El Ente Regulador de Energía Eléctrica emitió un dictamen autorizando la millonaria operación. El exministro menemista y el empresario de medios se quedarán con la compañía que abastece a tres millones de usuarios residenciales. A días de conocerse alarmantes cifras sobre pobreza energética, el negocio de las privatizadas no se toca.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Miércoles 23 de junio de 2021 22:10
Lo que era un secreto a voces finalmente fue oficializado. El Ente Regulador de Energía Eléctrica (ENRE), elevó sin observaciones el dictamen técnico para la compra venta de Edenor, aprobando la millonaria transferencia que ya está cocinada desde diciembre del año pasado. En aquel entonces, Manzano había firmado un acuerdo de confidencialidad con Marcelo Mindlin para adquirir la compañía.
La operación marca lo que puede ser un importante cambio en la industria energética, pasando de manos del empresario mimado por el Gobierno de Mauricio Macri a un grupo de extremada cercanía con el oficialismo actual.
Según afirmó el periodista Diego Genoud, “Manzano y sus socios ingresan a una empresa que compraron barata, pero saben que no tendrán aumentos en el corto plazo: apuestan a una recuperación económica pasadas las elecciones, cuando el gobierno firme un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y las compañías eléctricas comiencen a recuperar rentabilidad”.
El interés de Mindlin por deshacerse de la compañía era sabido por todo el establishment. Tras haber sido extraordinariamente beneficiado por los tarifazos del macrismo, el empresario ahora se concentra en el negocio del shale en Vaca Muerta. Con la autorización oficial del ENRE, a través de la resolución N° 207/2021, esa intención ahora quedará consumada y se garantizará el desembarco Manzano, exministro menemista y de estrecha relación con Sergio Massa, al frente de la distribuidora más grande del país.
El acuerdo en la compra-venta del paquete accionario había sido cerrado el 28 de diciembre de 2020. En el reporte de resultados de la empresa correspondiente al cuarto trimestre de 2020 puede leerse: “Pampa Energía SA, titular del 100% de las acciones Clase A de Edenor, celebró en carácter de vendedora, un contrato de compraventa de acciones con Empresa de Energía del Cono Sur S.A, cuyos garantes son Integra Capital S.A., Daniel Eduardo Vila, Mauricio Filiberti y José Luis Manzano”. El acuerdo fue cerrado por 95 millones de dólares a pagarse en 3 cuotas.
A su vez, en el mismo reporte se deja constancia que Edenor no sólo tiene deuda en el mercado sino que también acumula una deuda con CAMMESA (la compañía administradora del mercado mayorista eléctrico) por $12.372 millones, sin contar los intereses. Es decir que la empresa de Mindlin no sólo se enriqueció enormemente con tarifazos que superaron el 3000% durante los años del macrismo, sino que tiene una importante deuda con el Estado.
A pesar de esta situación, el Gobierno de Alberto Fernández pasó de decir que iba a retrotraer los tarifazos del macrismo a un tibio congelamiento que apenas duró 6 meses, y ahora aprueba la transferencia. ¿Por qué hay que seguir tolerando este negocio donde se enriquecen los privados, a costa de un pésimo servicio e incluso de mantener una deuda millonaria con el Estado?
Además, según datos aportados por el periodista especializado en Energía, Oil&Gas y Minería, Nicolás Gandini, se calcula que Edenor necesita 30 mil millones de pesos al año para asegurar su funcionamiento, mientras que su facturación se estima alrededor de los 10 mil millones anuales. La diferencia para que pueda operar es compensada por los subsidios, por lo que se calcula que el Grupo Manzano – Vila – Filiberti recibirá esa transferencia millonaria por parte del Estado. Pero si Edenor necesita recibir esa suma de parte del Estado, ¿por qué sigue siendo una empresa en manos privadas y no pasa a la órbita estatal?
La estafa de las empresas privatizadas viene del menemismo, años en donde el nuevo dueño de Edenor, José Luis Manzano, fue Ministro del Interior de la Nación. A 30 años de las privatizaciones, y en medio de una importante crisis y de una pobreza energética que golpea a más de 10 millones de personas en todo el país, es importante pelear por acabar con este robo. La electricidad es un recurso estratégico y sobre todo un derecho inalienable, que tiene que estar regulado por la necesidad de la inmensa mayoría de la población y no por la ambición y las ganancias de empresarios sin escrúpulos.
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