Se publicó en el Boletín Oficial como parte de los fundamentos para el Programa Buena Cosecha que tiene como fin crear espacios de cuidados y contención para los menores de 18 años. La medida invisibiliza que muchas familias van con sus hijos e hijas a trabajar para poder llegar a fin de mes.
Jueves 19 de agosto de 2021 21:16
El trabajo infantil aumentó con la pandemia ante la pérdida de empleos e ingresos. Este jueves el Gobierno admitió “que en las zonas rurales se detecta el sesenta por ciento (60 %) del trabajo infantil de Argentina, sin perjuicio de su detección en ámbitos urbanos”. Es parte de los fundamentos para el Programa Buena Cosecha que se publicó este jueves en el Boletín Oficial que tiene como fin “la creación de jardines maternales y espacios de contención para niños y adolescentes y se fortalecen los existentes” en todo el país dirigido a las hijas e hijos de trabajadores temporarios del ámbito rural. Su objetivo es “erradicar el trabajo infantil y proteger el trabajo adolescente”.
La resolución reconoce que “niños, niñas y adolescentes suelen verse desempeñándose en la preparación de la tierra, la siembra y la cosecha, teniendo a su cargo el cuidado de animales y cultivos, en la participación en las fumigaciones, el acarreo de agua o el acopiado de leña para su uso industrial o comercial”.
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Un informe oficial sobre el trabajo infantil, según publicó Clarín, detalla que “la mayor incidencia del trabajo infantil y adolescente se registra en las regiones del NOA y el NEA y en las áreas rurales se duplica la participación de este grupo de edad” en el marco de la pandemia.
Esta situación se agravó por “la caída de los ingresos laborales en el hogar, la sobrecarga de tareas de cuidado al interior de la unidad doméstica y la falta de asistencia presencial a la escuela dan cuenta de algunas dimensiones de este impacto y alertan sobre la posibilidad de ocurrencia de la participación de niñas, niños y adolescentes en actividades productivas”.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina, elaborado junto a UNICEF y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación el 16 % de los niños, niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años realiza tareas orientadas al mercado. De ese total, 1 de cada 2 comenzó a hacerlo durante el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Además, el documento revela que el 78 % de los niños, niñas y adolescentes consultados realiza tareas domésticas: lavado, limpieza y/o cocina. 1 de cada 3 no las hacía, o las hace con una intensidad mayor que antes de la cuarentena.
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El trabajo infantil es una constante del capitalismo que encuentra en las niñas, niños y adolescentes un reservorio de fuerza de trabajo dócil y de bajo costo.
Pobreza infantil
¿Solo con la creación de jardines maternales y espacios de contención para niños y adolescentes se puede terminar con el trabajo infantil? El problema que no se aborda en la medida es que muchas familias llevan a sus hijos o hijas a trabajar para poder llegar a fin de mes porque tienen salarios de miseria.
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Viviana, trabajadora del citrus, de 40 años, le dijo a La Izquierda Diario, “desde los 13 años que trabajo. He trabajado en negro, porque menor de edad no podia fichar, en cooperativa, hubo un tiempo que no trabaje. Ahora hace 10 años que trabajo con ficha (tercerizada)”.
O Raúl de Misiones que recordó su infancia trabajando en los yerbales “mi madre cuando era chico nos llevaba a todos a tarefear, ahí aprendí y cuando empecé a laburar solo con mi propio número era a los 14 años. A mí me afectó más el no poder jugar y tener juguetes. No vivía la vida de un niño común digamos, cargaba con mucha responsabilidad porque éramos muchos y muy pobres…”.
La pobreza empuja a las infancias a tener que ir a trabajar con sus familias. Según los datos publicados por el Indec, en el segundo semestre de 2020 la pobreza alcanzó a un 57,7 % de niños de entre 0 y 14 años. En tanto, el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) calculó sobre la base de los microdatos de la EPH que en el cuarto trimestre de 2020 la pobreza infantil llegó al 71,4 % en los partidos del Gran Buenos Aires.
A pesar de esta situación crítica, el Gobierno decidió eliminar el Ingreso Familiar de Emergencia que representó una ayuda para muchos hogares arruinados por la crisis. Un ajuste para hacer los deberes ante el FMI y renegociar un nuevo acuerdo con el organismo. Hay que invertir las prioridades y que lo primero sea atender las necesidades de millones que la están pasando mal.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario