en la carta de la vicepresidenta Cristina Fernández. A pesar de ser quienes vienen presionando para una devaluación, el gobierno intentó despejarles dudas. A los reclamos de Magnetto, Guzmánle contestó: “Héctor, vos sabés que hay propiedad privada, hablemos en serio”. La imagen de las topadoras y la represión a las familias sin techo en Guernica no es suficiente, son los actores que siempre piden más contra el pueblo trabajador.
Como grafica Martín Rodríguez,hoy en El Canciller, “se organizó una agenda de la desigualdad más rápido que cualquier otra”.
Pero aunque el gobierno esté flameando la bandera blanca frente a estos poderes económicos para negociar, esta semana hubo algunas postales de quienes no aceptan sus extorsiones. Las y los trabajadores de algunas de las empresas de la mesa de la AEA salieron a la calle con sus demandas.
Trabajadores de telecomunicaciones apuntaron contra el Grupo Clarín y otras empresas: después de un paro con alto acatamiento el martes, hicieron una caravana en las calles de la ciudad. Anunciaron un nuevo paro el próximo martes 10. Reclaman aumento de salarios y denuncian las altas tarifas de estas empresas que tienen ganancias record y la precarización laboral que provocó el fallecimiento de Matías Dimuro, tercerizado de Claro.
En Neuquén hubo una caravanaque nucleó a trabajadores de distintos sectores con un denominador común: el aumento de la desocupación. se escuchó la denuncia a la empresa Techint, a quien le otorgaron licitaciones en Vaca Muerta II, y los trabajadores recibieron telegramas de despido. Dos ejemplos de quiénes elige Guzman para el “acuerdo social”.
Pero la lista de trabajadores en lucha se está acrecentando: LATAM, Página 12 que hizo paro por dos días, ferroviarios, docentes de Mendoza. Apenas unos ejemplos de lo que se está moviendo por abajo, algo que los grandes medios esconden, y recuerda que la clase trabajadora es hoy un blanco del ajuste por el salario, la inflación y la desocupación. Problemas estructurales que empiezan a salir a la superficie, como el reclamo de vivienda digna.
Agenda Random
• Horacio Verbitsky dedica su larga columna dominical a la disputa judicial. Habría una “versión creíble”, dice, que el Comité Consultivo (para el fortalecimiento del Poder Judicial) recomendará al presidente la ampliación de 5 a 9 miembros de la Corte Suprema y que haya paridad de género. Sigue el camino de la agenda de Joaquín Morales Solá en La Nación,disconforme con la resolución de la Corte sobre los tres jueces de la discordia. [Un fallo a la medida del “acuerdo nacional”->http://www.laizquierdadiario.com/Bruglia-Bertuzzi-y-un-fallo-de-la-Corte-a-medida-del-acuerdo-nacional].
• Eduardo Van Der Kooy, en Clarín, va por el camino de la politización de la pandemia. Ahora que se anunció que pasamos de asilamiento (ASPO) a distanciamiento (DISPO), está de punta contra la vacuna rusa y los manejos del gobierno. Para hoy, que hay nuevo banderazo, ¿le da letra a los antivacunas que suelen participar?
• Nancy Pazos, en Infobae relata algunas internas entre “albertistas” y “kaístas”. Se escucha cada vez más fuerte que, ahora que llegó el acuerdo social, el llamado impuesto a las fortunas ya fue. O mejor dicho: va a seguir sin ser.
PostData
En estos días que tanto hablamos de EEUU y tanto escuchamos del posibilismo antiTrump, vale tomarse unos minutos para recordar este breve pero grandioso texto "Si Norteamérica se hiciera comunista”, de León Trotsky. Los beneficios de la revolución en una potente fortaleza del capitalismo volarían por los aires esa caricatura que dibujan sobre un comunismo de la escasez y de gris estandarización. A tal punto, una Norteamérica comunista ofrecería la más amplia variedad de productos, además de liberar y potenciar la poesía y el arte. Se podría mandar a todos los millonarios no convencidos a una isla pintoresca, con una renta para toda la vida y que hagan allí lo que les plazca.
Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.